Aunque la llegada de la primera vacuna contra el Covid-19 y la inminente campaña de vacunación han generado una oleada de esperanza, los ministros de economía y finanzas de la eurozona están de acuerdo en que lo apropiado durante 2021 será mantener las políticas de estímulo para seguir apoyando una economía que sigue ahogada por las consecuencias de la crisis del coronavirus. “Hasta que no tengamos una mayor confianza sobre nuestra situación sanitaria, confianza en acabar con la pandemia y la disponibilidad amplia de vacunas no cambiará nuestro enfoque”, resumió el presidente del Eurogrupo y ministro irlandés de finanzas, Paschal Donohoe, tras un encuentro extraordinario online.

Dicho de otra forma, mientras la situación siga siendo la que es, los Estados miembros tendrán luz verde para seguir con la barra libre y solo deberán “retirarse, gradualmente, cuando las condiciones epidemiológicas y económicas lo permitan”. Y, según explicó ayer el comisario de asuntos económicos, Paolo Gentiloni, pese las “noticias positivas” por las vacunas, que han generado muchas expectativas entorno a la recuperación, el panorama sigue siendo muy incierto. El tercer trimestre de 2020 ha sido mejor de lo pronosticado en sus últimas previsiones económicas, pero es posible que el cuarto sea peor.

“Tenemos un invierno complicado por delante. La situación epidemiológica ha empeorado en las últimas semanas y aunque los datos de poder adquisitivo de la eurozona son alentadores cabe esperar que las medidas de contención adoptadas por varios Estados miembros provoquen una caída de la demanda interior a corto plazo”, explicó Gentiloni precisando que aún así “podríamos ver los primeros brotes verdes de la recuperación en el primer trimestre del próximo años”.

Además de hacerse eco de la situación económica, la declaración adoptada por los diecinueve países de la eurozona también avala los dictámenes de la Comisión Europea sobre los planes presupuestarios de los distintos países para 2021. En este contexto, el Eurogrupo advierte a los países con niveles elevados de deuda, como España, y que ya tenían antes de la pandemia problemas de sostenibilidad a medio plazo que “es importante que garanticen que, a la hora de adoptar medidas presupuestarias, preservarán la sostenibilidad fiscal a medio plazo”.

La vicepresidenta tercera y ministra de Economía, Nadia Calviño, afirmó ayer que la economía española consiguió resistir durante el tercer trimestre y lo seguirá haciendo durante la recta final del 2020 con “un crecimiento positivo”. El Banco de España estimó la semana pasada que el PIB registrará este trimestre un descenso del 0,8%, si bien establece una horquilla del 0,6% positivo a un descenso del 3%, según la evolución de la pandemia.