El 40,5% de los 26.302 puestos de trabajo que se ha llevado por delante la pandemia en Canarias tenían al frente a un ciudadano extranjero. Así se desprende de los datos de afiliación a la Seguridad Social conocidos este jueves y que reflejan que 10.653 trabajadores con pasaporte diferente del español han causado baja en el sistema de protección en el Archipiélago entre los meses de marzo de este año y el anterior.

“Las personas migrantes se desplazan a los polos económicos, aquellos lugares en los que pueden tener una oportunidad de crear un proyecto de vida”, explicó ayer el secretario de Empleo y Política Social de CCOO-Canarias, José Ángel Brito. Por la misma razón, vuelven a moverse cuando irrumpe una crisis que hace mella en el mercado laboral.

La parálisis del turismo es suficiente para explicar el desplome de todas las cifras que brillan en las sociedades saneadas económicamente, muy escasas hoy en todo el planeta. El retroceso en los últimos doce meses en las Islas es del 10,85% dentro del colectivo de trabajadores foráneos, el mayor de todo el país.

Eso demuestra la incidencia del parón turístico también en esta estadística. Es más, expone de forma meridiana la dependencia que los migrantes tienen de la actividad alojativa. Se refleja en que la segunda comunidad autónoma más afectada en este capítulo fue Baleares (-9,50%), el otro gran monocultivo turístico español, y la siguiente con el retroceso más intenso, La Rioja, registró una caída mínima (-1,66%). Por si todavía quedan dudas, el retroceso medio español fue del 0,08%.

Al acabar el tercer trimestre había 87.503 cotizantes migrantes adheridos al sistema en el Archipiélago, según el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. La mayoría de ellos, 61.414, cotizan en el régimen general, pero también abundan los autónomos (25.496). Otros 593 son trabajadores del mar.

Al menos marzo dio una pequeña alegría al contener la sangría de puestos de trabajo de extranjeros destruidos. Se sumaron 612 afiliados foráneos, lo que supuso un leve avance del 0,7%. En todo el Estado, el incremento fue de 18.262 nuevas altas (0,9%).

En opinión de Brito, lógicamente la pérdida de afiliados extranjeros “no es una buena noticia” y se encuadra en el actual contexto negativo general. La parálisis de la actividad alojativa propicia que muchos empleados de hoteles y apartamentos retornen a sus países de origen hasta que la posibilidad de viajar sea cierta y lleguen de nuevo los clientes.

La histórica carencia de la población canaria en el conocimiento de otros idiomas propicia el desembarco. “Hay amplias colonias de estos trabajadores en islas como Lanzarote o Fuerteventura”, señaló el sindicalista de CCOO.

Cuestión distinta son aquellos que llegan sin tener cerrada una oportunidad laboral. “Son muy necesarios para la economía canaria”, afirmó Brito. Tanto para “el cuidado de los mayores”, labor en la que su presencia es abundante; “la realización de los trabajos que la población local descarta” y para “las cotizaciones mismas”.

“Contra los discursos xenófobos, numerosos estudios demuestran que no quitan empleo a nadie”, detalló el secretario de Empleo y Políticas Sociales de CCOO-Canarias. Además, “al tratarse de población joven y sana en su mayor parte, aportan al sistema mucho más de lo que reciben”, sostuvo en relación al gasto sanitario que se deriva de su presencia.

En la misma línea, Gustavo Martín, secretario general de la Federación de Empleados Públicos de UGT en Gran Canaria, rechazó los mensajes que sitúan “en quienes vienen de fuera todo lo malo” que acontece.

Por nacionalidades, fueron los italianos los que más hicieron crecer la afiliación al terminar marzo. Son 9.826 los que están dados de alta, con la particularidad de que son mayoría los autónomos (6.321). Es decir, crean empleo.