La parálisis de la economía ha dejado en la papelera alrededor de 350.000 contratos laborales. Es el número de acuerdos que las empresas y trabajadores de las Islas no pudieron firmar el año pasado por culpa del coronavirus. Un “termómetro”, en palabras del presidente de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), Agustín Manrique de Lara, que muestra hasta qué punto se ha deteriorado el mercado laboral en la región desde el estallido de la pandemia. No en vano, y como también ocurre con el aumento del paro, la destrucción de empleo o el cierre de empresas, el Archipiélago sale peor parado que el conjunto del país en lo relacionado con la contratación. Y la razón es también la misma: el cero turístico, que castiga con especial saña a la economía canaria por su alta dependencia de las vacaciones de británicos, alemanes o neerlandeses.

En enero y febrero del pasado año se suscribieron en la Comunidad Autónoma un total de 126.166 contratos. Casi la misma cifra que en los dos primeros meses de 2019, cuando se firmaron 127.585. Pero en marzo estalló la pandemia en España y el Gobierno central decretó el estado de alarma. Desde entonces y hasta el cierre de 2020, empresas y trabajadores de las Islas rubricaron 305.610 acuerdos laborales, según los datos suministrados por el Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE). ¿Son muchos o pocos? Poquísimos. En el mismo período de 2019 se cerraron 658.635. Es decir, en apenas nueve meses se suscribieron en la región 353.025 contratos menos que entre abril y diciembre del año anterior. Es cierto que en esa cifra se incluyen los contratos de trabajo iniciales —los que empresa y asalariado firman al principio de su relación laboral— y los que se convirtieron en indefinidos; como también se incluyen tanto fijos como temporales con independencia de su duración y jornada. Esto último es la razón de que la cantidad de acuerdos sea muy superior a la de empleos generados, ya que en el total entran contratos por días e incluso por horas, contratos hipertemporales y por lo general de baja calidad. No obstante, el volumen de contratación es “un signo para calibrar la situación que estamos viviendo”, apuntó el presidente de la CCE, que agregó que “va a costar trabajo recuperar los niveles de antes de la crisis”. ¿Cuánto costará? “Seguramente varios años”, reconoció.

Si el análisis no se ciñe a los nueve meses desde el estallido de la pandemia, sino a todo 2020, el resultado, claro, no es mucho mejor. El tejido productivo canario generó el año pasado un total de 477.946 contratos, 374.188 menos que en 2019 y la cifra más baja de la historia. Son hasta un 44% menos, una caída extraordinaria incluso en un contexto tan difícil como el actual. De hecho, en todo el país se rubricaron 15,9 millones de acuerdos, solo un 29% menos.

Un año casi sin negociaciones

El último fue un año casi perdido para la negociación colectiva. No solo las contrataciones se redujeron en las Islas a mínimos históricos, sino que también lo hizo la firma de nuevos convenios. La Autoridad Laboral contabilizó en 2020 en la región un total de 106 convenios colectivos, un número que a primera vista puede parecer considerable pero que en realidad es el más bajo desde que existen estadísticas oficiales. Según los datos de Trabajo, que dirige Yolanda Díaz, esos 106 convenios suscritos el año pasado —en 2019 fueron 149— regulan las relaciones laborales en 15.506 empresas isleñas en las que trabajan 187.873 asalariados. No son cifras desdeñables pero están muy por debajo de las más de 39.000 empresas y casi 331.000 trabajadores que aprobaron sus convenios colectivos en 2019. La mejor noticia es que la subida salarial pactada en esos 15.500 acuerdos es, de media, del 2,06%, cuando en todo el país se quedó en el 1,89%.