Subvencionar el transporte de combustible a La Palma, La Gomera y El Hierro no hará que se reduzca el precio final de la gasolina y el diésel en las Islas Verdes. Es la conclusión a la que han llegado varios expertos en dos informes en los que determinan que aplicar subvenciones o ventajas fiscales al transporte de carburantes hasta las islas no capitalinas no repercutiría en el bolsillo de los consumidores. De hecho, consideran que a medio o largo plazo serían las empresas que se encargan del suministro las que acabarían integrándola en la estructura de precios, por lo que la subvención perdería el efecto compensador para el que fue creada.

En este sentido, consideran que se debería ser “extremadamente cauto” con los subsidios al coste del transporte o las reducciones impositivas ya que, debido a la actual estructura del mercado, –en el que una sola empresa concentra la mayor parte del negocio en estas islas–, un porcentaje significativo de la subvención quedaría en manos de estos operadores, que aumentarían sus márgenes, reduciendo su impacto sobre los precios finales del combustible.

Una situación que podría parecerse a la que ya ha vivido Canarias en el caso de la subvención del 75% de los billetes de avión para residentes en el Archipiélago, que ha terminado provocando un alza de precios de los vuelos a la Península, haciendo que los canarios pagasen incluso más que lo que debían abonar antes de que se elevase la bonificación.

Los autores de los informes

Los dos informes, –firmados por el Gabinete de Estudios Económicos Aeconomía XXI y por Juan Luis Jiménez, profesor del Departamento de Análisis Económico de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y Jordi Perdiguero, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB)–, tienen el objetivo de analizar la estructura del sector del transporte y almacenamiento de combustible en Canarias y los factores que determinan los precios finales de este producto.

En ellos, los expertos desaconsejan articular subvenciones al transporte de carburantes, una medida que llevan tiempo reclamando desde las islas occidentales a la Consejería Obras Públicas, Transportes y Vivienda para tratar de frenar el alza de los precios. El Gobierno canario llegó a destinar una partida de 1,5 millones de euros en 2019 a estas subvenciones, pero tras consultar con la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC), los fondos quedaron inutilizados, cuando determinó que no eran compatibles con la normativa europea. Ya en ese momento se apuntó que era la falta de competencia y no el sobrecoste del transporte lo que encarecía este recursos en las Islas Verdes. De esta manera, se dio traslado de la situación a esta comisión para que lo valorara y actuase en caso necesario y se encargaron varios informes.

Estos dos estudios, a los que ha tenido acceso EL DÍA, determinan que es precisamente la falta de competencia y no el sobrecoste producido debido a la doble insularidad lo que está incidiendo en el alza de precios que han experimentado islas como La Palma, La Gomera y El Hierro en los últimos años. Reconocen que sí existen unos costes mayores, tanto en el transporte como en el almacenamiento de combustible, pero indican que estos no justifican la disparidad que existe entre el incremento del precio de la gasolina que se ha producido en islas como Tenerife o Gran Canaria, con los que han sufrido las islas más occidentales.

Sube desde 2006

De hecho, aunque los precios de la gasolina y el diésel se han incrementado en toda Canarias desde el año 2006, los porcentajes son muy diferentes. Mientras que Tenerife es la isla con menor variación, un 28% para el diésel y un 32% para la gasolina 95, en La Palma, estos porcentajes se elevan hasta el 57 y el 65%, mientras que La Gomera y El Hierro experimentan subidas aun mayores, entre el 61 y el 72%.

Algo que repercute en el precio final de los carburantes, que se distancia entre unas islas y otras, especialmente en los últimos cinco años. Mientras que en Gran Canaria se paga de media 2,8 céntimos más por el litro de combustible que en Tenerife, en el resto de las islas la diferencia es aún mayor. En La Palma, el diésel se paga diez céntimos por encima que en Tenerife, 12,2 céntimos abonan de más los gomeros y 12,8, los que se encuentran en El Hierro. Mientras que en Fuerteventura y Lanzarote, –con unos costes de transportes y almacenamiento similares a los de las Islas Verdes–, el incremento es de 3,8 en el caso de la primera y de 8,1 céntimos en la segunda.

Los informes destacan que la principal diferencia es el nivel de competencia que existe en ellas, ya que precisamente en las islas más occidentales, donde los precios son más elevados, los impuestos son menores, al no aplicar el Cabildo de El Hierro ni el de La Gomera exacción fiscal para el diésel y no haber incrementado el de gasolina 95, como sí han hecho el resto de las islas.

Aunque los expertos reconocen que los cambios en los beneficios fiscales que recibían los tributos y las modificaciones impositivas del año 2015 han podido impactar en mayor medida en las tres islas occidentales donde los costes de transporte eran mayores, estos costes también afectan a Lanzarote o Fuerteventura, que no han experimentado el mismo alza. Además, el porcentaje de la subvención estaba limitado a un máximo del 10%, por lo que su eliminación no explicaría totalmente el incremento de precios sufrido en las Islas Verdes.

Por eso, insisten en que la principal diferencia es la falta de competitividad en este sector. Mientras que en Lanzarote y Fuerteventura existen al menos cuatro operadoras diferentes, en La Gomera y en El Hierro, Disa tiene el monopolio tanto de las estaciones de servicio como del transporte y suministro, y en La Palma también cuenta con más de la mitad de las estaciones de servicio.

Mejorar la competencia

Por lo que ambos informes determinan que la política económica para corregir esta situación debe ir encaminada a mejorar la competencia de los mercados minoristas y también a favorecer la introducción de las denominadas operadoras low cost, con nula presencia en las Islas Verdes, ya que su actividad es la única que puede forzar al resto de las empresas a bajar los precios, algo que ya ha ocurrido tanto en Tenerife como en Gran Canaria.

La ruta de los combustibles en el Archipiélago

Desde la paralización de la actividad de la Refinería de Santa Cruz en 2014, Canarias importa el 99% de los carburantes que utiliza. La mayoría de ellos proceden de la Unión Europea y ante la imposibilidad de trasladarlo hasta el Archipiélago en oleoductos, una opción más barata, el barco es la única alternativa, lo que genera un sobrecoste. Los puertos de Santa Cruz y de La Luz acaparan el tráfico de los grandes buques cargueros de hidrocarburos y una vez realizada la descarga, el combustible se almacena en grandes depósitos. Desde allí, en el caso de Tenerife y Gran Canaria se traslada en camiones hasta las estaciones de servicio. Para transportar el combustible hasta las islas no capitalinas se utilizan buques cisterna desde los que se descarga directamente en las instalaciones de almacenamiento de cada isla. Puntualmente, también se recurre al contenedor cisterna, que se transporta en buques de carga convencional, más costosos. El mercado de las islas no capitalinas debe afrontar no solo el sobrecoste del traslado entre islas, sino también el de volver a almacenar allí el combustible. Sin embargo, varios informes determinan que esto no justifica el aumento del precio de la gasolina en las Islas Verdes, que achacan a la falta de competencia.