“¿Qué otra cosa podemos hacer?”, explicaron ayer fuentes de una compañía aérea con notable presencia en el Archipiélago. Hoy finaliza el confinamiento decretado por el primer ministro británico, Boris Johnson, para los ciudadanos de dicho país y las aerolíneas duplican –multiplican por 2,3 para ser exactos– las plazas para conectar las Islas con Reino Unido. El problema es que están lejos del objetivo de llenarlas, las reservas no registran ningún incremento.

En todos los flancos del negocio turístico se considera clave que las autoridades sanitarias españolas legitimen los test de antígenos como prueba válida para acceder al Archipiélago desde países cuyas tasas de contagio los mantiene con el semáforo en rojo. Desde el momento en que eso ocurra, están seguros de que el deseo por viajar a las Islas se concretará.

A pesar del panorama nada halagüeño, las compañías aéreas se han visto obligadas a tomar posiciones y tener sus aviones dispuestos para absorber el deseado aumento de la demanda. Cerraron noviembre con 87 conexiones semanales entre Gran Bretaña y Canarias, y terminarán el año con 208. Yendo al detalle, TUI Group pasa de las ocho del mes pasado a las 35 en el que hoy se estrena; Easyjet, de seis a 71; Jet2, que bajó la persiana del todo, retorna a la actividad con 91 enlaces semanales, o Wizz Air, que también llevó la actividad a cero, vuelve con 19.

Mientras el Ministerio de Sanidad mantenga la PCR como única prueba válida para demostrar la ausencia de Covid en los turistas, estos saltos adelante son un brindis al sol. “Estamos hablando de 230 libras (257 euros) por persona”, lamentó el presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (FEHT), José María Mañaricua.

Su homóloga de la patronal alojativa lanzaroteña (Asolan), Susana Pérez, señaló como “clave” que se admitan los test de antígenos, “mucho más baratos y accesibles, porque tener el resultado de una PCR en 72 horas es casi imposible”, ya que los laboratorios están dedicados casi por completo a la acción sanitaria. Así las cosas, Mañaricua invocó la llegada de “un milagro” para salvar los muebles en la temporada alta.

Las compañías también demandan que se dé validez a los test rápidos

En todo caso, las compañías aéreas no tienen más remedio que situarse y cruzar los dedos. En realidad no tienen mucho donde elegir. En los meses de invierno, Canarias es el único destino europeo de radio medio (distancia) turísticamente operativo. Es el momento del año en el que los europeos huyen del frío continental para calentarse al sol de las Islas. El negocio del transporte aéreo de pasajeros se rige por la máxima de que no hay nada más caro que tener los aviones en tierra. Moverlos con ocupaciones que se alejan del umbral de rentabilidad sirve para reducir, aunque sea mínimamente, las pérdidas.

Las aerolíneas consideran clave esta semana para mantener la apuesta que han realizado en este fin de año. No ocultan que mantener las PCR como única opción les obligará a deshacer posiciones.

Los hoteles inoperativos permanecen cerrados

“No se van a reabrir hoteles”, aseguró ayer el presidente de la patronal turística de la provincia de Las Palmas, José María Mañaricua. En su opinión, los que están operativos son “más que suficientes” para atender la escasa demanda actual. A pesar de que hoy finaliza el confinamiento de los ciudadanos en Reino Unido, “no ha habido ningún repunte en las reservas” para el corto plazo. Una circunstancia que cabría tildar de extraña cualquier año, pero que en el presente se explica, según el sector, por la obligación de que todos los visitantes que lleguen de países con alta tasa de contagios venga provisto de una prueba PCR que demuestre que está libre de Covid-19. El test encarece notablemente el precio final del viaje, lo que disuade a buena parte de la potencial clientela. Mañaricua sí reconoce que las ofertas del Black Friday incitaron a los viajeros a reservar estancias en las Islas, “pero no para ahora, a largo plazo y, por supuesto, con todas las garantías de que podrán cancelar sin coste alguno”. La FEHT que él preside se mostró ayer sorprendida por que la ministra Reyes Maroto no admita los test de antígenos escudándose en la Unión Europea, “cuando Bruselas reconoce su viabilidad” y anima a los estados miembros a utilizarlos.