Los carteles de “Se vende” o “Se alquila” comienzan a proliferar en los escaparates de muchos locales y oficinas de Canarias. La crisis está dejando vacíos espacios comerciales que hasta ahora mantenían su actividad. Se calcula que un 30% del total de estos activos se incorporarán al mercado inmobiliario por el cierre de negocios o el auge del teletrabajo. Según los datos del Catastro, en el Archipiélago existen 76.330 locales comerciales y 15.399 oficinas, lo que significa que algo más de 27.500 de ellos se quedarán sin inquilinos debido a los efectos que la pandemia está provocando en la economía.

Se trata de una tendencia que se experimenta ya en el centro de los principales núcleos urbanos de las Islas, pero que también está llegando a barrios y municipios más pequeños que ven como poco a poco su tejido comercial se debilita. “Esta crisis provocará que haya mucha cantidad de locales parados sin generar impuestos para las administraciones públicas y que dejarán a sus propietarios sin los beneficios de su alquiler”, explica Isidro Martín, delegado de la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios en Canarias (Apei).

Bajo esta tendencia se encuentra el continuado cierre de negocios debido a la crisis, –doce al día según los datos del Istac–, pero también el avance del trabajo en remoto, que permite a los empleados desarrollar su actividad desde un sitio diferente a la oficina, lo que hace que los empresarios ya no necesiten espacios tan grandes que puedan albergar a toda su plantilla al mismo tiempo.

“El teletrabajo es muy cómodo, pero no nos damos cuenta de sus efectos”, advierte Martín, ya que expone que bajo la fórmula del trabajo presencial “la gente se toma un cortado en la cafetería de enfrente o entra a comprar a una tienda de camino a casa”. Su ausencia acaba repercutiendo en la facturación de muchos negocios, que acuciados también por la caída de la actividad debido a la pandemia, en muchos casos no tienen más remedio que cerrar.

Para la presidenta de la Asociación Canaria de Empresas de Gestión Inmobiliaria (Acegi), Vanesa Rubio, los locales comerciales están siendo el activo inmobiliario más vulnerable a la crisis derivada del coronavirus. “El teletrabajo y la reducción de empresas está haciendo que cada vez haya más oferta en el mercado”, evidencia.

Una docena de negocios al día echa la persiana acuciados por la crisis

Bajo su punto de vista, donde más se notará el aumento del número de locales comerciales vacíos será precisamente en las zonas turísticas, paralizadas casi por completo por la inactividad del sector. “Es cierto que a diferencia de la anterior esta no es una crisis focalizada en el ladrillo, pero es peor porque afecta a nivel global y a todos los sectores”, expone.

Rubio apunta que uno de los efectos que tendrá esta sobreoferta de locales comerciales en el mercado será la bajada de precio en sus alquileres. “Es la ley de la oferta y la demanda, habrá un mayor número de espacios disponibles, pero el interés decaerá, lo que reducirá su precio”, indica.

Sin embargo, el futuro de algunos de los locales que queden vacíos podría ser acabar convertidos en viviendas. Una tendencia que lleva tiempo produciéndose en grandes ciudades como Madrid o Barcelona y que ha llegado a Canarias con el objetivo de darle salida a muchos de estos activos que no tendrán demanda.

Transformación

El delegado de la Apei en Canarias confirma que en los últimos meses cada vez más propietarios se muestran interesados en transformar sus locales en pequeñas residencias. “Se están viendo más reconversiones y los ayuntamientos reciben cada vez más expedientes para cambiar de uso este tipo de inmuebles”, destaca. Según los cálculos de Martín entre un 10 y un 12% de los 27.000 locales comerciales que quedarán vacíos por la crisis podrían convertirse en viviendas en el futuro. Un porcentaje que se traduce en algo más de 3.000 en toda Canarias.

Pero advierte que los datos son solo estimativos ya que para cambiar el uso de un local comercial este tiene que tener una serie de requisitos que permitan realizar esta reconversión. “Deben reunir unas condiciones mínimas de habitabilidad y luminosidad, contar con una altura suficiente y no estar ubicados por debajo del nivel de la calle, entre otros requisitos”, expone este experto inmobiliario.

Martín apunta que se trata de operaciones que están llevando a cabo tanto particulares como pequeñas y medianas empresas que quieren obtener un mayor rendimiento por sus locales. “Las grandes empresas buscan reconvertir edificios de oficinas enteros, pero cuando hablamos de locales individuales la inversión proviene de pequeños propietarios”.

Hay que tener en cuenta que legalmente no es posible vivir en un inmueble que no tenga un uso residencial. Por lo que para convertir un local comercial en una vivienda se debe primero cambiar su uso, un trámite que depende de los diferentes ayuntamientos.

Para solicitarlo es necesario un proyecto técnico donde se incluirán las obras que serán necesarias para que el espacio se adecue a la normativa y pueda obtener la licencia de primera ocupación o cédula de habitabilidad. Además, se deberá comprobar que no se haya superado el número máximo de viviendas permitidas por hectárea según la normativa urbanística y contar con la autorización de la comunidad de propietarios, si el local se encuentra ubicado en un edificio con más pisos.

Sin embargo, no todos los locales son aptos para las reconversiones, ya que en ocasiones no pueden cumplir con los requisitos estipulados, como tener unas dimensiones determinadas, mínimos de ventilación, instalaciones adecuadas y el nivel de iluminación mínimo requerido por normativa.