El proceso de destrucción de empresas que se inició con la pandemia aún no ha concluido. Es más, ni siquiera se ha ralentizado. El número de negocios que cerraron sus puertas para siempre a lo largo de 2020 supera al de aquellos que se vieron obligados a echar el candado durante la crisis financiera. Son más de 10.000 las entidades canarias que no han sobrevivido al Año I del coronavirus, de las cuales 3.500 tenían trabajadores a su cargo.

El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que dirige José Luis Escrivá, acaba de actualizar el Directorio Central de Empresas (Dirce) con los datos a cierre de 2020. Y el panorama es desolador. El tejido productivo regional despidió el año con 58.105 negocios. Se trata de negocios activos, con asalariados en plantilla e inscritos en la Seguridad Social. A comienzos de 2020 eran 61.329, e incluso llegaron a 61.602 a finales de febrero, con lo que la tendencia era positiva. Fue marzo, cuando Pedro Sánchez decretó el estado de alarma nacional y redujo al mínimo la actividad productiva para contener el avance del virus, el mes que marcó el antes y el después. Desde entonces han desaparecido de los archivos de la Seguridad Social un total de 3.497 entidades de las Islas. Hay que remontarse a 2008, el primer año que discurrió sumido de lleno en la crisis financiera —aunque el entonces Gobierno de Rodríguez Zapatero negara la situación—, para dar con la última vez que se destruyeron más empresas en un solo año. Entonces cayeron en Canarias 4.087 firmas. Así pues, 2020 ha sido el ejercicio con más cierres de negocios —en este caso negocios con al menos un trabajador— de los últimos doce años, y con los cierres se han ido al paro, claro, miles de canarios.

De vuelta a 2014

De hecho, el número de empresas canarias de alta en la Seguridad Social y con asalariados en plantilla ha vuelto así a cifras de 2014, cuando el Archipiélago aún no se había recuperado del crac financiero de 2007. Fue ese año, 2014, el último que finalizó con menos negocios que 2020. Entonces acabaron el ejercicio 57.478 entidades. En otras palabras: el coronavirus, la paralización de la economía y el colapso del turismo han reducido el tejido empresarial de la Comunidad Autónoma a cifras de hace más de un lustro.

Con todo, esas cerca de 3.500 entidades desaparecidas a lo largo de 2020, o más bien entre marzo y diciembre de 2020, no son todas las que son. A ellas se suman varios miles más que no contaban con asalariados propiamente dichos, como, por ejemplo, los micronegocios de muchos trabajadores autónomos. Lo cierto es que la actualización del Dirce que acaba de publicar el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones no incluye los datos de esas micropymes sin trabajadores a su cargo, pero patronal y sindicatos calculan que en total son más de 10.000 las empresas que se han quedado por el camino del duro 2020. “Más de 10.000 con toda seguridad y para no pecar de pesimismo, pero es probable que la cifra real supere holgadamente esa cantidad”, explicó ayer el secretario general de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), José Cristóbal García. García, también presidente del Consejo Económico y Social (CES) de la Comunidad Autónoma, puso así énfasis en que la Covid-19 y las medidas de los Gobiernos para combatirla ya se han llevado por delante más empresas de las que destruyó la crisis financiera de 2008-2015.

En este escenario, patronal y sindicatos vienen exigiendo al Gobierno central que rescate con ayudas directas a las empresas de la región. Sin embargo, el Gabinete de Pedro Sánchez no está por la labor y ha sido el Ejecutivo autonómico el que ha dado un paso al frente con el anuncio de un plan de ayudas que incluirá subvenciones directas y que presentará a lo largo de este mes.

España, único país sin ayudas directas

España es la única gran economía de la Unión Europea (UE) —de Europa si se incluye al Reino Unido— que aún no ha concedido ayudas directas a las empresas de la hostelería, es decir, de los ramos del alojamiento y la restauración, con diferencia los más golpeados por la crisis y por la desaparición de los turistas. Con más intensidad si cabe en Canarias por la altísima dependencia de las vacaciones de los extranjeros, lo que ha llevado al cierre a miles de bares, restaurantes, cafeterías, hoteles o tiendas de souvenirs. Italia, Francia, Alemania, los Países Bajos, Rumanía, Luxemburgo, el Reino Unido y Bélgica sí han aprobado paquetes de ayudas directas en favor de la hostelería, en el caso de Alemania por unos 10.000 millones de euros con hasta 200.000 euros de inyección por empresa dependiendo de su tamaño.