Reyes Maroto no se resigna a perder la temporada turística de verano y confía en que Canarias cierre el año con unos 6,5 millones de visitantes. La ministra de Industria, Comercio y Turismo, que ayer presentó en Lanzarote la Estrategia de sostenibilidad en destino, está convencida de que la temporada estival y los primeros meses del próximo invierno pueden traer a las Islas un número de visitantes equivalente al de la “gran campaña” de 2019, año en el que aterrizaron en el Archipiélago más de trece millones de turistas extranjeros. La previsión de la ministra contrasta con el pesimismo generalizado en el sector, donde ha cundido el desánimo ante el bajo ritmo de vacunación y se ha propagado el miedo a perder la temporada de verano, como ya ocurriera con la Semana Santa, los meses de invierno y la anterior temporada estival.

En la visita a Lanzarote –que será la última a Canarias en calidad de ministra de Turismo si Ángel Gabilondo logra formar gobierno tras las elecciones en la Comunidad de Madrid, donde Reyes Maroto ocuparía la vicepresidencia económica–, la representante del Gobierno central anunció que el Estado invertirá 1.900 millones de euros durante el próximo trienio para promover la sostenibilidad de los principales destinos turísticos del país. El reparto de esos 1.900 millones –que son la mayor parte de los 3.400 que el Ejecutivo estatal destinará para el turismo de los fondos extraordinarios europeos– no está cerrado, ya que dependerá de los proyectos que se presenten. No obstante, tanto Canarias como Baleares, los dos archipiélagos del país, estarán entre las comunidades autónomas más beneficiadas.

Los planes para optar a parte de esos 1.900 millones de euros deben promover la sostenibilidad en tres ámbitos: el medioambiental, el territorial y el socioeconómico. El objetivo del Ministerio es que al margen de la promoción de las energías renovables, la reducción de la huella de carbono o, por ejemplo, la integración de las empresas del sector –hoteles, apartamentos, bares...– en la economía circular, los planes de los destinos que pretendan acceder a los fondos contribuyan también a mejorar los índices de redistribución de renta. Es decir, que contribuyan a una oferta de empleo de calidad, con menos temporalidad y mejores sueldos. El objetivo es de especial importancia en Canarias por los históricos problemas de su economía, con alta dependencia del turismo, para conseguir una redistribución de la riqueza más homogénea. El ejemplo claro son los salarios, que en las Islas son más bajos que la media nacional e incluso mucho más bajos que en algunas otras autonomías.

Desde los Jameos del Agua, la obra del artista lanzaroteño César Manrique, Maroto explicó que la Estrategia de sostenibilidad en destino tiene en cuenta retos como el cambio climático o la digitalización y ayudará a “diversificar nuestra oferta y desestacionalizar la demanda para atraer a un turista de mayor gasto”. La estrategia, que ha sido diseñada por la Secretaría de Estado de Turismo, dirigida por Fernando Valdés, se orienta hacia los tres grandes segmentos de mercado: el turismo de sol y playa, el turismo rural y el turismo urbano.

En el ámbito del sol y playa, que supone hasta el 65% del mercado en España y en el que están incluidos los principales destinos de la región –Lanzarote, Fuerteventura y los sures de Tenerife y Gran Canaria–, el objetivo es afrontar “un profundo cambio de paradigma competitivo”, en palabras de Valdés, para cambiar cantidad por calidad. Se trata de conseguir niveles similares de facturación con un menor número de visitantes. En el turismo rural, la gran meta es mejorar la redistribución de la renta, con niveles aún más bajos que los del conjunto de la industria turística, y convertirlo, en el caso de la España vaciada –donde podrían incluirse algunos de los municipios canarios que han vivido más de espaldas al turismo–, en un factor que fije y atraiga población. Además, y en lo relacionado con el turismo urbano –que representa alrededor de una cuarta parte del mercado por el peso de ciudades como Madrid o Barcelona–, los dos grandes retos son la movilidad sostenible, gracias a los vehículos eléctricos y un transporte público más ecológico, y la conciliación del negocio turístico con la vida en determinados barrios. Acabar con el turismo de borrachera, que tanto daño ha hecho a la convivencia de la actividad con los vecinos de localidades como la mallorquina Magaluf, o paliar los efectos del auge de los pisos turísticos en los alquileres residenciales también están así entre las líneas maestras de la estrategia.

Nueva promoción

Antes del acto en los Jameos del Agua, ejemplo de simbiosis entre turismo y medio ambiente, Maroto había avanzado en el programa Más de uno de Onda Cero que el 10 de mayo, coincidiendo con el final del estado de alarma, se presentará la nueva campaña de promoción turística.

Maroto aseguró que “este verano se podría recuperar la mitad de la gran campaña de 2019”, para lo que España debe convertirse en ejemplo de destino seguro. No obstante, en el caso concreto de Canarias, la previsión es llegar al 50% de las cifras de 2019 –el último año de normalidad antes de la pandemia de coronavirus– al cierre del ejercicio, tal como puntualizó el secretario de Estado de Turismo. Con las cautelas a las que obliga la situación sanitaria –que ya ha echado por tierra varios pronósticos–, alcanzar un número equivalente a la mitad de los turistas de 2019 significaría despedir el año con alrededor de 6,5 millones de visitantes foráneos.

El Ministerio funda sus cálculos en que el ritmo de vacunación siga acelerándose en las próximas semanas y en la puesta en práctica del certificado digital. El Gobierno central confía en que el documento ya esté moviéndose por los aeropuertos europeos en junio. El viajero acreditará con este certificado que ha superado la covid-19, que está vacunado o que tiene una prueba PCR negativa.

El presidente del Ejecutivo canario, Ángel Víctor Torres, que estuvo ayer en los Jameos del Agua junto con la consejera de Turismo, Yaiza Castilla, apuntó al certificado sanitario como instrumento “clave” para que Canarias recupere hasta el 70% de su actividad económica hacia finales de año.

La ministra corroboró la prórroga de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) de fuerza mayor, que expiran el 31 de mayo. Maroto se reunirá en los próximos días con patronal y sindicatos para ver los pormenores y plazos de la quinta ampliación de los ERTE. También confirmó la prórroga de la prestación para los autónomos del sector turístico, en definitiva de todo el “escudo social”, aunque no concretó hasta cuándo. Además, el Consejo de Ministros verá hoy las mejoras en el real decreto ley de ayudas directas a autónomos y pymes para que las comunidades puedan añadir actividades subvencionables y exceptuar a determinadas empresas de la prohibición de acceder a las ayudas si tuvieron pérdidas en 2019. Así pues, las entidades isleñas que tuvieron ese año números rojos por la quiebra de Thomas Cook sí podrán optar a las subvenciones del Estado.