La tecnología forma parte de nuestro día a día. No hay nada que se escape a la digitalización. Tampoco las inversiones. Ejemplo de ello son los 'robo advisors' o gestores automatizados, empresas de gestión financiera en las que la elaboración y manejo de la cartera de inversión del cliente se hace de forma automatizada, a través de algoritmos. El inversor confía en un "robot" para que gestione sus ahorros. El usuario español más común es un hombre de entre 37 y 45 años con estudios universitarios.

Los gestores automatizados permiten empezar a invertir a partir de los 1.000 euros, por lo que está abierto a cualquier persona con un poco de dinero ahorrado. El usuario tendrá que responder a un test, de unos cinco minutos, para descubrir cuál es su perfil de riesgo y sus intereses. El algoritmo empezará a actuar y creará una cartera personalizada. "Es para cualquier tipo de perfil", asegura Giorgo Semenzato, CEO de Finizens. "Hay gente que no ha invertido nunca y es su primera experiencia, como está todo automatizado lo ven más sencillo", añade.

Este producto también tiene sus riesgos. Patricia Suárez, presidenta de Asufin, reconoce que los 'robo advisor' son más económicos para el cliente y que, tradicionalmente, han conseguido mayor rentabilidad, pero recuerda que no "está exento de riesgos, como cualquier inversión en renta variable, por lo que no es adecuada para todos los ahorradores". Suárez aconseja no destinar dinero que se pueda necesitar en un corto plazo.

Alternativas de inversión

A los españoles aún les cuesta fiarse de que un algoritmo decida dónde va a ir su dinero, aunque, año a año, los clientes de los gestores automatizados van aumentando. Así que el perfil de los 'robo advisor' se va modificando. Un ejemplo es Indexa, que ahora cuenta con 650 millones de euros bajo gestión, mientras que el año pasado estaban en 325 millones. El número de clientes también se ha duplicado, alcanzando los 30.000 usuarios este 2020.

Antonio Banda, CEO de Feelcapital, asegura que los grandes ganadores son los bancos, ya que los 'robo advisor', por el momento, tienen una posición mínima. "Los 'robo advisors' no somos competencia, la competencia real son los bancos", apunta. Unai Ansejo, CEO de Indexa, afirma que "es un sector terriblemente oligopolizado", ya que el 70% del ahorro y de las inversiones en España está gestionado por seis bancos.

Jordi Mercader, CEO de Inbestme, explica que España es un país altamente bancarizado, es decir, la gente confía más en el banco tradicional. Pero señala que poco a poco los usuarios están buscando alternativas de inversión, por ello se muestra optimista con el futuro: "Pasará lo mismo que con el ecommerce, que tardó un poco más en llegar, pero que ahora somos de los países con más implantación. Cuando la gente se dé cuenta de las ventajas, creceremos".

Los defensores de la gestión automatizada señalan las bajas comisiones de los 'robo advisor' como la gran ventaja. De hecho, tres de los principales gestores automatizados que operan en España -Indexa, Finizens e Inbestme- tienen una comisión por debajo del 1% (0,64%, 0,65%, 0,76%). Giorgo Semenzato explica que gracias a la tecnología se permiten ahorrar unos costes importantes en la gestión, lo que se traslada a los clientes en forma de ahorro de comisiones: "Un euro ahorrado en comisiones es un euro más en rentabilidad". Según datos de Inverco, la rentabilidad a diez años de los fondos de gestión pasiva es de 5,4%, por encima de la gestión activa.

La pandemia ha dado un empujón a los productos financieros digitales. En Feelcapital han visto cómo se han incrementado las visitas a la web y también han detectado que los clientes que ya tenían han dedicado más tiempo a sus inversiones. Mercader también ha visto un aumento de interés en Inbestme: "Todo lo que es digital ha tenido un empuje importante y no somos una excepción. En estos meses las cosas nos han ido muy bien".

El CEO de Finizens explica que la pandemia ha acelerado la digitalización: la gente se ha visto obligada a confiar en los productos online de cualquier sector, por lo que el interés por los productos financieros online también ha crecido. Además, los inversores han visto que «a pesar de la volatilidad, hemos conseguido rentabilidad».