Los puertos canarios se barajan como ruta alternativa por el colapso en Suez

El precio del petróleo Brent y Texas se dispara y supera los 64 y 60 dólares por barril de crudo

Imagen del buque afectado por el accidente ocurrido el martes.

Imagen del buque afectado por el accidente ocurrido el martes. / E.D.

Agencias

Los puertos canarios son una de las opciones que manejan las autoridades portuarias europeas y españolas para paliar la crisis provocada por el accidente del Ever Given, un gigantesco buque portacontenedores, en el canal de Suez y que amenaza con millonarias pérdidas en el comercio mundial durante varias semanas. Así, además de los efectos negativos que ya se notan en el tráfico de contenedores hacia los puertos de destino, se suma el encarecimiento del precio del petróleo en los mercados, con el Brent, referencia de Europa, en 64,46 dólares y el de Texas, en 60,97.

Ante esta situación, los gabinetes de crisis se han puesto en marcha tanto en puertos como en las empresas dependientes de los suministros asiáticos. El bloqueo del canal de Suez afecta directamente a la conexión marítima con Asia, Japón, el golfo Pérsico, el subcontinente indio, Pakistán y el sudeste asiático. La ruta alternativa supone rodear África por el cabo de Buena Esperanza y añadir entre 10 y 12 días a la singladura. De ahí, que los puertos afectados centren ahora sus esperanzas en buscar en Canarias y en otros puertos del continente africano una forma de paliar el bloqueo en Suez y sus negativos efectos para empresas y también para los consumidores.

El barco, que encalló el martes en la principal ruta marítima comercial del mundo, ha bloqueado desde ese día el tránsito por el canal y cada día aumentan las colas de embarcaciones que utilizan esta vía para conectar el mar Rojo con el Mediterráneo. Según la compañía Leth Agencies, al menos 156 barcos se encuentran parados a la espera de que terminen los trabajos de reflotación.

Un total de 48 barcos esperan en Port Said, en el mar Mediterráneo, mientras que en la zona del mar Rojo hay otros 70 buques; aparte de los 38 que están esperando en el Gran Lago, en el punto intermedio del canal, informó la empresa que ofrece servicios en canales y estrechos del mundo. La naviera Maersk, sin embargo, cifra en al menos 200 los buques que están atrapados en Suez.

Uno de los primeros efectos del accidente ha sido estos días el incremento de los precios del petróleo. El precio del barril de petróleo Brent para entrega en mayo y referente en Europa terminó ayer en el mercado de futuros de Londres en 64,46 dólares, un 4,59 % más que al finalizar la sesión anterior. El alza acumulada del Brent este año es del 19,5 por ciento. En cuanto al precio del petróleo intermedio de Texas (WTI), este rebotó ayer y cerró con una subida del 4,12 por ciento hasta 60,97 dólares por barril.

Las últimas informaciones procedentes de la zona apuntan que al menos ocho remolcadores trabajan para reflotar el Ever Given. El objetivo es aligerar el peso del buque con la esperanza de aprovechar una subida de marea relevante prevista para el próximo fin de semana. Se han vaciado parcialmente los tanques de combustible, se ha reducido el lastre de agua y se está reubicando la carga para facilitar el desbloqueo del bulbo de proa, encastado en la ribera arenosa del canal. Se esperan vientos de 80 kilómetros por hora en los próximos días, lo que podría dificultar las operaciones.

La empresa japonesa propietaria del Ever Given afirmó ayer que aspira a desencallarlo hoy en colaboración con las autoridades locales. La firma nipona de transporte marítimo Shoei Kisen explicó ayer que trabaja en cooperación con la Autoridad del Canal de Suez y con las otras empresas responsables de las operaciones del buque para retirar la tierra en la que ha encallado la proa del Ever Given, una tarea “que aún está en marcha”.

El presidente de la empresa, Yukito Higaki, señaló que se está empleando “maquinaria adicional de dragado” con el objetivo de liberar el buque “hacia la noche del sábado”, según horario japonés, en su comparecencia ofrecida en Ehime (sudoeste de Japón), donde tiene su sede Shoei Kisen.

Una portavoz de la empresa confirmó que Shoei Kisen está asegurada como propietaria del portacontenedores, ante las posibles demandas que podría afrontar debido a las interrupciones del transporte marítimo causadas por el incidente en el canal de Suez.

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