La pandemia ha traído una nueva realidad laboral que parece haber llegado para quedarse. El auge del teletrabajo ha convertido las casas de muchos en oficinas improvisadas en las que, si bien pueden permitirse cierto tipo de licencias, debe cumplirse con el horario laboral establecido. Sin embargo, la picaresca no ha desaparecido con la llegada del virus y existen trabajadores que aprovechan esta nueva situación para escaquearse de buena parte de la jornada. Una circunstancias que ha hecho que las empresas canarias, al igual que en el resto del país, estén recurriendo a detectives privados para investigar a aquellos empleados de los que tienen sospechas.

“La investigación se adapta a las nuevas circunstancias y es cierto que estamos recibiendo muchas consultas para cuestiones relacionadas con el teletrabajo”, confirma Nicolás Hernández, presidente de la Asociación Canaria Atlántica de Detectives, quien apunta que se ha detectado a trabajadores que durante su horario laboral “se van de compras, al gimnasio o incluso atienden un negocio familiar” mientras tienen el remoto del ordenador activado. Un comportamiento que puede conllevar incluso el despido del empleado.

Hernández recalca que en estas investigaciones se busca el abuso continuado y no casos puntuales en los que el empleado se ausenta un momento de su oficina doméstica. “Hablamos de engaños que perjudiquen a los empresarios”, indica.

El trabajo de los investigadores privados es realizar un seguimiento con el objetivo de recopilar pruebas que permitan atestiguar que se está cometiendo este engaño. Para ello, primero deben constatar que existe legitimidad en el encargo, es decir, que existe entre el contratante y el investigado una vinculación laboral en este caso.

Tras esto, el profesional puede iniciar su investigación, que no difiere de los métodos que ya utilizaban antes de la pandemia para los casos en los que se trataba de detectar bajas fraudulentas. Sin embargo, Hernández sí apunta que la utilización de la mascarilla les ha obligado a buscar nuevas tácticas para poder identificar a los investigados. “Por una parte nos ha dificultado el trabajo, hemos tenido que adaptarnos y buscar otro tipo de rasgos”, comenta.

Los detectives tratan de cazar a los trabajadores que cometen irregularidades en el momento en el que salen de casa, cuando se dirigen a realizar otras actividades y así captar pruebas que luego puedan presentar al empresario, que será el que tome la decisión de qué medidas tomar en el caso de que se esté produciendo ese engaño por parte de su empleado.

Este profesional, con más de veinte años de experiencia en el sector, apunta que las empresas que contratan este tipo de servicios son de todos los tamaños y sectores. Sin embargo, puntualiza que las compañías más grandes “suelen ejercer un mayor control sobre los trabajadores”, y tienen también con más recursos para sufragar este tipo de investigaciones, aunque las pymes cuentan con más información, ya que es más habitual que algún compañero o conocido de la voz de alarma e informe de que un empleado no está cumpliendo con su jornada.

Sin embargo, asegura que existe un amplio sector en el que el teletrabajo se ha extendido mucho durante el último año donde no se está contratando este tipo de servicios: las administraciones públicas. “Este es un teletrabajador que por desgracia también está engañando y a él le pagamos todos”, recalca. Por eso, insiste en que si las administraciones tanto locales como del Estado recurrieran a estas investigaciones “se evitarían un montón de fraudes al contribuyente canario”, ya que asegura que jurídicamente “es viable”.

Hernández explica que aquellas empresas que recurren a los servicios de un investigador privado suelen tener “sospechas fundadas” de que el trabajador está cometiendo algún tipo de fraude. Unas sospechas que “en el 60% o 70% de los casos resultan ser ciertas”.

La actividad de los detectives privados es muy estricta y está regulada en la ley 5/2014 de Seguridad Privada y los profesionales deben cumplir con una serie de requisitos. Por eso, el presidente de la Asociación Canaria Atlántica de Detectives, –fundada en 2016 y que aglutina casi al 100% de los detectives del Archipiélago–, recomienda a todas las empresas que quieran contratar este servicio que soliciten a los investigadores la tarjeta de identificación profesional (TIP) y el número de registro del despacho, dos requerimientos otorgados por el Cuerpo Nacional de Policía.

El objetivo es evitar así el intrusismo que existe en su sector, ya que avisa de que si el investigador no cuenta con todos los requerimientos en regla las pruebas que recabe en su investigación no podrán ser utilizadas en ningún juzgado, en el caso de que se produzca un despido y sea denunciado por el trabajador.

Engaños en las bajas Covid

Los detectives privados tradicionalmente se han dedicado a investigar fraudes en las bajas laborales de los trabajadores. La pandemia ha traído otro tipo de casos que tampoco están exentos de engaños, las bajas Covid. Así lo explica el presidente de la Asociación Canaria Atlántica de Detective, Nicolás Hernández, que manifiesta que los investigadores privados han sumado en los últimos tiempos muchas investigaciones a trabajadores que a pesar de indicar a la empresa que han tenido contacto con un positivo y no puede ir a trabajar porque deben guardar cuarentena, después se confirma que se saltan el confinamiento para realizar otras actividades. Los más pícaros no solo se utilizan a si mismos como excusa sino que también aseguran que deben quedarse en casa para cuidar de su hijo que ha tenido un contacto en el colegio. “Este tipo de investigaciones se han ampliado mucho”, evidencia Hernández y asegura que muchos compañeros han podido constatar como “un trabajador que supuestamente debía estar guardando cuarentena se va a la playa o sale con sus hijos al parque”. Este es uno de los nuevos servicios a los que deben hacer frente los investigadores en la nueva normalidad, que se unen a los de engaños, infidelidades, custodias, divorcios y fraudes laborales que frecuentemente realizaban. Tras la pandemia también se han incrementado los casos para detectar engaños entre los teletrabajadores.| D.G.