La empresa Erum es hoy en día todo un referente, sobre todo en el sector de las perchas, a nivel internacional. Sin embargo, ha tenido que reinventarse constantemente a lo largo de casi ochenta años de trayectoria...

Blanca E.: Efectivamente. Para entender el nacimiento del negocio familiar como empresa nos tenemos que trasladar a 1939. De hecho, podemos decir que corre por nuestra sangre el legado de una larga saga de emprendedores. Desde la época de nuestro bisabuelo, y posteriormente con nuestro abuelo, la familia acometió negocios en diversos sectores de tendencia e, incluso algunos de ellos, avanzados para su tiempo. Fuimos transeúntes de ganado, panaderos durante la Guerra Civil, fabricantes de canutillos de cartón para cortinas antimoscas y, observando las necesidades del mercado y las posibilidades de los termoplásticos, nos trasladamos al sector de la extrusión e inyección de plástico, abriendo un amplio abanico de productos como redes de pesca, productos para el hogar como fregonas y mojarropas, artículos para el sector del juguete como los patines y el hula-hoop, y elementos promocionales para el sector de la alimentación, trabajando para marcas como La Casera o Coca-Cola.

¿Cuál fue el momento en que la empresa decantó la fabricación hacia las perchas?

Coral E.: Un día, sin saber exactamente por qué o cómo pasó, Cortefiel y el grupo Milano Quirós nos propusieron la posibilidad de fabricar perchas para todos sus centros, como proveedores únicos en el mercado español. Fue ahí cuando la tercera generación consideró que había llegado el momento de dar un paso más y dejar de ser un fabricante de plásticos de multicartera, apostando por la creación de marca y la visualización de Erum en un único sector, especializándose con el objetivo se ser líderes en monoproducto. Ese paso inició la expansión a nivel internacional, y también sentó las bases para una diversificación que se acometió en 1980. Desde entonces Erum se ha caracterizado por un crecimiento basado en la simbiosis de conocimiento y sinergias entre sectores, lo que nos ha permitido transformarnos en un grupo de empresas consolidadas, sostenibles en el tiempo y más que líderes en campos como los accesorios para la confección, automoción, packaging, cosmética y medio ambiente.

¿Cuáles son los productos que elabora en estos momentos el grupo?

B.E.: En materia de confecciónfabricamos perchas y accesorios. En el ámbito de la automoción nos hemos especializado en piezas de interior y exterior, así como en pintura plástica. En el apartado del packaging, nos dedicamos al precorte y a las cajas de cartón para la industria y el comercio on-line, mientras que en medio ambiente nos estamos volcando en proyectos de circularidad, gestores automatizados para la gestión de residuos industriales, tóxicos y peligrosos, y transformación de plásticos de origen postconsumo y postindustrial para reinserción. La división de la cosmética es la más reciente y está pendiente de explotación, pero la idea es producir cremas orgánicas y accesorios.

Todo esto les ha llevado a tener una posición consolidada en los mercados y a contar con unos resultados a nivel económico más que destacables...

B.E.: La facturación anual se sitúa alrededor de los 80 millones de euros, de los que alrededor de un 45% se corresponden con el apartado de las perchas. Contamos con más de 3.000 empleados en las diferentes plantas que tenemos distribuidas, además de Alcoy [Alicante], por lugares como India, Turquía, Indonesia, Pakistán, Marruecos, Portugal, México o Estados Unidos, y estamos presentes en un centenar de países de los cuatro continentes con ventas que se materializan en todo el mundo. Somos proveedores de cercanía y por tanto sólo exportamos el 2% de nuestra producción a países cercanos desde nuestros centros de producción. En nuestro sector, además, ocupamos el primer puesto de liderazgo a nivel tecnológico, al tiempo que somos pioneros en proyectos de circularidad a nivel global.

¿Cómo han conseguido el liderazgo mundial en la fabricación de perchas?

C.E.: Siendo rebeldes, observando donde nadie observa y trazando nuevos caminos, aventurándonos por tecnologías no convencionales. Para nosotros el impacto con el diseño es fundamental, así como la economía colaborativa y el objetivo de las 7R, consistente en rediseñar, reducir, reutilizar, reparar, renovar, recuperar y reciclar. Todo ello aportando un valor intangible no medido.

¿Cuál es la producción?

B.E.: Movemos más de 1.000 millones de perchas al año con nada menos que 5.000 referencias. Todo ello gracias a un departamento muy potente de ingenieros que nos permite contar con diseños eficientes y de una gran durabilidad.

¿El reciclaje y la economía circular son dos de las grandes bases sobre las que se asienta la empresa?

C.E.: Sin lugar a dudas. Son conceptos que están instaurados en nuestra filosofía y metodología de hacer las cosas. Mediante la recircularidad, recolectamos del mercado más del 60% del producto e insertamos mediante la fabricación las posibles faltas para la continuidad de los negocios. Perchas que, si hablaran, podrían decir que llevan más de diez años entre nosotros, ofreciendo al consumidor final esa visión de prenda expuesta que apetece comprar. Las que elaboramos, además, proceden de material reciclado. Todo ello usando procesos de ecología industrial, con importantes ahorros de consumo eléctrico, a lo que añadimos que no utilizamos agua. El resultado es que producimos perchas muy sostenibles.

El plástico no es precisamente uno de los productos que mejor fama tienen en estos momentos...

B.E.: Es cierto que el plástico tiene mala publicidad, pero por ejemplo se ha visto en esta pandemia que puede resultar muy beneficioso para la sociedad, puesto que muchos de los artículos que han servido para combatir o prevenir el coronavirus han sido elaborados con este material. El plástico, siempre que se haga del mismo un uso responsable, y apostando por el reciclaje, la sostenibilidad y la economía colaborativa, no es para nada perjudicial. Lo que hace falta es concienciación, tanto entre los consumidores como entre las propias empresas.

¿Han sido de las empresas que han diversificado en la actual crisis sanitaria?

C.E.: La crisis, como a todos, nos ha afectado, ya que hemos sufrido parones de producción y comercialización en nuestros productos de venta habitual. Sin embargo, hemos mitigado el impacto mediante colaboraciones con nuestros clientes y proveedores, convirtiendo y certificando a Erum como empresa de servicios esenciales, y a partir de ahí diversificando para ayudar en la lucha contra el Covid con artículos como mascarillas, pantallas protectoras, salvaorejas, sobres de gel hidroalcohólico, mamparas de metacrilato, y cabinas antivirales i-cliosed por rayos ultravioleta y pulverización.

Ambas hermanas aparecen en los listados de los mejores emprendedores y líderes económicos del futuro. ¿Cómo se consigue?

C.E.: Nunca esperas tal reconocimiento, y es muy gratificante a nivel personal, ya que nos aseguramos que el camino emprendido está obteniendo los resultados esperados. Pero aún es más importante por el ejemplo que proporciona a las generaciones futuras. Nos encantaría que los empresarios apostaran por hacer las cosas diferentes, siendo atrevidos, y que las organizaciones se enfocaran a objetivos basados en valores y una cultura que tuviera intrínseca conceptos como la diversidad y la integración. Cuando hablamos de diversidad, es en términos de género y cultura. Nuestro lema en este sentido es: "distintas culturas, mismos valores, mismas oportunidades".