¿Cómo ve desde un cargo de responsabilidad como el que ocupa la situación actual de Canarias?

Como no puede ser de otra manera con mucha preocupación. Los datos de contracción del PIB canario alcanzarán umbrales nunca vistos hasta la fecha. Esta crisis pegará muy duro a Canarias, tardaremos años en recuperarnos y nos afectará a todos los sectores y a toda nuestra sociedad canaria.

Para ayudar a resolver la crisis económica y social el Gobierno de Canarias ha presentado el plan para la reactivación social y económica de Canarias, ¿qué opinión le merece?

Buena, por supuesto. Para poder actuar lo primero que necesitamos es tener un plan. Y tenerlo es una buena noticia por lo que felicito al gobierno y al parlamento canario por ello. Ahora bien, necesitamos que el plan ponga el acento no sólo en el qué sino en el cómo, pues es en el cómo se ejecutan los proyectos e iniciativas donde está el valor diferencial entre un papel mojado a una hoja de ruta real para Canarias que permita afrontar el drama económico y social del presente, pero también proyectar la Canarias del futuro.

Y esto, ¿cómo se hace?

Con mucho diálogo, con la implicación de todos, líderes políticos, empresarios, sindicatos y sociedad civil en general. Necesitamos un proyecto común, cohesionado, con una defensa de Canarias y de su dura realidad y que esa defensa está presente en todos los foros. Necesitamos que la UE y el gobierno de nuestro país sean sensibles con Canarias; que sepan que Canarias necesita más que nunca que se le tenga en cuenta.

Se une usted a la demanda de muchos dirigentes políticos y empresariales de las islas que reclaman al gobierno que se tenga en Madrid más en cuenta a Canarias.

Nuestro país vive un momento muy complicado y no hay soluciones fáciles. Ahora bien, desde la lealtad institucional, sí hay que reclamar ayuda y especial sensibilidad con las islas. Nuestra principal industria que es el turismo vive una crisis sin precedentes. Y dado el peso del turismo en nuestra economía vivimos una crisis económica y social. El peso en la economía canaria del turismo no se da en todos los sitios con igual impacto. Por tanto, circunstancias excepcionales exigen medidas excepcionales.

Pero ha habido medidas como los ERTE ¿Qué opinión le merecen?

Los ERTE han sido un buen instrumento pues ha permitido a muchas compañías subsistir, y por tanto, mantener los empleos. Al igual que también lo fueron los préstamos avalados por el ICO. Son buenas medidas, pero no suficientes. La economía necesita que se mantengan los ERTE hasta que recuperemos los turistas, pero también tomar otras medidas para evitar un mayor desplome de la economía local. Y les doy un ejemplo. Nosotros, como servicio esencial, no hicimos ERTE en nuestra actividad de agua y medioambiente. Como otros muchos servicios como la sanidad privada, el transporte, etcétera al ser servicios esenciales hemos mantenido los servicios a pleno rendimiento, pero por otro lado, hemos tenido un impacto importante en la demanda por la caída del turismo, gran consumidor, que ha reducido drásticamente su actividad y así seguirán muchos meses más. Por tanto, la normativa debe adaptarse a esta situación para garantizar la seguridad jurídica. Los efectos del consumo de agua en el estado de alarma y por la caída del turismo en las islas durarán años, y hemos de arbitrar medidas que no dejen desprotegidas a las empresas suministradoras, ya sean públicas o privadas.

¿Y esto como se debe hacer, mediante ayudas a las empresas públicas o privadas?

No necesariamente. Yo optaría, por ejemplo, por la extensión del derecho al reequilibrio económico financiero de las concesiones hasta que se produzca una recuperación en la normalidad en la demanda. Porque no pone presión en las cuentas públicas. En un contexto de sobreendeudamiento será absolutamente esencial afrontar la resolución de los problemas mediante la colaboración.

Para que se pueda dar esa colaboración público-privada ¿qué se requiere de las administraciones públicas de las islas?

Que seamos capaces de crear un marco de colaboración que garantice que sea atractivo para la inversión y eso pasa por un marco de gobernanza de colaboración claro, que tenga el apoyo e impulso político para garantizar estabilidad en la ejecución, con temporalidad superior a los periodos electorales, disponiendo de equipos profesionales escogidos por su experiencia y valía para la gestión de los mismos. Con esto y una normativa que de seguridad jurídica y transparencia, debemos ser capaces de captar fondos públicos y privados, y en Next Generation de la Unión Europea es una muy buena oportunidad que no debemos dejar pasar. Las regiones que tengan marcos regulatorios más atractivos serán las que reciban los mayores volúmenes de inversión, que pueden generar miles de puestos de trabajo, así que debemos ponernos a ello. Tengo confianza en que esto puede salir bien. Canaragua tiene muchas experiencias de éxito de colaboración público-privada. Tenemos el honor de trabajar conjuntamente con más de cuarenta ayuntamientos de las islas y los siete cabildos, muchos de diferente ideología política, y las cosas salen para adelante, damos un servicio a los vecinos excelente y el agua en Canarias es un ejemplo de éxito público- privado. Por eso, soy optimista y si trabajamos de la mano con compromisos reales y no declaraciones retóricas, va a salir bien. Así que pongámonos a ello.

