“La compra de frutas me cuesta casi el doble que antes del dichoso virus, se ha convertido en todo un lujo”, lamenta Dulce Beuster mientras comenta con su pareja, Francisco Rodríguez, el incremento de precios desde la cristalera de una frutería en Gran Canaria. Ambos, consumidores habituales de este tipo de productos, han notado que comer fruta fresca será más caro en 2021. Y no se equivocan, ya que el precio de estos alimentos se ha incrementado un 8,6% durante el año de la pandemia, elevando el gasto que los canarios deben hacer en la cesta de la compra.

Los datos de la variación interanual del Índice de Precios de Consumo (IPC) confirman lo que muchos isleños ya habían podido comprobar en sus visitas al mercado, que estos alimentos se habían encarecido de forma notable, sobre todo a partir de la irrupción de la crisis sanitaria.

Un vistazo a las listas de precios de establecimientos mayoristas del Archipiélago basta para comprobar como en diciembre de 2019 las mandarinas locales se pagaban a 1,30 euros el kilo y este mes han subido hasta 1,50, las manzanas han incrementado su precio de uno a dos euros el kilo en un año, mientras que las peras o las naranjas de zumo también han visto un alza en su valor en 2020. “No se salva ni una, todo ha subido. Es una cosa escandalosa”, explica Beuster, quien asegura que a raíz del estallido de la pandemia ha comenzado a consumir más producto local. “En mi casa nunca falta un plátano, una naranja o una papaya”, añade.

Hay frutas que han incrementando su precio mucho más que ese 8,6%, sin embargo otras como el plátano, este mes se venden más baratas que a finales de 2019, por lo que la media del aumento de las frutas frescas se sitúa en Canarias en ese porcentaje que indica el IPC. Un alza que duplica a la registrada en estos productos en el conjunto nacional, que se situó en el 3,2%. “Vamos siempre mirando los precios, y no paramos de sorprendernos”, añade Rodríguez, quien asegura que en países europeos como Berlín hay mercadillos con precios más asequibles para los ciudadanos. “Viajas y te llevas la sorpresa de que las piezas de fruta allí cuestan la mitad que en el Archipiélago”, lamenta.

Para Ana Domínguez, vendedora en una frutería de la capital grancanaria, la subida ha sido “generalizada”, pero no existe una única causa. “Casi todas las piezas marcan un poco más que el año pasado, pero los precios cambian cada día y al final no sabes si es por una cosa o por otra”, declara. Antonio Mateo, responsable de otro comercio similar, atribuye la subida a la escasez de lluvias durante el pasado año. “Lo que más ha subido en Canarias son los artículos que necesitan del clima para el crecimiento”, apunta Mateo, quien prevé una bajada de precios a partir de verano.

Hay compradores que prefieren no investigar cuáles son los productos que aumentan su precio. “Noto que cada día pago más en la compra, pero es mas sano no mirar los precios”, explica Isabel Parra a las puertas de otra frutería de la capital. Coincide con ella Paulino Jubels, otro comprador que apuesta por no pararse a analizar el ticket de compra. “Tengo claro que la fruta ha subido, pero prefiero no mirar los precios porque me da calambre”, declara entre risas Jubels al salir de la tienda con el carro hasta los topes.

Además de por la fruta fresca, los canarios también deberán pagar más este año por otros alimentos como la carne. Todas las variedades suben, pero la que experimenta un mayor aumento, del 7%, es la carne de ovino, seguida de la de porcino y de ave, aunque estas últimas se sitúan por debajo del 2%. Los canarios también han notado que se debe pagar más por las legumbres y hortalizas, que durante la pandemia han visto como se incrementaba su precio un 3,5%, así como por el azúcar, que se ha encarecido un 4,4%.

“Comerte hoy un potaje es como antes comer caviar”, apunta Beuster sobre el aumento del precio en hortalizas mientras se asombra por los 4 euros con 90 céntimos que marca el kilo de calabacinos. “Me niego a comprarlos hasta que no bajen”, añade. Tanto Beuster como Rodríguez reclaman una bajada del coste en este tipo de productos que se consumen “a diario”. “Está todo descompaginado, la gente tiene cada vez menos dinero, pero cada vez las cosas están más caras”, sostiene.

Primer descenso desde 2015

Aunque muchos productos hayan subido el año pasado, 2020 fue el primer año desde 2015 en el que en su conjunto los precios bajaron en el Archipiélago. En concreto, el IPC cayó un 0,1%. Este es el descenso medio de todos los productos y servicios: los alimentos, las bebidas, la ropa, el calzado, los restaurantes, complementos para el hogar, el recibo de la luz o la factura del agua. Sin embargo, el comportamiento de los precios varía en función del producto o el servicio que se analice, por lo que ni todo es más barato en 2021, ni todo lo que es más barato ha bajado exactamente el 0,1%.

La pandemia ha acabado con cinco años de incremento del coste de vida en el Archipiélago, donde este indicador creció por encima del 1% entre 2016 y 2018, mientras que en 2019 el IPC aumentó un 0,4%. 2020 ha sido el primer año en el que ha cerrado en negativo.

Canarias se encuentra por debajo de la caída media registrada en España que se situó en 0,5%, anotando un descenso por primera vez desde 2014. De hecho, aunque es generalizado en todas las comunidades y ciudades autónomas, las Islas son la comunidad donde menos ha bajado el coste de la vida en el año de la pandemia. Mientras que en otras regiones como Castilla La Macha, Madrid o La Rioja, se acercan al 1% de descenso, con caídas del 0,9 y el 0,8, el Archipiélago se encuentra la primera por el otro lado de la tabla, seguida de País Vasco y Andalucía con el 0,3% de reducción.

El cierre en negativo del IPC en 2020 ha permitido a los salarios ganar más de dos puntos de poder adquisitivo. En concreto, la subida salarial pactada en convenio cerró el año pasado en el 1,89%, casi 2,4 puntos por encima del IPC interanual de diciembre. Con lo que los españoles tienen ahora con sus salarios más capacidad para comprar que la que tenían en 2019.

Si se tienen en cuenta la clasificación más amplia de bienes y servicios, lo que más se encareció el año pasado en Canarias según el IPC fueron las bebidas alcohólicas y el tabaco, un 2,2%. También aumentaron su precio de forma significativa los recibos asociados a la vivienda, como la factura del agua, la electricidad o el gas, pero también el precio de otro tipo de combustibles, que aumentaron un 2%. Los alimentos y bebidas no alcohólicas se encuentran en el grupo de los que han subido de precio en 2020, un 1,6% y le acompañan el vestido y el calzado (0,8%), cuyas ventas se han visto muy afectadas el pasado año por la crisis derivada de la pandemia, así como el gasto en enseñanza, que aumentó un 1%.