La ansiada recuperación no llega al sector turístico. Si a finales de 2020 la apertura de mercados internacionales parecía dar un pequeño respiro a la principal industria del Archipiélago, el inicio del segundo año de pandemia ha echado por tierra las aspiraciones de recuperar algo de la temporada de invierno. El devenir de la crisis sanitaria ha roto las esperanzas de los hoteleros canarios, que ya auguran que los datos del primer trimestre de 2021 serán incluso peores que los registrados en el último del año pasado. La situación se vuelve más dramática si se tiene en cuenta que los cifras fueron ya terribles en los últimos tres meses del año. En octubre y noviembre de 2020, el número de viajeros se desplomó un 79,9% en Canarias y el Archipiélago perdió el 76% de sus pernoctaciones. Unos porcentajes que los hoteleros prevén que empeoren en el arranque de este nuevo año.

El presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de la Las Palmas (FEHT), José María Mañaricua, constata que los augurios del sector para el final de la temporada de invierno no son nada halagüeños. “Será peor que el final de 2020”, ratifica, ya que mientras a partir de octubre del año pasado los principales mercados emisores, –Reino Unido y Alemania–, reactivaron los viajes con Canarias, ahora estos países los han restringido y la situación que atraviesan muchos otros mercados europeos respecto a la incidencia del coronavirus ha desincentivado por completo el turismo.

“Empezamos 2021 cerrando hoteles que habían abierto y que ya no podían mantener la actividad”. Así resume el gerente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel), Juan Pablo González, la situación actual y mantiene que al menos hasta Semana Santa “tendremos que seguir atravesando el desierto”.

Por eso, los hoteleros tienen ahora la vista puesta en el verano, momento en el que, si se mantiene un buen ritmo en la vacunación, esperan poder reactivar al menos de forma tímida la actividad. “Esperamos poder iniciar una recuperación débil y después del verano comenzar a funcionar con más energía de cara a la próxima temporada de invierno”, concreta.

El problema, señala González, es que el verano ha sido tradicionalmente temporada baja y Canarias tendrá que competir en precio con otros destinos del Mediterráneo, por lo que esta circunstancia impedirá que la industria turística del Archipiélago pueda despegar con fuerza en la época estival. “Tanto turoperadores como clientes van a pedir ofertas y van a aumentar mucho las reservas de última hora”, asegura.

Sin embargo, el Gobierno británico ya está poniendo en duda que los viajes vuelvan a la normalidad a partir del verano. Aunque el país tiene un ritmo de vacunación adecuado, el secretario británico de Exteriores, Dominic Raab, ya ha recomendado a los ciudadanos no hacer reservas aún para las vacaciones estivales. Además, Reino Unido impondrá una estricta cuarentena en hoteles para todos los británicos y residentes que lleguen al país procedentes de 22 países considerados de “alto riesgo”, entre los que se encuentra España.

Por eso, ahora todas las miradas del sector turístico están puestas en la vacuna, para que la inmunización permita cuanto antes recuperar la actividad.

Mañaricua confía en que en julio, agosto y septiembre pueda comenzar la reactivación, a pesar de la recomendación británica. “En ese momento del año, si hay un alto grado de vacunación, al menos con el mercado local podemos empezar a ver la luz al final del túnel”, valora.

Con este objetivo en mente, ahora todos los esfuerzos del sector están puestos en resistir hasta que llegue ese momento. Para ello, además del plan de rescate anunciado por el Gobierno de Canarias, –que incluye 400 millones de euros en aplazamientos fiscales y ayudas directas–, las patronales del sector demandan una rebaja del IGIC, del 7 al 5% del tipo general para la actividad turística, así como la exoneración del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI).

Mañaricua argumenta que a pesar de que los empresarios no han tenido ingresos durante la mayor parte del año pasado “las administraciones locales sí lo han cobrado todo”. Mientras que la bonificación del IBI es una medida en la que ya está trabajando la Consejería de Hacienda, la reducción del IGIC no es vista con buenos ojos por el Ejecutivo. “Es una medida que están tomando otros destinos competidores como Turquía o Grecia”, insiste, y por eso demandan que se reduzca también en Canarias “para no perder competitividad respecto a otros países y poder competir con estos destinos en igualdad de condiciones” cuando por fin llegue el arranque del sector en el segundo semestre de este año.

Las patronales se quejan además de que la mayoría de los ayuntamientos en los que hay establecimientos turísticos se han puesto de perfil en esta crisis. El gerente de Ashotel asegura que muchos no han teniendo ningún tipo de deferencia “y han seguido cobrando el 100% de unas tasas por servicios que no están prestando”. González pone como ejemplo la recogida de residuos, que no han prestado a muchos hoteles que después de cerrar sus puertas el pasado 26 de marzo por la crisis sanitaria no las han vuelto a abrir. Además, sostiene que los municipios han visto reducida la cuota que deben pagar al gestor de residuos, ya que abonan en función de la cantidad de desechos que movilizan. “La producción de residuos ha bajado para los municipios turísticos un 30%, pero ellos no han reducido la tasa”, recalca.

Por eso, las patronales canarias preparan una campaña que se lanzará en la primera quincena de febrero para pedir a los 88 municipios de Canarias que colaboren para mantener el sector turístico a flote hasta el verano.

Extensión de los ERTE y exoneración de las cuotas

La Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat) ha valorado la ampliación de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) de fuerza mayor aprobada por el Gobierno esta semana, pero pide que se prorroguen durante todo 2021. El presidente de la patronal hotelera, Jorge Marichal, señala que no habrá recuperación a corto plazo debido a factores como la falta de confianza y de conectividad aérea que afectan a todo el mercado internacional. Ante estas previsiones poco favorables, Cehat no se muestra satisfecha con el hecho de que se tengan que seguir abonando cotizaciones a la Seguridad Social cuando los trabajadores están en ERTE, así como tampoco con la discriminación en esta materia para empresas de más de 50 trabajadores, que se ven afectadas igual que las demás. Por ello, la patronal ha solicitado también la exoneración total de las cotizaciones sociales. Además, la Confederación ha advertido de que cuando se vaya retomando poco a poco la actividad no va a ser posible contratar al mismo número de personas que se tenían en 2019, año récord de demanda turística, por lo que piden flexibilidad en la cláusula de mantenimiento del empleo. La Confederación subraya que serán necesarias medidas adicionales y programas de estímulo de demanda, como la vuelta del programa del Imserso cuando un gran porcentaje de mayores estén vacunados, así como la creación de bonos turísticos que tienen un efecto tractor y provocan un aumento de la actividad.