Iberdrola es, hasta el momento, la última energética que ha puesto sus ojos en Canarias para entrar en el negocio de la eólica marina. El Ministerio para la Transición Ecológica tiene ya sobre la mesa proyectos de cinco empresas diferentes a desarrollar en el mar que circunda las Islas y que suman un total de 1.094 megavatios de potencia, más de un tercio de la que al cierre de 2019 –último ejercicio auditado por Red Eléctrica– había instalada en el Archipiélago (3.012 megavatios).

Falta el marco legal que permita construir estos parques eólicos off shore, y el Gobierno central debe darse prisa. El fondo de rescate europeo (Next Generation) es una vía de financiación que ha abierto la pandemia en la carrera por cumplir el objetivo de reducción de emisiones fijado por la propia Unión Europea (UE): en 2030 debe haber un 55% menos de emisiones de gases de efecto invernadero que en 1990.

La Asociación Empresarial Eólica (AEE) instó la semana pasada a la ministra Teresa Ribera a trabajar ya en la elaboración de subastas para la adjudicación de potencia eólica marina. La patronal del sector señaló Canarias como el punto del país por donde debe comenzar el desarrollo de esta tecnología en su modalidad flotante, que es la que se está imponiendo en todo el mundo por ser capaz de salvar grandes profundidades marinas.

Iberdrola.

La compañía que preside Ignacio Sánchez Galán ha presentado ya 150 iniciativas para entrar en la puja por obtener parte de los 750.000 millones de euros con los que Bruselas pretende paliar los efectos de la crisis económica. Entre ellas, un parque eólico off shore de 300 megavatios. Eso sí, Andalucía y Galicia también entran en la batalla, aún no está decidida la ubicación definitiva.

La eléctrica cifra en 1.000 millones de euros la inversión y asegura que generará 2.800 puestos de trabajo merced a la entrada en el proyecto de 66 empresas (pymes en su mayoría) y centros tecnológicos. Solo en la fase de elaboración del proyecto definitivo, antes de la construcción, Iberdrola asegura que hará falta cubrir entre 1.000 y 2.000 empleos.

Equinor.

Esta empresa noruega fue la primera en dar el paso. La ventaja competitiva se la dio la experiencia atesorada en Hywind Scotland, primer parque eólico marino y flotante que entró en funcionamiento. En noviembre se cumplieron dos años desde que dio a conocer un proyecto que contempla la instalación de 200 megavatios de potencia frente a la costa sureste grancanaria y una inversión que supera los 850 millones de euros.

La compañía nórdica encargó un estudio a la ULPGC para detallar el impacto positivo que la iniciativa generaría en la economía canaria durante los más de 20 años de vida útil. Según este, sumaría entre 550 y 780 millones de euros al PIB y más de 2.000 puestos de trabajo, contando los directos y los indirectos.

Ocean Winds.

Esta joint venture que forman la lusa Energías de Portugal (EDP) –cuenta con filial canaria en la que hay capital local– y la francesa Engie ha presentado dos proyectos ya. Uno de ellos, para la instalación de 144 megavatios repartidos en doce aerogeneradores frente al barranco de Tirajana y el otro, de 50 megavatios, en Lanzarote, cerca de Arrecife. La inversión se acerca a los 1.000 millones de euros.

ACS.

El grupo que preside Florentino Pérez ha visto en la eólica marina uno de los nichos de negocio que mayor recorrido tiene en la actualidad. Ha presentado ya cuatro proyectos –Cabildo, Alisio, Colombino y Sahariano–, todos a desarrollar en Gran Canaria. Cada uno de ellos prevé la instalación de 50 megavatios de potencia, 200 megavatios en conjunto.

Greenalia.

La gallega Greenalia es la que más proyectos ha presentado. Al primero de ellos, Gofio, que presentó al inicio de 2020, sumó otros cuatro el pasado mes de septiembre. Todos ellos tienen 50 megavatios de potencia, es decir, la energética especializada en renovables prevé instalar cerca de la costa grancanaria 250 megavatios. La compañía defiende que las Islas cuentan con el mejor recurso eólico de Europa.

El ‘laboratorio’ no para

Uno de los objetivos que persigue la Administración autonómica desde hace cinco años es colocar a Canarias como laboratorio de referencia para comprobar sobre el terreno las innovaciones que surgen en torno a las energías renovables. La Plataforma Oceánica de Canarias (Plocan) se ha convertido en el lugar preferido de varias empresas. En 2018, la ingeniería Esteyco puso en marcha la fase final de su proyecto Elisa-Elican para el abaratamiento de los costes de instalación de los aerogeneradores marinos. Desde Arinaga, la máquina se llevó navegando hasta la bahía de Las Palmas de Gran Canaria, donde el mástil se desplegó al modo en que se hace con un catalejo. En 2019, el proyecto europeo Flotant eligió el mismo terreno para probar una nueva tecnología eólica marina de menor coste y capaz de soportar un aerogenerador de 10 megavatios. Además, EnerOcean también probó su prototipo de aerogenerador eólico con doble hélice, que duplica la capacidad de generación.