Pero hay muchos proyectos que son muy necesarios, pero no pueden ser rentables y esa no debe ser la única vara de medir.

Totalmente de acuerdo. La vara de medir es saber si podemos superar la crisis, crear riqueza, empleo y conseguir que en esta crisis no se nos quede nadie atrás, porque en la anterior se quedaron muchos. Yo no digo que debamos eliminar el modelo tradicional de financiación pública con cargo a presupuestos. Por supuesto que necesitamos inversión pública a fondo perdido y que sea sensible con las islas en lo que a aportación de fondos. Lo que digo es que debemos también desarrollar fórmulas mixtas porque hay proyectos estratégicos por hacer en agua, en mejora de los destinos turísticos, en digitalización, etcétera que no pueden depender exclusivamente de los fondos públicos.

De todas las maneras debemos ser creativos y no porque un proyecto no tenga retorno no cabe esa colaboración del sector privado. Se me ocurre por ejemplo, en el marco del REF aumentar las deducciones fiscales que permita a un inversor privado poder participar con ese ahorro fiscal en esos proyectos sin retorno económico directo sino vía ahorro fiscal. Habrá que poner a los expertos del sector público y privado que hay muchos y muy buenos a trabajar en esas fórmulas.

Antes nombró los fondos europeos y el Next Generation EU como una oportunidad única para Canarias. ¿Me podría dar algo más de detalle de cómo podríamos relanzar la economía de las islas a través de ese plan?

Así es. La crisis de la pandemia ha llevado a una movilización de fondos en la UE sin precedentes. Creo que la UE ha reaccionado bien con este plan Next Generation EU y otros mecanismos como la compra de deuda a España, el fondo COVID, el REAC- EU 2 y otras muchas líneas. El Next Generation EU es un fondo de recuperación de 750.000 millones en ayudas y préstamos del que España obtendrá hasta 140.000 millones y Canarias tiene que luchar por captar el mayor volumen de fondos. Con el dinero que capturemos invirtiendo en agua, sostenibilidad o digitalización y una agenda política reformista, que sea capaz de hacer las transformaciones necesarias, podemos crear lo que debe ser Canarias en los próximos años.

El fondo de recuperación pretende garantizar una recuperación y Canarias dada su situación económica y que es un territorio RUP debe estar en una buena posición para recibir los mismos. Me da miedo un mal uso de estos fondos en el que se priorice el gasto sin estrategia. Me da miedo porque, por un lado, corremos el riesgo de no captar muchos si no somos capaces de reclamarlos bien presentando buenos proyectos. No hay que olvidar que estaremos en competencia de proyectos con otros territorios. También me inquieta que no se preste especial atención a la sostenibilidad financiera de esas nuevas infraestructuras que se creen. Si no lo hacemos bien, vendrá poco del plan, habremos perdido una oportunidad y dejaremos a Canarias más endeudada y con mayor gasto. Las inversiones tienen que ser útiles.

¿Y cuáles son esas inversiones?

El Gobierno Canario debe estar trabajando y las conoce mejor que yo. Estoy seguro que ya están trabajando en ese plan de inversiones y lo presentarán. Por ejemplo, invertir en agua y en destinos turísticos sostenibles es invertir con estrategia para crear una palanca de diferenciación frente a otros destinos, sobre todo los competidores del norte de África.

Igual que lo es invertir en infraestructuras sanitarias de calidad, mediante la colaboración público-privada, ese es otro vector de diferenciación. Y aprovechar para hacer un despliegue del 5G en toda Canarias y de sensorización también es estratégico. Tenemos una gran conectividad aérea con las principales ciudades de Europa, tenemos un clima maravilloso, si invertimos en esto, podemos ser la Miami de Europa. El teletrabajo es una oportunidad para captar nuevos nómadas digitales.

Hay que tener ambición. Es el momento de apostar por proyectos que tenga impacto en el crecimiento y el empleo, la competitividad y la salud de los canarios y de los que nos visitan.

Ha dicho que el Gobierno de Canarias está trabajando ya en esas inversiones. ¿Sabe en qué fase están los proyectos?

El Gobierno Canario debe estar trabajando en identificarlas, pero aún estamos en una fase preliminar. Está casi todo por hacer pues la UE está ahora regulando cómo va a salir ese paquete. Necesitamos adelantarnos, porque el tiempo apremia, y crear ya esa alianza de iniciativa pública y privada para ser capaces de presentar los mejores proyectos. Necesitamos proyectos que sean diferenciales para que arrastren financiación.

