El coronavirus ha impulsado las ventas de productos chinos en el mundo hasta cotas históricas. Las exportaciones crecieron en noviembre un 21,1% respecto al pasado año, según las cifras de aduanas del gigante asiático. Es un ritmo que dobla las expectativas de los expertos y que se explica por varios factores: el calendario de festejos global, las segundas y terceras olas que siguen trabando la producción en Occidente y la vital necesidad de los recursos que ofrece China, especialmente material médico y electrónico, para lidiar con la pandemia.  

Son magnitudes para la hemeroteca. Las exportaciones sumaron los 268.000 millones de dólares (220.000 milleones de euros), la mayor cifra desde que se tienen registros, tras experimentar la más vigorosa subida en los últimos tres años. Una encuesta entre el sector manufacturero elaborado por la publicación Caixin apuntaba la semana pasada a la demanda más alta en una década. Un examen pormenorizado revela la dependencia actual de la fábrica global china. Subieron un 10% las exportaciones chinas dirigidas hacia su primer socio comercial, el grupo de países del sudeste asiático conocido como Asean; aumentaron un 7% las enviadas hacia Europa, el segundo socio comercial; y se dispararon hasta el 46% las que se destinaron hacia EEUU , su tercer socio comercial.  

Donald Trump comprueba en la víspera de su despedida que sus repetidas promesas de embridar el desequilibrio comercial con China han quedado irremediablemente rotas. El déficit en noviembre alcanzó los 37.700 millones de dólares (31.060 millones de euros) Es una subida del 52% respecto al del pasado año y del 74,8% en comparación con enero del 2017, cuando entró en la Casa Blanca.

El grueso del aumento de las exportaciones corresponde a instrumentos médicos para defenderse del coronavirus y al material electrónico que demanda el teletrabajo. Los primeros subieron un 38% mientras el segundo lo hizo un 24,8%. El sector textil, que incluye las mascarillas, creció un 33 %.