Alemania incluye Canarias en su lista negra de regiones a las que es peligroso viajar. Berlín obliga a quienes procedan de ellas -hasta ahora todo el resto de España además de otros 136 países- bien a hacer cuarentena voluntaria o a presentar a su llegada en el aeropuerto un test que acredite que está libre de contagio por coronavirus.

El cierre de Alemania es la puntilla para el sector turístico canario, que ve así cómo se cumplen los peores augurios y la temporada alta de invierno arranca ya tocada. Solo si se doblega la curva de contagios entre lo que queda de mes y el próximo se podrán salvar los muebles. Es lo que pidió esta misma semana al Gobierno regional Sebastian Ebel, el CEO de TUI, el principal turoperador del mundo, que sigue apostando por el Archipiélago como principal destino de sol y playa de Europa.

Hasta ahora las Islas se habían salvado de las recomendaciones del gobierno alemán a sus ciudadanos, pero los índices de contagios superan ya por mucho el límite de 50 casos por 100.000 habitantes que establece su instituto de salud pública Robert Koch para pasar una región a lista negra. La tasa de las Islas es en los últimos siete días de 79,73 y en particular en Gran Canaria, uno de los destinos de los alemanes, alcanza las 143,32 personas infectadas por 100.000 habitantes.

Alemania sigue así el listado de países que no recomiendan a sus residentes viajar al Archipiélago. En julio ya lo hizo Reino Unido, el principal mercado para las Islas, y le han seguido Holanda, Polonia y la mayoría de los países nórdicos también han establecido restricciones. Solo queda Suecia como único mercado 'abierto'. El resultado de todo esto es que el 90% de las reservas de los nórdicos hasta noviembre ya se han perdido.

El Archipiélago recibió el pasado año 15,1 millones de turistas, de los que casi 2,7 millones, el 20% del mercado internacional, eran alemanes. Aunque se distribuyen por todas las Islas, tienen un peso mayor en Gran Canaria (24%) y, sobre todo, en Fuerteventura, donde alcanzan una cuota de mercado del 40%.

La esperanza para el sector pasa ahora porque, entrado diciembre, la bajada de temperaturas en el norte de Europa anime de nuevo en mercado, si se logra embridar la virus.

La consejera de Turismo, Industria y Comercio del Gobierno de Canarias, Yaiza Castilla, admitía ayer que la decisión del gobierno de Angela Merkel "supondrá, sin lugar a dudas, una clara merma en la demanda de viajes al Archipiélago, si bien no tan drástica como fue el caso del Reino Unido", puesto que de momento no se obliga a realizar al regreso una cuarentena de 15 días, sino a la realización de una prueba que verifique que se está libre del virus y en todo caso esperar en cuarentena domiciliaria hasta el resultado.

Castilla confía en que Canarias pueda reconducir esta situación en las próximas cuatro semanas para lo que considera imprescindible endurecer las medidas restrictivas y los controles para frenar el índice de contagios, así como el compromiso férreo de toda la población, "que debe tomar conciencia de que casi uno de cada dos puestos de trabajo dependen directa o indirectamente del turismo, sin contar todo el empleo inducido que genera esta actividad en Canarias", subraya en un comunicado.

Además del control del nivel de incidencia de la pandemia, Castilla apela una vez más al Gobierno de España y a Europa a permitir la implantación de las pruebas PCR en origen y destino. Estas no servirían sólo como medida de protección de la población canaria, sino como elemento de confianza de cara a los turistas y sus respectivos gobiernos. Para ello, Turismo de Canarias trabaja ya en una propuesta que haga viable esta medida de aquí a la temporada de invierno y para lo que cuenta por primera vez con la implicación de los principales operadores turísticos -TUI y la nórdica Nordic Leisure Travel Group, heredera de Thomas Cook-, además de con el ofrecimiento de las patronales canarias de sufragar de su bolsillo una parte del coste que acarrearían.

La iniciativa ahondaría en la estrategia de Turismo de Canarias de apuntalar al Archipiélago como destino seguro. Empezó en mayo con el aval de la Organización Mundial del Turismo (OMT) en un vuelo con técnicos y periodistas especializados que analizaron in situ los protocolos establecidos en toda la cadena de valor del sector y luego a principios de agosto con la suscripción de una póliza de viaje que garantiza a los visitantes que se contagien aquí con la Covid-19 la cobertura de los gastos médicos, la repatriación sanitaria o prolongación de la estancia si fuera obligada la cuarentena.

El Ejecutivo de Pedro Sánchez, que insiste en no lanzarse a poner en marcha iniciativas de ningún tipo sin el respaldo de Bruselas, centra su pelea en convencer a la Comisión Europea para que las recomendaciones restrictivas que se hagan desde los Estados miembro se basen no solo en las cifras globales de contagios de cada país, sino en los datos regionales y en otras magnitudes: hospitalizaciones, de ingresos en la UCI, fallecimientos y número detallado de test. Una estrategia que, de bajar la incidencia en las Islas en el tiempo que se pretende, beneficia a las Islas al distinguir del resto del país.

Otra de las demandas de España es que las restricciones y los criterios sean homogéneos. Se avanza en tal sentido en el diseño de un código de colores en el que las regiones pasen del verde al rojo en la medida que aumente la incidencia de la pandemia. Es la fórmula que utiliza Bélgica y que ayer anunció que veta los desplazamientos de sus nacionales a las Islas a salvo a Tenerife. La orden entrará en vigor a partir de mañana a las 16:00 horas.