A falta de turistas, los pocos visitantes locales se convierten en el único consuelo de los zoológicos de Canarias. Tras varios meses cerrados por el confinamiento al que obligó la pandemia, las cifras de la reapertura siguen siendo dramáticas. A la mínima entrada de ingresos para atender los gastos hay que añadir, como dicen los responsables de los parques, que "las deudas no paran de crecer" porque los cocodrilos, chimpancés, tigres blancos, jirafas, serpientes, lagartos, delfines y aves exóticas siguen demandando alimentos, y muchos cuidados.

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