La jueza titular del Juzgado de lo Social número 1 de Ibiza, Ana Gómez, anuló el despido del jefe de bar de un hotel de la Isla porque admite como válidos los argumentos del trabajador expulsado, que asegura que sus jefes intentan deshacerse de él porque le consideran "demasiado mayor para la nueva imagen del establecimiento". Tiene 61 años de edad.

El trabajador, que por el momento ha ganado el pulso a la empresa aunque ésta aún está a tiempo de presentar recurso de súplica ante el Tribunal Superior de Justicia de Baleares, considera que "el verdadero motivo de su despido reside en su edad (...) y debido a que el hotel habría sido reformado", pasando de ser un establecimiento que alojaba a familias a alojar ahora a "gente bonita con quien no encaja un jefe de bar sesentero".

La jueza admite como válido el argumento de la demanda, anula el despido y condena a la empresa a que readmita a su jefe de bar "en su puesto de trabajo y en las mismas condiciones que regían con anterioridad al despido, así como al abono de los salarios dejados de percibir desde la indicada fecha hasta la efectiva readmisión".

Tras recibir la sentencia, firmada el pasado día 18, el abogado del trabajador, Joan Cerdà, declaró que "hay que pensar que para el camarero un despido a los 61 años significa ver rebajada su pensión, si no logra trabajar de nuevo, en aproximadamente un 50%". Desde que, hace ya varios años, se produjo en Ibiza la transformación de algunos hoteles familiares en pretendidos establecimientos de lujo enfocados a jóvenes adinerados, se han producido numerosos despidos de este tipo, según han denunciado algunos abogados en los últimos años. "Los hoteles que 'se modernizan' eliminan a su personal calvo, barrigudito y entrado en años", resumió Cerdà.

Este trabajador es fijo discontinuo de la empresa desde abril de 2003, con categoría de jefe de bar. En enero de este año, los responsables del hotel le entregaron la carta de despido por causas objetivas y le reconocieron una indemnización de 9.666,95 euros.