El servicio de estudios de BBVA (BBVA Research) presentó ayer sus estimaciones sobre la evolución de la economía española durante este año. El producto interior bruto (PIB) se recuperará un 5,5% tras caer en el pasado ejercicio un 11%, medio punto menos de lo que habían calculado en octubre los analistas de la entidad.

La pandemia dio un pequeño respiro a la economía del país en el último trimestre de 2020. La demanda se comportó mejor de lo esperado, con avances del 20,3% –cuatro puntos más de lo previsto– en el consumo privado y del 21,7% de la inversión, muy por encima del 6,4% que había calculado BBVA Research.

También repuntaron las exportaciones de bienes, por la demanda en la eurozona y de Reino Unido, y el sector de la automoción, mientras que los sectores agroalimentario y sanitario mantuvieron el lógico dinamismo al que les ha conducido la pandemia. “Esta evolución se explica por el impulso de medidas que han logrado hacer que el crédito fluya hacia las empresas y al incremento del gasto público, en particular en sanidad”, señalaron los economistas del servicio de estudios.

A pesar de todo, la economía española cerró 2020 con ese desplome del 11%, pese a crecer “ligeramente” alrededor de un 0,2% en el cuarto trimestre del año pasado. La previsión de crecimiento del 5,5% para este curso reduce en medio punto la que BBVA Research publicó hace tan solo tres meses. La incertidumbre sobre la evolución de la pandemia dificulta el acercamiento de las previsiones a la realidad. No obstante, los analistas prevén que para 2022 ya se habrán recuperado cotas de normalidad más destacables, lo que permitirá que el PIB se apunte un crecimiento del 7%.

El responsable de Análisis Económico de BBVA Research, Rafael Doménech, calificó 2021 y 2022 como años de recuperación económica, pero el crecimiento dependerá en gran medida de cómo se desarrolle la vacunación. Por ello, señaló que la política “más efectiva es acelerar al máximo” dicho proceso y hacerlo “masivo para alcanzar cuanto antes la inmunidad de grupo”.

Sobre el impacto de la tercera ola, Doménech estimó posible que sea menos negativo, ya que “las empresas se han hecho mas resilientes y las restricciones a la movilidad, menos intensas”.