Habrá pugna territorial porque España dispondrá de 72.500 millones en transferencias y 67.500 millones en préstamos. Los mejores captarán más. Por ejemplo, en agua, que es lo que más conozco, contamos con las tecnologías, con empresas innovadoras, con una enorme capacidad de respuesta para afrontar nuevos proyectos y con los recursos para ello. Nos ponemos a disposición del gobierno para ayudarles en lo que sea necesario. Con diálogo y consenso podemos sacar rédito de esta oportunidad.

Es curioso porque en esta entrevista y otras realizadas a líderes empresariales, las palabras diálogo y consenso siempre están muy presentes. ¿Resultan creíbles si se aplican a la política?

Yo creo que estamos en un momento excepcional, debemos pensar en los objetivos globales y no con tactismos políticos. Yo de política no sé, pero lo que sí que creo, es que para salir de esta crisis hace falta un gran pacto en el que la empresa sea fundamental, dentro del marco de actuación establecido por la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y en el que hay que ampliar el alcance del contrato social. Son requisitos esenciales para remontar esta situación.

Nuestro presidente Ángel Simón lo señaló en la cumbre empresarial de la CEOE en junio y ya estamos trabajando en ese pacto en muchos territorios.

En las próximas semanas presentaremos ese pacto social de Canaragua, en el que también tienen un papel destacado nuestras participadas Teidagua, Aguas de Telde y Aguas de Antigua. Un pacto social con nuestra tierra, Canarias basado en tres ejes: la solidaridad, la ocupación y la reconstrucción verde.

Ya que entramos a hablar de su empresa y su sector de manera concreta ¿qué consecuencias deja la crisis?

Esta crisis nos deja algunas incertidumbres como conocer cuándo se podrá reconstruir todo esto, pero también algunas certezas. La primera es que somos una compañía resiliente, pues nuestro servicio no ha fallado nunca. Durante los difíciles meses de abril y mayo teníamos claro que había garantizar la seguridad de los trabajadores, que debían seguir operando bajo estas nuevas circunstancias. Y, junto con ello, debíamos no poner en riesgo la continuidad de nuestras operaciones, porque éramos un servicio más esencial que nunca, en el que había que garantizar el agua para los que se quedaban en casa, en los hospitales, centros de salud, etc.

La otra certeza es que la fuerte apuesta en inversión tecnológica nos ha ayudado a sortear mejor la ola. Nos ayudó muchísimo a poder garantizar la continuidad de las operaciones sin asumir riesgos, gracias a poder operar las infraestructuras a distancia. Contamos además con mucha información por big data, con lo que estuvimos tomando decisiones de forma continua y muy rápido.

Por otra parte, teníamos que defender la caja y dada nuestra fortaleza con un balance muy saneado, esto no es un problema para nosotros. Disponemos de un balance saneado sólido para afrontar esta crisis y aprovechar las operaciones de compra que ofrezca el mercado como la que hicimos hace dos años en la mixta Aguas de Antigua. En este verano hemos seguido adquiriendo activos y estamos valorando otras operaciones. De hecho, hemos acelerado nuestras inversiones pues estamos seguros de que los turistas volverán y las inversiones las vamos a necesitar. Así que seguimos adelante con nuestro ambicioso plan de inversiones. Además, en los últimos meses hemos adelantado pedidos a nuestros proveedores para darles viabilidad y contribuir al mantenimiento de los empleos que generamos a lo largo de toda la cadena de valor en las islas.

Y si me permite, ¿qué están aportando para hacerle frente a la crisis económica sobre las familias y las empresas?

Canaragua siempre ha actuado con la convicción de no dejar a nadie atrás. Nuestra estrategia está alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y hemos implementado, sistemáticamente, desde hace años, medidas dirigidas a los colectivos más vulnerables. En esta crisis las hemos reforzado. No cortamos, ni cortaremos, el suministro de agua a quien no lo pueda pagar.

Ya por terminar, ya que los ha nombrado ¿cree que esta crisis va a ralentizar la agenda de Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas?

Todo lo contrario, la salida y gestión de esta crisis pasa por asumir mayor nivel de compromiso con ella. Y los fondos europeos es una prueba de ello, pero hace falta más ambición y compromiso. Nuestro pacto social va a seguir avanzando dando respuesta a nuestra responsabilidad ambiental, social y económica con nuestra tierra. Por ejemplo, tomamos la decisión hace ya más de un año de comprar toda la energía verde que necesitamos en nuestro negocio, como elemento diferenciador con otros operadores, y como compromiso con Canarias. Tuvo un mayor coste, que asumimos. Hay que poner objetivos, medirlos y transparentarlos. Y luego en las licitaciones valorarlo. Que se premie a quién más se compromete. Evitar las subastas que sólo provocan peor servicio y menos sostenible.

Suscríbase a El Día para tener acceso completo a todas nuestras noticias y siga leyendo esta información en nuestro Kiosco Digital.