La patronal Ashotel ha informado este jueves de que en la isla solo están operativas el 35,9% de las camas turísticas, un total de 32.579, y con ocupaciones muy bajas, en muchos casos por debajo del 20%, por lo que muchos establecimientos no tienen la seguridad de mantener su apertura en las próximas semanas.

Por zonas, el área metropolitana es las más activa, con un 67,9% de las camas abiertas (2.011), seguida del sur, con un 35,7% (26.768) y el norte, donde se alcanza el 30,1% (3.800), de tal manera que la isla tiene fuera del mercado casi 58.000 camas. Además, solo hay 83 complejos turísticos abiertos en la isla, el 40,2% del total.

La patronal precisa que la mejoría en el área metropolitana se debe a que su modelo de negocio no es el turismo vacacional, el más afectado por las grandes restricciones al mercado de los viajes de los principales mercados emisores, con alta incidencia de la pandemia de Covid-19. Al contrario, presta servicio principalmente a profesionales de negocios, empresas, actividades portuarias y delegaciones deportivas, entre otros, que mantienen, aunque notablemente reducida, su actividad.

Tanto en el norte como en el sur de Tenerife, la industria alojativa tiene una alta dependencia del turismo europeo, principalmente de británicos y alemanes, cuyos países aplican en la actualidad importantes restricciones a la movilidad.

Junto a estos, otros mercados de temporada invernal como el escandinavo también han aplicado restricciones a la movilidad a sus nacionales hacia Canarias por los datos de incidencia acumulada.

Además, la inestabilidad del mercado provocada por esta crisis sanitaria ha abocado a 34 establecimientos a cerrar de nuevo en los últimos meses en Tenerife, tras reabrir al decaer el primer estado de alarma a finales de junio.

Durante el verano algunos establecimientos se animaron a abrir sus instalaciones y empezaron a recibir clientes, sin embargo, la coyuntura del mercado no mejoró lo esperado por la mala evolución de la pandemia y a partir de septiembre comenzaron a cerrar.

Con el inicio de la temporada alta turística en las islas, a principios de noviembre, muchas empresas apostaron por abrir, tras más de seis meses cerradas.

Un hotel solo abrió una semana

Incluso, el decreto del Gobierno de Canarias que a finales de octubre reguló la llegada de turistas con pruebas de diagnóstico negativas de COVID-19 abrió un escenario más esperanzador.

Sin embargo, las mayores restricciones en Alemania y Reino Unido que se sucedían casi a diario ya en diciembre provocaron incluso que hoteles que optaron por abrir se vieran obligados a cerrar apenas en el plazo de un mes.

Hubo algún caso incluso de un establecimiento hotelero del sur de Tenerife que apenas estuvo abierto una semana, destacan desde Ashotel.

Los establecimientos turísticos que han apostado por seguir abiertos, aun con ocupaciones muy bajas, realizan actualmente enormes esfuerzos por mantenerse abiertos.

La temporada de invierno, perdida

"La temporada de invierno, la más fuerte en Canarias, la damos prácticamente por perdida, a pesar de que habíamos puesto mucha esperanza en ella, ahora ponemos las miras principalmente en el próximo invierno, aunque desde verano podamos iniciar el proceso de recuperación, si bien estaremos en un escenario de mayor competencia", explica el presidente de Ashotel, Jorge Marichal, quien confía en que el proceso de vacunación en toda Europa se complete lo antes posible y se pueda contar con esa inmunidad de rebaño que dé seguridad a residentes y turistas.

Para quienes consideran que es posible una recuperación antes de Semana Santa o en torno a esas fechas, hay que tener en cuenta que el frío es un aliado para la expansión del virus y que la apertura de un hotel --con lo que ello supone-- no puede hacerse para un solo mercado o sujeto a los vaivenes de la evolución de los índices de contagio.

Así, destaca que "es necesario iniciar cuanto antes la recuperación pero que sea estable y creciente, no en forma de montaña rusa".