Hasta 1.132 millones de la Reserva para Inversiones en Canarias (RIC) podrían quedarse en el limbo este año marcado por la pandemia porque los plazos se agotan y el Estado no da señales de vida.Hasta 1.132 millones de la Reserva para Inversiones en Canarias

El Gobierno central no da respuesta porque los empresarios o bien invierten y crean empleo o bien pagan impuestos el año que viene y devuelven el dinero de esa manera. Si Hacienda no amplía el plazo, los empresarios tendrán que invertir sí o sí la cuota que les quede por materializar antes del 31 de diciembre, por lo que los dos últimos meses del año serán una locura para buscar soluciones. Esto ocurre porque hay mucha incertidumbre y tanto los empresarios como el Gobierno central necesitan liquidez, lo que ha generado un impasse que no es tan fácil de solucionar.

¿Qué alternativas existen?

La inversión indirecta de la RIC es la solución que puede salvar los muebles, es la más eficaz que existe, el aportar capital a una tercera sociedad que a su vez lo invierte junto con el de otros empresarios. Si se hace de manera directa, la incertidumbre será mayor porque no sabrán si la actividad que van a acometer funcionará, lo que conllevaría un incumplimiento fiscal porque el plazo no sólo se marca para invertir el capital, sino también para que la actividad arranque. Se entra en un bucle de inseguridad del que es muy difícil salir. Hay que apostar por proyectos complejos, que no se sujetan a los mismos plazos temporales que los demás porque la legislación entiende que si el proyecto es de mayor envergadura se necesita más tiempo, lo que quita presión a los empresarios. En un contexto de incertidumbre jurídica y de mercado, porque no se sabe si va a haber clientes, apostar tus fichas a una inversión que va a empezar dentro de dos años y que está enfocada en el turismo es una apuesta más segura.

A esto se suma, además, la actual falta de liquidez.

Cuando haces una inversión directa tienes que desembolsar el capital o autofinanciarte, pero seguramente no podrás decidir cuánto quieres poner porque esta cantidad estará vinculada al proyecto que tienes que empezar. Pero con la inversión indirecta puedes aportar el capital que quieras de manera flexible dependiendo de la necesidad. Es decir, que resuelves el problema de la RIC sin volverte loco buscando soluciones, sin preocuparte por que Hacienda te venga a buscar y sin desembolsar un euro. No hay una solución más cómoda y segura en este contexto, al menos este año.

Ustedes se dedican principalmente a la rehabilitación turística. ¿Es el momento de acometer estas reformas?

Entendemos que ahora mismo hay mucha incertidumbre, pero dentro de dos o tres años volveremos a una cierta normalidad y se encontrarán soluciones para el volumen de negocio. Actualmente, es el momento para invertir y prepararnos para el futuro.

¿Esta crisis no debería motivar la tan anunciada y nunca ejecutada diversificación económica en las Islas?

Vivimos del turismo y vamos a seguir viviendo de ello, es el protagonista en la Islas y siempre lo será, pero hay que tener en cuenta otros sectores estratégicos en los que hay que invertir también, como la mejora del medio ambiente y la tecnología. Nosotros estamos estudiando proyectos en el ámbito energético, con parques eólicos o fotovoltaicos. Tenemos planes en fase de estudio y hablamos con partners corporativos e industriales muy potentes porque así nos obliga la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que es el organismo que supervisa nuestra actividad.

Ustedes surgieron como alternativa a la RIC. ¿Qué fallos encuentran en esta herramienta incluida en el Régimen Económico y Fiscal (REF)?

La falta de seguridad es muy evidente, todos los empresarios se quejan de ello y algunos que la han sufrido han decidido no usar la Reserva para Inversiones en Canarias nunca más porque se han cansado de ella. Nosotros queremos volver a ilusionar a los empresarios, que sigan invirtiendo en su tierra porque al final lo que ocurre es que se van fuera de las Islas y se llevan su capital a un lugar con mejores opciones. El empresariado canario tiene que creer en otras soluciones diferentes porque otro de los problemas históricos de la RIC es el minifundismo, la fragmentación y el hacer las cosas siempre a pequeña escala y nada más. Nosotros buscamos ser el primer fondo canario de inversión de la reserva con proyectos más importantes, de mayor envergadura y mayor impacto económico, es decir, retomar la idea inicial para la que fue diseñada la RIC en el año 1994, aunque luego se haya conjugado esta herramienta de manera bastante menos eficaz.

¿Qué ambiente palpa en ese empresariado al que se dirigen?

Está bastante tocado y, aunque hay optimismo, también hay mucha prudencia. Los empresarios observan el entorno y captan las señales positivas y negativas de lo que pueda ocurrir en el futuro porque nadie sabe cómo va a evolucionar esta situación. En general, la propensión a invertir no es muy alta pero la RIC es un tema de cumplimiento normativo, así que lo que queremos es evitar que se hagan inversiones por cumplir, que no son productivas pero que se ejecutan para no devolver los impuestos. Lo mejor es que éstas sean lo más rentables y seguras posible para evitar pagar futuras sanciones e impuestos.