En economía “todo afecta a todo” y esta máxima es la que ha hecho que el impacto del Covid-19 no solo se haya sentido en los sectores más afectados por la movilidad y por las restricciones sanitarias adoptadas, sino en otros sectores como el industrial, que también está sufriendo las consecuencias de la pandemia, tal y como pone de manifiesto la caída media en 2020 de la producción industrial en Canarias del 10,2%, 1,1 puntos más que el descenso medio nacional (-9,1%), según se desprende de los datos del último Boletín de Coyuntura Industrial elaborado por el Servicio de Estudios de la Cámara de Santa Cruz de Tenerife.

Ninguna tipología de producción quedó exenta de retrocesos durante el pasado año, siendo el más significativo en términos relativos el de la producción de bienes de consumo duradero, con un descenso anual del -39,2%, seguida de la producción de bienes de equipo con un -23%. Por detrás de estos dos importantes descensos se sitúan las caídas del -9,3% de los bienes de consumo no duradero, del -9,1% en los bienes intermedios y del -6,8% en el caso de la producción de energía.

Para la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife afrontar este deterioro supone un gran reto para las Islas ya que Canarias no se puede permitir un retroceso significativo en uno de los sectores con mayor capacidad para diversificar su economía, para incrementar sus exportaciones de bienes y para mantener un porcentaje importante de empleo cualificado. Por ello, el presidente cameral, Santiago Sesé, ha querido insistir en que, “no podemos dejar atrás a ningún sector cuando se planteen medidas económicas, fiscales y laborales, con las que paliar las pérdidas de actividad y empleo, en tanto en cuanto no se resuelva la crisis sanitaria”.

Durante el último año el número de empresas inscritas en la Seguridad Social, empresas con trabajadores dados de alta en el Régimen General, se ha visto reducido un 4,1% cerrándose el ejercicio con 2.857 empresas, 123 menos que en diciembre 2019 motivado, principalmente, por el descenso de las industrias manufactureras (-117). Desde el lado del empleo los datos tampoco han sido favorables pues el año finalizaba con un total de 37.873 trabajadores afiliados a la Seguridad Social, 1.289 menos que en 2019 (-3,3%), mientras que el número de parados registrados crecía en 1.663 personas (20,2%) hasta alcanzar los 9.896 desempleados en diciembre.

Comportamientos en la actividad y el empleo que registran caídas menos intensas en valores absolutos que el de otros sectores, por el menor peso que representa el sector en la economía y el empleo de las islas, pero importantes si analizamos su evolución de manera individual. Por eso, “no se puede bajar la guardia y debemos ser proactivos, apoyando ahora a las empresas para evitar a toda costa su cierre y, a medio plazo, preparándolas para afrontar su evolución hacia la industria 4.0, la industria orientada a promover el desarrollo de la economía circular, así como la búsqueda de la sostenibilidad”, afirma Sesé.