La pandemia está reavivando viejos fantasmas de la anterior crisis financiera del 2008. Uno de ellos es la brecha salarial, que en el periodo de recuperación del último lustro disminuyó más de tres puntos y ahora el virus amenaza con volver a disparar. Así lo denunciaron los sindicatos a lo largo de la jornada de ayer, en la que presentaron sus respectivos informes al respecto. Mediante una proyección en base a los datos de la Agencia Tributaria, CSIF estima que esa diferencia se sitúa, en términos medios, por encima del 23%; retrocediendo así a niveles del 2013. UGT alerta de que de mantenerse la situación actual se necesitarán 43 años para que la desigualdad en las retribuciones desaparezca.

Las restricciones para frenar el Covid y las caídas de demanda están afectando especialmente a sectores muy feminizados, como la hostelería, los alojamientos o el comercio. Eso se traduce en más paro y más afectación de los ERTE, tal como destaca la vicesecretaria general de UGT, Cristina Antoñanzas. “Las mujeres vamos a ser las grandes perjudicadas de esta crisis. Ha aumentado la parcialidad, la temporalidad y el paro entre las mujeres. Seguramente cuando tengamos datos, veremos que la brecha ha aumentado”, afirmó.

La brecha salarial no se traduce directamente en ese 23% que cifra actualmente CSIF. Es decir, en España, por el mismo trabajo, una mujer no cobra el 23% menos que un hombre. Esa diferencia se explica porque las mujeres, copan las profesiones peor pagadas. Más de una de cada tres mujeres (concretamente el 36%) cobran menos de 1.250 euros brutos al mes. Una cifra, correspondiente a los últimos datos disponibles (del 2018), y que es muy cercana al salario mínimo interprofesional actual (unos 1.108,3 euros brutos al mes o 950 euros, en 14 pagas). La brecha curiosamente se amplía en la misma medida en que la comunidades es más industrializaada y los salarios son más altos. Una realidad que no se da en Canarias, fuertemente dependiente de los servicios y, por lo tanto, con salarios de los más bajos del país.

Para revertir la desigualdad en las retribuciones entre hombres y mujeres, la dirigente de UGT insta a las empresas a cumplir con las nuevas normativas aprobadas el año pasado por el Gobierno. Estas obliga a las compañías a tener elaborado y registrado ante la Administración un plan de igualdad y una auditoría salarial, para cuantificar y detectar si existen brechas entre hombres y mujeres. “Si las empresas cumplen la ley, se cerrarán las brechas”, declaró Antoñanzas. Normas que el Gobierno negoció con sindicatos y patronales, pero que estas últimas finalmente no subscribieron.

Los pluses, la clave

La brecha salarial vive más en los detalles que en el trazo gordo de las estadísticas. En muchas ocasiones, los pluses juegan un rol clave, y es que los trabajadores, de media, cobran determinados pluses que sus compañeras no perciben. Más antigüedad, posibilidad de hacer horas extras, un bonus por especialización… son algunos de los sospechosos habituales que explican que en España hoy en día una mujer cobre, de media, menos que un hombre.

Según los datos de la última Encuesta de Estructura Salarial del INE, referente al 2018, las mujeres cobran el 25% menos de pluses salariales que los hombres. Algo que explica gran parte de la brecha, pues para las mujeres, que de media cobran 1.604 euros brutos al mes en España, los pluses (443 euros) representan un tercio de su nómina. Mientras, para los hombres, que perciben de media 1.996 euros brutos al mes, los pluses (597 euros) son un cuarto de la misma.

El peso de las variables (o la livianez de las mismas) es especialmente evidente en determinados colectivos, como los trabajadores a tiempo parcial o los temporales.

Seis de cada diez eventuales en España son mujeres, mientras que, a su vez, tres de cada cuatro trabajadores a tiempo parcial son féminas también. Unas proporciones que, con fluctuaciones, se han mantenido constantes en los últimos años. “Las mujeres ganan menos porque cuidan más y cuidan más porque no hay suficientes servicios públicos”, declaró el secretario general de CCOO, Unai Sordo.