Las ventas en el comercio minorista del Archipiélago continúan en descenso en el segundo año de pandemia. Durante los dos primeros meses de 2021, la facturación se ha reducido un 18,7%, según los datos difundidos este martes 30 de marzo por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Una caída que si se compara con las cifras de facturación correspondientes al año 2018, –el último para el que este organismo dispone de datos–, evidencia que los comerciantes han perdido de media y solo durante este año 235 millones de euros. Cuatro millones cada día. 

Una disminución de la actividad que el sector arrastra desde el año pasado, que cerró con una caída de las ventas del 14,7%. El comercio canario no solo ha sufrido el completo cierre debido al confinamiento el año pasado, sino que otros efectos también han comprometido las cuentas de estos negocios a lo largo de los últimos meses. El sector se ha visto muy afectado por las restricciones que se impusieron a finales del año pasado para luchar contra el virus, –no solo de aforo en los propios locales comerciales, algo que generó colas en algunas islas durante la campaña de Navidad–, sino también por las de la restauración, que han propiciado una menor movilidad en las zonas comerciales de las Islas.

El avance del teletrabajo en Canarias, donde 93.000 personas desarrollan ya su actividad laboral desde sus domicilios, también está teniendo repercusiones en la cuenta de resultados de estas empresas, que además echan en falta a millones de potenciales clientes: los turistas. Todo estos factores, unidos a la pérdida de poder adquisitivo de muchas familias, que o han perdido sus trabajos o se han visto afectados por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), han acabado por herir de gravedad a uno de los sectores más importantes para la economía en Canarias.

Muchos han sido los negocios que no han podido resistir al embate de esta crisis y han decidido bajar la persiana de manera definitiva. En concreto, en el último años, el Archipiélago ha perdido 845 establecimientos, lo que supone que un 9% del tejido comercial de las Islas ha desaparecido.

Sin embargo, las asociaciones del sector ya han alertado de que la destrucción de negocios no ha hecho más que empezar. Si no cambian las circunstancias actuales y persisten las dramáticas caídas en las ventas serán muchos más los que tengan que cerrar. En concreto, el sector estima que uno de cada cinco comercios en Canarias podría tener que cesar su actividad en los próximos meses. Es decir, que de los 8.700 establecimientos comerciales de las Islas, unos 1.700 podrían no sobrevivir a los efectos de la pandemia. 

 Ni siquiera la campaña de Navidad y Rebajas, en la que muchos habían depositado esperanzas, ha hecho cambiar la situación de este sector, que en enero registró una caída del 19,2% y el mes pasado del 18,2%. 

Una reducción en la facturación que también tiene su reflejo en los niveles de ocupación. El número de trabajadores vinculados al sector en Canarias fue en febrero un 8,2% inferior al que existía un año antes. En enero el descenso se situó en el 8,4%. Unas bajadas importantes que, sin embargo, están atenuadas por el recurso de los ERTE, al que se han acogido numerosas empresas de este sector ante el descenso de la actividad a lo largo del último año, provocada por la crisis generada por la aparición del nuevo coronavirus.

El Archipiélago es además la comunidad que registra las bajadas más acusadas en las cuentas de resultados del sector comercial. Canarias con un -18,7% de caída media este año está más de cuatro puntos por encima de la siguiente región con una mayor reducción, Baleares, donde la facturación se ha reducido un 14,1%. Que los dos archipiélagos del país sean los que lideren esta negativa estadística evidencia la importancia que la paralización turística tiene en las ventas del sector comercial. De media, la caída en España ha sido del 10,1%.

Mientras prosigue la sangría en sus cuentas de resultados, los empresarios siguen esperando que se repartan los fondos de las ansiadas ayudas directas. A las subvenciones puestas en marcha por el Gobierno de Canarias, a las que muchos acusan de complejidad burocrática, se unen ahora los 1.144 millones de rescate aportados por el Estado. Sin embargo, buena parte de las empresas tampoco podrán acogerse a el