El coliving es un término que está de moda. O más bien es una forma de vivir que parece que cada vez es más utilizada. Los expertos aseguran que es una nueva opción habitacional y que hay sectores de la población que le darán muchos usos. Muchos ciudadanos critican que esta opción sea la única que tienen muchos jóvenes para poder independizarse por los precios tan altos de alquiler y compra que hay en ciudades como Barcelona o Madrid. ¿Qué hay de cierto en todo ello?

Laura es una chica de 23 años que cuando se mudó a Madrid decidió optar por un coliving. “Me apetecía conocer gente y me pareció muy buena opción tener acceso a un coworking, a un gimnasio, limpieza semanal y eventos. Todo incluido en el precio”, asegura Laura. Y lo corrobora Laia Comas, ceo de Inédit Barcelona, que explica que el coliving es un formato más de vivienda, pero con una serie de servicios añadidos y de experiencias para el usuario. 

Laura está contenta con su experiencia. Lleva más de un año en un coliving de la capital española y “me encanta vivir aquí”. Además, explica que ha conocido a mucha gente de todo el mundo y destaca que lo mejor es que vive en un piso “muy moderno” con zonas comunes “que no tendría en un piso común en Madrid”. Vicenç Hernández Reche, presidente de la asociación de agentes inmobiliarios de Cataluña (AIC) y ceo de Tecnotramit, recuerda que el coliving no es nuevo y explica que el objetivo es optimizar los recursos de una vivienda para personas que no necesitan tantos metros, pero sí necesitan servicios. “Al compartirlos con más gente les sale más barato”, puntualiza.

El coliving no apto para todos los públicos

Laia Comas comenta que el coliving no es la única opción que tienen los jóvenes por los altos precios de los alquileres en las grandes ciudades, sino que es una opción más, sobre todo para gente que “no quiere que la vivienda sea la inversión de su vida. No quieren perderse muchas cosas y comprar una vivienda no satisface sus necesidades”. Por ello, insiste en que no es una moda pasajera, que es una opción que lleva en España más de 10 años, “aunque solo haga 18 meses que se nombra en todos lados”. 

Por su parte, Vicenç Hernández desmiente la teoría de que los jóvenes tienen un modelo diferente de vida y que por ello no aspiran a comprarse una vivienda. “No nos podemos llevar a engaño, es cierto que tienen un modelo diferente, pero los jóvenes que quieren comprar una vivienda no pueden, en muchas ocasiones por su nivel de sueldos”. Por lo que considera que el coliving es una buena opción para un determinado modelo de vida. 

Según Comas, el perfil de personas que utilizan el coliving está entre los 20 y los 45 años y asegura que cada vez se ve a más personas del rango más alto de edad. No obstante, hay que matizar que “esta vivienda es para jóvenes, para profesionales desplazados sin cargas familiares”, tal y como asegura Hernández. Y añade que el coliving “no es la panacea del déficit habitacional, es la una solución concreta para un público objetivo específico”. 

Laura, la joven que vive en el coliving, reconoce que no es la opción más económica que se ofrece, pero ella prefiere pagar un poco más porque le compensa tener baño privado, gimnasio en el edificio, zonas comunes, eventos organizados, contrato flexible… Explica que, como todo, tiene sus ventajas y desventajas. Para ella, una ventaja es que es una buena opción para conocer a gente y vivir en pisos modernos. Sin embargo, no recomendaría el coliving a personas más introvertidas que necesiten su espacio.

Nuevas formas de entender la vivienda

Parece que el coronavirus ha traído consigo nuevas formas de entender la vivienda, aunque el coliving, como resaltan los expertos, ya lleva muchos años. Las personas buscan cuál es el modelo que más se adapta a sus necesidades habitacionales. Esta búsqueda incluye parámetros tan diversos como nuevos espacios habitacionales, nuevos tipos de financiamiento y nuevas maneras de habitar, potenciando conceptos emergentes como el coliving, el leasing de vivienda o el crowfounding inmobiliario. “El tiempo que hemos permanecido en casa ha puesto de relieve las grandes carencias de nuestras viviendas, o más bien las nuevas necesidades, lo cual vaticina movimiento en el sector inmobiliario en los próximos meses”, afirma Emiliano Bermúdez, subdirector general de donpiso.

El aislamiento que hemos vivido también está fomentando la aparición de nuevas formas de vivir en sociedad como el ‘coliving’, el ‘cohousing’ o el alquiler compartido. Estas modalidades preferidas por los jóvenes centran su opción de vida en las grandes ciudades, cerca del lugar de trabajo y compartiendo espacios habitacionales según intereses laborales y sociales comunes. Pero ellos no son los únicos que optan por vivir bajo esta modalidad, señala Bermúdez: “Recientemente hemos visto como la ciudad de Barcelona regulaba el cohousing, mini-pisos de 24 m2 con espacios comunes compartidos para llegar a los 36 m2 exigibles. Esta opción también es muy positiva para el colectivo de gente mayor, donde socializar con la comunidad es la salvación para evitar el aislamiento y la soledad”, afirma.

Vicenç Hernández matiza que como ahora está muy de moda el coliving “se pervierte el concepto,ahora parece que todo el mundo hace coliving”. Así, explica que los hoteles dicen que venden coliving, muchos pisos turísticos se presentan como colivings y “no es así”. El presidente de la asociación de agentes inmobiliarios de Cataluña comenta que en la situación en la que está el sector inmobiliario, “hay pocas oportunidades de inversión, y los mercados más apetecibles son el de logística que es un sector con bastante proyección para este año y el residencial que es muy amplio”.