El desplome de la actividad turística provocado por la pandemia permite ajustar la máquina para reiniciarla de manera distinta a como venía funcionando. Esa Estrategia de Turismo de Canarias, presentada ayer por la consejera de Turismo del Gobierno autonómico, Yaiza Castilla, persigue preservar la competitividad mostrada hasta el momento por el destino y cuenta con un presupuesto de 53 millones de euros para los próximos tres años. Colocar en lugar preeminente la sostenibilidad, digitalizar hasta el último rincón de la industria alojativa e incrementar la soberanía de las Islas en el negocio son sus tres pilares.

No obstante, Castilla advirtió de que los 53 millones “pueden aumentar de manera exponencial. De hecho, aspiramos a contar con fondos del Next Generation EU”, detalló sobre la intención de acceder con los programas contenidos en la estrategia al plan de rescate aprobado por Bruselas para amortiguar el impacto del coronavirus en las economías de los países miembros.

Todo está ya en marcha a la espera de que se recupere la actividad ¿Cuándo? Según la integrante del Ejecutivo que preside Ángel Víctor Torres, “en agosto se puede alcanzar el 50% del volumen que hubo en el mismo mes de 2019”. Eso suena a música, pero ella misma reconoció que no es algo que dependa en exclusiva del Archipiélago, que “tiene todo preparado”, y recordó que en el pasado más inmediato se han sumado tres intentos frustrados por reabrir las puertas de los hoteles.

El verano es el último punto que se ha fijado en el cronograma para el inicio del retorno a la normalidad. De hecho, Castilla apuntó que las Islas son “el único destino de Europa” que en la actualidad recibe a turistas, por más que el volumen sea residual. Entre otras cuestiones, porque la labor de despacho desarrollada ha permitido mantener un cierto grado de conectividad y poner en marcha iniciativas como la de contratar un seguro para garantizar la atención de cualquier visitante que pueda contagiarse de Covid-19 durante su estancia.

La pandemia ha colocado a cero, contra todos los deseos, el velocímetro del turismo. El hecho se constata en una caída del PIB canario del 20%, en decenas de miles de empleos destruidos y en que mientras en el conjunto de España los trabajadores retornan a sus puestos, en las Islas se suman más al capítulo de afectados por expedientes de regulación de empleo (ERTE). En el pozo seguirán las Islas hasta que el proceso de vacunación no otorgue garantías suficientes para viajar y pueda recuperarse un flujo relativamente normal de viajeros.

La estrategia ideada por Castilla Herrera y su equipo para guiar la actividad turística a partir de ahora persigue tres objetivos principales. Dos de ellos vienen obligados por la lógica y hasta por el sentido de lo que es justo: incrementar la soberanía en torno al negocio para que el beneficio redunde en mayor medida en los propios isleños y elevar a la cúspide de la oferta la preservación del medio ambiente, aspecto cada vez más valorado y demandado por los potenciales clientes, sobre todo los de los mercados europeos.

El restante, la digitalización, es transversal a todo lo demás. La recogida de información para ofrecerla a los viajeros se torna vital y el desarrollo de las herramientas para conseguirlo abre una puerta a la retención del talento local. “Claro que lo tenemos”, afirmó el director gerente de Promotur Turismo de Canarias, Juan José Lorenzo, en torno a la existencia de un volumen de población suficientemente formada para resolver positivamente el reto.

Además de, por ejemplo, “ofrecer información meteorológica sobre un área concreta del Archipiélago”, apuntó Lorenzo, el salto tecnológico abre la puerta a ese deseado incremento de la soberanía. En la actualidad existen 96 webs canarias que informan sobre la oferta local, desde alojamientos hasta productos agrícolas o industriales. Lo que persigue el plan es generar una única plataforma que lo englobe todo. Para ello, Yaiza Castilla solicitó la colaboración del sector privado; “hasta los taxis”, quiere la consejera que estén integrados en esa herramienta tecnológica global.

De ese modo, los turistas sabrán a dónde tienen que acudir “si quieren comprar un queso o un vino que probaron durante sus vacaciones”, puso como ejemplo la consejera. Además, ese espacio aspira a dar cobijo a la totalidad de la oferta alojativa, lo que permitirá satisfacer la demanda de manera más directa. “No se trata de eliminar a los turoperadores o las OTA [Tripadvisor o Booking lo son, por ejemplo], sin ellos desapareceríamos”, aclaró Castilla. Lo que persigue su departamento es poner en marcha una “herramienta complementaria y generar sinergias” con otros actores que están instalados y operando en la Red desde hace muchos años.

Con la tecnologización del destino se persigue además atraer nómadas digitales (remote workers), que protagonizarán “la gran migración de esta década”, según el director gerente de Promotur. Ese caldo de cultivo se utilizará para la generación del ecosistema de talento que las Islas persiguen.

En cuanto a la sostenibilidad, tanto Castilla como Lorenzo destacaron la gran importancia que cada vez más turistas dan a conocer el impacto de su viaje sobre el medio ambiente y cuánto agradecen los avances en ese sentido.