La Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife y el Cabildo de Tenerife, son conscientes de la necesidad actual de apoyar a las de empresas, emprendedores, empleados y desempleados, en la adquisición de conocimientos y habilidades que aporten herramientas válidas que les ayuden a sobrevivir a la crisis sanitaria, económica, social y laboral derivada del Covid-19. Ante este escenario de incertidumbre se ideó un programa extenso de actividades que dieran respuesta a esta demanda, ofreciendo un interesante recorrido formativo de las llamadas, “Soft Skills” o habilidades blandas.

Herramientas que son el resultado de una combinación de actitudes destinadas a potenciar las destrezas sociales, de comunicación, de gestión del estrés, adaptación al cambio, atención al cliente e inteligencia y ecología emocional tanto en el entorno profesional como en el laboral, y que se han convertido en un requisito imprescindible para operar y mantenerse vigente en el ámbito profesional. De hecho, un 73% de las compañías españolas incluyen las habilidades blandas en sus ofertas de trabajo, porcentaje que ha ido en aumento desde que comenzó la pandemia. Los departamentos de Recursos Humanos de empresas tan potentes como Siemens o Huawei España declaran que, a la hora de decantarse por un perfil u otro, la balanza se inclina por aquella persona que sepa relacionarse, comunicarse, resolver conflictos de manera rápida y efectiva, así como automotivarse. Tal es la transformación que, según el Informe sobre el Futuro de los Empleos elaborado por el Foro Económico Mundial, el 50% de todos los empleados necesitarán volver a formarse y reciclarse en los próximos cinco años.

Las tutoras y facilitadoras del programa, Jessica y Sandra López Aparicio avalan la importancia de la adquisión de estas aptitudes, “el mundo ha cambiado, se habla de que estamos en un entorno VUCA: volátil, incierto, complejo y ambiguo”, incluso ya le agregan una H al final de hiperconectado, pero viene a ser sencillamente, un mundo en constante cambio donde la pandemia ha agregado otro giro adicional.

Desde hace unos años las empresas empezaron a notar que necesitaban en sus equipos a profesionales que “más allá de saber hacer el trabajo”, fueran capaces de desarrollar otras habilidades que les permitiesen adaptarse a los cambios imprevistos: pasamos de “qué haces” al “cómo lo haces”, o “cómo trabajas”, y es aquí, donde entran estas capacidades transversales que no son específicas a un solo trabajo, sino que se pueden aplicar a todos. Se trata, entonces, de “una reinvención laboral de las personas, porque los trabajos ya han cambiado”.

Se refuerza la necesidad de atender a estas competencias si observamos los recientes datos de desempleo en Canarias que asciende a un total de 262.487 personas en el mes de octubre, experimentando un aumento de 6.006 personas en el sector servicios que es el más afectado, seguido de la construcción, en 555 y de la industria o sector primario, muy por debajo del primero, datos que son un claro indicador de la importancia de que este tipo de formaciones estén al alcance de sectores.