La supervisión de los bancos depende del BCE, que desde el año pasado les ha reclamado reducir o diferir el salario variable. La legislación española da cierta capacidad para actuar sobre el bonus, pero no para rebajar notablemente la remuneración total. En cualquier caso la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, da un toque de atención a los banqueros. No se conjuga bien los ERE que vienen anunciando que las cuantiosas remuneraciones 

CaixaBank ha planteado un ERE con 8.291 despidos y el BBVA otro con 3.798 en los últimos días, lo que ha llevado a la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, a comandar a los bancos a “actuar con responsabilidad y tratar de buscar todas las alternativas posibles que minimicen el impacto negativo sobre el empleo”, pero también a tildar de “inaceptables los altos sueldos y los bonus” de sus ejecutivos. Además, ha asegurado que dichos salarios “deben estar alineados con la evolución del sector y la economía en su conjunto”, una “preocupación” que ha “expresado” al Banco de España.

“Vamos a utilizar los instrumentos a nuestra disposición para tratar de encauzar este proceso de la manera que sea lo mejor posible para la evolución económica. Tendremos que utilizar los distintos instrumentos y, en primer lugar, creo que el Banco de España como supervisor del sector tiene un papel que jugar”, anunció. ¿Pero qué capacidad tienen Gobierno y Banco de España para limitar los sueldos millonarios de los banqueros? La respuesta es compleja, pero se puede resumir en que tienen un margen limitado, salvo que medie un cambio legal.

Desde 2014 la supervisión de los grandes bancos de la zona euro (11 en el caso español) corresponde al Banco Central Europeo. Una norma comunitaria de 2013 establece que el BCE tiene la competencia sobre las “políticas y prácticas de remuneración” de las entidades y, en particular, le concede la capacidad de exigirles “que limiten la remuneración variable, establecida como porcentaje de los ingresos netos, cuando resulte incompatible con el mantenimiento de una base sólida de capital”. Es decir, que como supervisor no tiene la capacidad de limitar el sueldo fijo, pero sí el variable siempre que ello tenga relación con la solvencia.

El BCE ya ha ejercido esta competencia durante la pandemia. Tras recomendar a los bancos (eufemismo por cuestiones legales, imposición en la práctica) que no pagaran dividendos en 2020, el pasado julio mandó de forma paralela una carta a las entidades instándoles a reducir el pago del variable o, si no era posible, a diferir su cobro durante más tiempo, lo que los banqueros cumplieron de forma generalizada.

El pasado diciembre lo extendió hasta el 30 de septiembre. ”El impacto reputacional del pago de la remuneración variable en un contexto de crisis mundial no debe subestimarse –especialmente si se trata de grandes sumas individuales– y debe considerarse debidamente, teniendo también en cuenta el importante papel de las instituciones financieras frente a la crisis”, les advirtió.

La norma europea de 2013, con todo, también establece que el BCE aplicará la legislación nacional bancaria cuando los reglamentos comunitarios permitan a los Estados legislar. Varias leyes españolas de 2013, 2014 y 2015, que incorporan normas europeas e internacionales, habilitan al Banco de España para imponer limitaciones y recortes adicionales a la remuneración variable (no a la fija) cuando no esté alineada con una “gestión sana de los riesgos” y con el “mantenimiento de una base sólida de capital”.

Estas normas le podrían dar cierto margen de actuación. El Gobierno, de hecho, está tramitando varios proyectos de ley que incorporarán directivas comunitarias y alargarán el plazo en que los banqueros pueden cobrar el variable. Con todo, no parece probable que este conjunto de normas permitiera una reducción sustancial de los sueldos totales.

El Ejecutivo también podría intentar aprobar una ley específica que limitase los salarios. El anterior Gobierno del PP lo hizo con la remuneración en las entidades rescatadas, pero hay dudas legales de que pudiera hacerse en el resto. El Ministerio de Economía, de hecho, no tiene previsto por ahora ningún cambio legal.

Así las cosas, el mensaje de Calviño parece más un toque de atención público, que busca que los ejecutivos bancarios se den por enterados y lo apliquen y que el Banco de España les presione para contener sus sueldos de forma voluntaria en el curso de las conversaciones privadas que mantiene con ellos.