Las solicitudes de los canarios para hacerse la prueba de la Covid-19 han desbordado las previsiones de la Consejería de Sanidad. El Gobierno regional ha destinado un equipo de 30 personas para atender las peticiones, pero el número de llamadas es tan grande que no dan abasto para contener la avalancha. Los teléfonos se colapsaron y las quejas de los isleños en la Península —obligados a acreditar que no están infectados si quieren volver a casa por Navidad sin tener que pasar cuarentena— se amontonaron en las redes sociales. Hubo quien optó por llamar directamente a su laboratorio más cercano tras consultar en la lista publicada por el Ejecutivo autonómico. Allí debían darle cita para hacerle la prueba y pasar luego la factura al Servicio Canario de la Salud (SCS), que sufragará el coste de los test a los residentes. Así lo hizo la tinerfeña Patricia Bencomo, que estudia en Huelva y por eso vive temporalmente en Lepe. Su sorpresa fue que en el laboratorio en cuestión —que figura en la lista oficial para la provincia oscense— no solo no querían saber nada de las pruebas a los canarios, sino que encima la despacharon de malas maneras. De hecho, en la Consejería de Sanidad han tomado nota del desconocimiento existente en determinados laboratorios franquiciados y ya le han dado un tirón de orejas a la empresa matriz, la firmante del convenio, para que adopte medidas.

La consejería ya ha atendidotantos casos como los previstos para todas las navidades

A lo largo de la mañana de ayer e incluso superado el mediodía —hasta donde pudo comprobar este diario—, que alguien descolgara los teléfonos que Sanidad ha puesto a disposición era casi una quimera. En el número de contacto que figura en el sitio web del SCS, el 911 087 080, un mensaje grabado daba información básica al usuario, pero la llamada se cortaba de inmediato tras pedirle que se mantuviera en espera para hablar con un “agente”. Pasado el mediodía, en el mismo número se le indicaba al usuario en qué puesto de la cola estaba su llamada y el tiempo previsto hasta atenderlo. Llegado el momento de ser atendido, la comunicación se cortaba. En la mañana, Sanidad puso a disposición otro teléfono, el 699 228 953, “para agilizar más el proceso de cita previa” en los casos de quienes vayan a venir a Canarias desde Barcelona —hay que recordar que la orden que impone las pruebas de la Covid-19 está pensada sobre todo para los residentes que regresan por Navidad pero igualmente obliga a cualquier otra persona que venga del resto del país—. Ese segundo número también se colapsó en menos de una hora y la única respuesta era la de la operadora avisando de que el buzón estaba lleno.

Las quejas en las redes sociales se multiplicaron por más que la Consejería de Sanidad ya desde el martes había pedido paciencia ante el aluvión de llamadas. “No responden, ya no sé qué hacer...”. “No es cuestión de paciencia. Una vez contactas, esperas a que te pasen con un agente, y cuando llega el momento, cuelgan”. “Una pena la falta de previsión... Imposible que cojan el teléfono”. Son solo tres de los muchos mensajes en Twitter —pueden leerse algunos más en las capturas de esta página— sobre los problemas con los teléfonos oficiales de contacto, pero lo peor, con todo, es que tampoco era fácil pedir cita llamando directamente a los laboratorios. Durante toda la mañana fue imposible que alguien cogiera el teléfono en alguno de los dos laboratorios ubicados en las ciudades de Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife. Como les fue imposible a muchos canarios residentes en la Península que les contestaran en sus centros más cercanos.

Es más, en no pocos de estos centros, de aquellos que sí descolgaron el teléfono, no tenían ni idea del acuerdo con el Gobierno de Canarias para hacerles las pruebas gratis a los isleños —acuerdo que, por cierto, incluye un “precio especial” para los no residentes—. “Cuando conseguí que me cogieran la llamada, una chica me dijo que lo sentía mucho pero que su jefa no quería saber nada de los residentes canarios”, explicó Patricia Bencomo, que finalmente se hará la prueba mañana en otro laboratorio de Huelva para regresar a las Islas el lunes, con lo que irá muy justa para no superar el plazo de las 72 horas. Por su parte, Raquel Pérez, residente tinerfeña, en concreto en Santa Cruz, que está en Barcelona por trabajo, apuntó que logró hacerse ayer la prueba tras insistir en llamar al laboratorio, donde le reconocieron que la demanda de los isleños casi los ha desbordado.

Desde Sanidad ya se han puesto en contacto con las empresas para que avisen a todos sus laboratorios franquiciados del convenio suscrito para las pruebas a los residentes canarios. La consejería de Blas Trujillo ya ha atendido más de 100.000 llamadas y gestionado más de 20.000 citas. En realidad esos eran los números a primera hora de ayer, lo que da una idea de hasta qué punto se ha producido un aluvión de peticiones.