Primer día para solicitar las ayudas directas que el Gobierno de Canarias ha puesto en marcha con el objetivo de paliar en parte el padecimiento de los autónomos y las pequeñas y medianas empresas (pymes). El plazo permanece abierto hasta el 8 de abril y solo en la jornada inicial se recibieron 1.147 peticiones. Algunos negocios, por ejemplo en el ámbito de la venta de maquinaria para la hostelería o determinado ocio para turistas, se encontraron con que no tienen acceso a estas subvenciones.

La mayoría de las solicitudes, 778, las presentaron pymes y autónomos con asalariados; las restantes 369, trabajadores por cuenta propia sin personal a su cargo. Las cámaras de comercio están al cargo de la tramitación. Un millón de euros, de los 85 que integran la iniciativa, se reserva para sufragar el trabajo de las instituciones camerales de las Islas.

Ya ha advertido en reiteradas ocasiones el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, que es imposible contar con el dinero público suficiente para amortiguar el golpe que sufren las empresas del Archipiélago desde el estallido de la pandemia. Las que arrancaron ayer financiarán alquileres o suministros de agua y luz, por ejemplo, y se espera que lleguen a entre 15.000 y 18.000 empresas. Evidentemente no son todas las que han sufrido una fuerte afección por el confinamiento y las restricciones a las que ha obligado la situación sanitaria.

De hecho, una de las quejas mostradas por los negocios, sobre todo de la hostelería, es la elección del periodo sobre el que hay que demostrar una caída de al menos el 30% de la facturación, que es el segundo semestre del año pasado en comparación con el mismo periodo de 2019.

Tal y como se ha hecho, son muchos los bares o restaurantes que soportan las pérdidas por el batacazo de los tres primeros meses, en los que tuvieron una actividad prácticamente nula, pero no pueden moderarlas con estas subvenciones, porque su retroceso en la segunda mitad del ejercicio no alcanza el 30%.

Peor lo tienen otros, como Armando de Armas, gerente de AJ de Armas Macías SL, empresa dedicada a la venta al por mayor de maquinaria para la hostelería. “En las zonas turísticas no hay nadie, los hoteles están cerrados y las cafeterías o bares de alrededor pueden abrir, pero no hay clientes”, relata. Con esos mimbres, sus ventas se desploman, pero el epígrafe de su actividad, “comercio al por mayor interindustrial excepto química”, no está entre los susceptibles de recibir ayudas.

“Con respecto a la venta de maquinaria industrial para hoteles solo se excluyó el comercio mayorista”, reconocieron ayer en la Consejería de Turismo del Gobierno canario. Quizá el apellido mayorista induce a pensar en multinacionales o grandes firmas ampliamente capitalizadas. “Yo tengo una empleada, por supuesto ahora en ERTE”, aclara De Armas.

La exclusión escuece más por contemplar que sí están contemplados los “agentes de ferrocarril”. Lo más parecido a un tren es el tranvía de Santa Cruz de Tenerife. Desde Insular de Hostelería, que desarrolla la misma actividad que la anterior, Néstor Cabrera explica que la plantilla la integran ocho trabajadores. “Ahora quedamos tres, el resto está en un ERTE también”. ¿La facturación ha caído más de un 30%? “Ya quisiéramos que solo fuera eso, la mitad de nuestro negocio es el turismo, y está parado”, recalca.

El asesor fiscal Orlando Luján explica que ha echado en falta más actividades en el ámbito de la actividad alojativa. Por ejemplo, “una embarcación para el avistamiento de cetáceos por parte de los visitantes, tampoco está incluida”. En Turismo entienden que esa actividad se encuadra en la familia de “espectáculos al aire libre”, pero, o está dado de alta en ella, o el dueño del barco tampoco tendrá ayudas.

Queda por aprobar otro decreto para destinar 80 millones de euros al pago del IBI de los hoteles. “Entendemos que ahí se dará también cabida a los que han quedado fuera ahora”, apunta Luján. Solo una esperanza, porque en el Ejecutivo eso no está previsto.

Por otra parte, los servicios informáticos de la Comunidad Autónoma daban por descontado el intenso tráfico de datos a través del registro electrónico y reforzaron todos los servidores. No obstante, se produjeron picos de actividad que generaron cortes momentáneos en el servicio. Todos ellos se solventaron sin problema.