Desigual reparto de los efectos de la pandemia entre las sociedades de inversión de capital variable (sicav) con ADN canario. En líneas generales, encajaron sin tambalearse el zarandeo al que la crisis sanitaria ha sometido a las economías de todo el mundo. Hay fuertes caídas de la rentabilidad, como la del 16,32% sufrida por Renta Insular Canaria –sicav de los Carceller (Disa)–, pero también avances del 15% que disfrutó Galileo Capital, antigua Escopeldos, que patronea Ignacio Díaz de Aguilar. También desapariciones ante el incierto panorama legislativo que se abre para estos vehículos de inversión y preservación del capital.

Un rápido vistazo al comportamiento de los mercados durante el pasado año aclara que no se dieron las condiciones para la tragedia. El director de Renta 4 Banco Gran Canaria, Mariano Sanginés, define incluso como “una época de esplendor” lo acaecido durante el segundo semestre. “El problema, como siempre en estas circunstancias, fue para los pequeños inversores, que salieron corriendo y sufriendo pérdidas tras el varapalo de marzo, pero los que pudieron aguantar lo recuperaron todo en poco tiempo”, apuntala el socio director de Pharum Capital, José Ignacio González.

Es decir, la tormenta que recorrió los parqués de todo el mundo, aunque intensa, duró poco. Los tiburones pudieron comprar a precio de saldo los retales en que se convirtieron los activos que abandonaron en su huida los menos capitalizados. Nada nuevo bajo las nubes de una crisis. A partir de ese momento, los mercados cogieron vuelo y ya ni tan siquiera se amilanaron cuando la segunda ola de covid volvió a morder los tobillos del mundo entero.

Las esperanzadoras noticias sobre la llegada de las vacunas antes de final de año sirvieron de bálsamo. De tal manera que una gran parte de los índices bursátiles, no así el español Ibex 35, “están hoy en máximos”, señala Sanginés. Sin embargo, no todas las sicav lograron esquivar el golpe y el propio director de Renta 4 Banco Gran Canaria aclara que pudieron correr mejor o peor suerte en función del “mandato” que tienen.

Ganar o conservar

Las sicav pueden diseñarse para ganar dinero o para conservar el capital. Las primeras, que tienen un perfil de riesgo más elevado, han gozado de oportunidades para alcanzar rentabilidades altas. Al incremento de dos dígitos logrado por Galileo Capital le siguieron el nada despreciable 6,74% que se anotó Laxmi Inversiones (en la órbita de Casa Kishoo, el family office de Ram Bhavnani) y el 2,26% logrado por Sau D’Inversions, que timonea Luis Suárez (Canariensis) con el asesoramiento de BBVA.

La narrativa a posteriori admite cualquier análisis, pero no resulta sencillo jugarse el dinero con cara de póquer en lugar de deshacerte de algunas de la cartas. Los que ganaron fueron quienes mantuvieron el rictus de impasibilidad. En el lado contrario, acompañando a Renta Insular Canaria se situó Kalyani (-4,16%).

Los movimientos seguidos por esta sicav en los últimos años definen el camino que han tomado muchos de estos vehículos de inversión, otrora favoritos de las grandes fortunas. A la espera de los datos del año pasado, consta que a lo largo de 2019 salieron de las sicav 868 millones de euros.

Kalyani contaba en 2017 con un patrimonio de 169,5 millones de euros, 2020 lo cerró con 36,4 millones. Llegó a tener 310 accionistas que se repartían 10,9 millones de títulos, números que hoy se han convertido en 3,8 millones de acciones repartidas entre 144 tenedores. Un adelgazamiento perfectamente diseñado a la espera del marco normativo que fije el Gobierno de PSOE y Podemos.

A priori, los tiros parece que se los va a llevar la persecución de los mariachis, accionistas que no son tal y que figuran para que el verdadero propietario pueda formar la sicav y tributar al 1%, en lugar de al 25%, en el Impuesto de Sociedades. Las condiciones mínimas a cumplir hoy son 2,4 millones de euros de capital y 100 partícipes. Es decir, si alguien reparte un euro en 99 partes (una para cada mariachi), y aporta 2.399.901 euros puede tener una sicav. En el nuevo horizonte se prevé la exigencia de que cada partícipe aporte, al menos, 2.500 euros.

En base a esto, los que no juegan al límite del reglamento no tienen por qué inquietarse. Quedan activas 2.569 sicav en el país, lo que significa que 770 han tomado otro camino –transformarse en fondos de inversión (también tributan al 1%) en la mayoría de los casos– o repartir entre los socios el patrimonio. Claro que también hay quienes piensan que el Gobierno central promoverá una revisión fiscal de estos vehículos, y eso asusta también a las que siempre han practicado el fair play.

No obstante, Mariano Sanginés señala que los adelgazamientos de patrimonio del último ejercicio “pueden responder a muchas circunstancias” y no solo al anunciado cambio de la ley. “Necesidad de liquidez, malas perspectivas u oportunidades inmobiliarias”, cita como ejemplos el director de Renta 4 Banco Gran Canaria.

La pasada semana, El Mundo publicó el ranking de las grandes fortunas españolas. En el capítulo dedicado a Canarias volvió a situarse en lo más alto Eustasio López (870 millones de euros), si bien el año negro transcurrido desde marzo erosionó el patrimonio del patriarca de Lopesan en 14,7 millones.

Peor les fue en ese aspecto a Juan Miguel Sanjuán (Satocan-230 millones de euros) y Wolfgang Kiessling (Loro Parque-225 millones de euros). Situados en el segundo y tercer escalón del podio perdieron 36 y 34 millones de euros, respectivamente.

Para completar el top 5, dos casos de éxito. La familia Del Castillo, que recientemente salió de Binter Canarias, sumó 900.000 euros a su patrimonio de 210 millones, y Enrique Martinón, 58,6 millones hasta alcanzar los 190.

Sobre el futuro más cercano, Sanginés apunta que el clima dependerá en gran medida de la velocidad con que los planes de vacunación permitan a la economía funcionar con cierta normalidad. Desde Pharum Capital, González Pita-Romero advierte que la imposibilidad de que las mercantiles acogidas a expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) presenten concurso de acreedores hasta al menos medio año después va a generar una escena plagada de “empresas zombis. Eso se va notar a todos los niveles”, explica el socio director de la asesoría canaria validad por la CNMV.