Más allá de sus crecientes tensiones tecnológicas, EEUU y China acordaron ayer mantener y profundizar la tregua comercial sellada a principios de este año. Después de que la semana pasada, Donald Trump diera por "cancelado" el diálogo comercial con Pekín, el ministerio chino de Comercio comunicó ayer la decisión de ambas partes de seguir adelante con el acuerdo comercial parcial que ambos países alcanzaron a principios de este año. Así quedó decidido tras una conversación telefónica entre el viceprimer ministro de China, Liu He, el representante de Comercio Exterior de EEUU, Robert Lighthizer, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin en la que mantuvieron un "diálogo constructivo" y acordaron "fortalecer la coordinación de políticas macroeconómicas".

Según el pacto "de primera fase" firmado en enero de 2020, las dos partes se comprometieron a mantener reuniones cada seis meses para evaluar si se estaba cumpliendo correctamente. Esta primera fase implicó la reducción de los aranceles de EE.UU. del 15% al 7,5 % a importaciones chinas por valor de 120.000 millones de dólares, aunque mantiene intactos los del 25 % a otro grupo de importaciones que suponen 250.000 millones de dólares.

Por su parte, China se comprometió a recortar a la mitad los aranceles a las importaciones estadounidenses por valor de 75.000 millones de dólares.

Sin embargo, la pandemia de coronavirus ha puesto en riesgo los compromisos adquiridos por Pekín de aumentar las compras de productos de EE.UU. hasta los 200.000 millones de dólares en los dos próximos años.