Las posibilidades de un canario de menos de 30 años de acceder a una vivienda, sea en alquiler o propiedad, no solo son escasas, sino que parecen reducirse. El Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España cifra en apenas el 15,6% la proporción de residentes en las Islas de entre 16 y 29 años que viven en una casa distinta del hogar familiar, según datos de 2019 que suponían un incremento de 2,4 puntos en relación a la tasa que se registraba el año anterior. Cuando se pone la lupa sobre el tramo mayor de la juventud -los que tienen entre 30 y 34 años-, el porcentaje de los que han conseguido emanciparse sube hasta el 61,6%, el tercero por la cola del mapa autonómico tras los que registran Cantabria y Galicia.

Son varios los factores que explican esta situación, aunque pueden resumirse en dos: la precariedad laboral y el encarecimiento de la vivienda, cuyo coste resulta "inasumible, tanto en solitario como para un hogar joven", advierte el observatorio creado por la plataforma de colectivos juveniles para analizar cómo evoluciona la emancipación de los jóvenes y qué circunstancias influyen en ella. El sueldo neto de un asalariado de entre 16 y 29 años en Canarias es de los más reducidos del país, con una media de 10.046,94 euros netos anuales. Al mismo tiempo, los ingresos netos de un hogar formado por personas que se encuentran en ese tramo de edad se sitúa en solo 21.000 euros anuales, también los más bajos de España.

La temporalidad en el empleo se incrementó en 2019 hasta alcanzar en el Archipiélago al 60,1% del colectivo juvenil. Además, el informe anual del Observatorio destaca la "fuerte incidencia" de la tasa de paro de la población de entre 16 y 29 años, la cuarta más elevada de todas las comunidades autónomas, situada el año pasado en el 27,2%. El desempleo de larga duración también es "muy acusado" en Canarias y afectaba al 36,4% de las personas jóvenes.

Pero los niveles de ingresos y el empleo no son suficientes por sí solos para comprender lo inalcanzable que resulta para la población joven acceder a un hogar propio en las Islas. Los datos de paro y los salarios de los jóvenes de Extremadura son, incluso, peores que en las Islas y, sin embargo, la comunidad autónoma del suroeste español presenta unas tasas de emancipación bastante más altas, del 19,2% en el caso del tramo que va de los 16 a los 29 años -la quinta del país- y del 71% en el de los que tienen entre 30 y 34 -la octava-. La razón es que, pese a sus escasos ingresos, el esfuerzo económico que deben hacer los jóvenes extremeños es de los más bajos del país, consecuencia de un precio de la vivienda mucho más moderado que el que se da en otras regiones, Canarias entre ellas.

Para poder alquilar una casa, un isleño menor de 30 años tendría que invertir casi todo su salario, un 95,6%, mientras que para comprarla se vería obligado a destinar un 64,2% de su sueldo. En el caso de los de entre 30 y 34 años, la proporción de las retribuciones netas necesaria para acceder a una vivienda en arrendamiento sería del 70,9%, y para adquirirla en propiedad, del 47,6%.

La tasa de emancipación residencial de la población joven en España ascendía, a finales de 2019, al 18,7%, la cifra más baja desde el cuarto trimestre de 2001. Según el Consejo de la Juventud, "este proceso no supone ninguna sorpresa sino un paso más en el progresivo retraso en la edad de emancipación de la población joven que arrancó a finales de 2008, cuando estalló el último boom inmobiliario". Los retrocesos más significativos en la autonomía residencial de las personas de entre 16 y 29 años se han producido en Baleares, La Rioja y Navarra. Por el contrario, la tasa ha crecido en Extremadura y Euskadi "de modo significativo", pero sin alcanzar las cotas de los momentos previos a la anterior crisis económica.

"La relación entre emancipación y pobreza no es baladí", advierten los autores del estudio promovido por el Consejo de la Juventud, que recuerdan que, con la excepción del "breve lapso temporal" comprendido entre los años 2013 y 2015, la tasa Arope -que mide la pobreza y el riesgo de exclusión- de la población joven emancipada "ha superado con creces la de la población que aún convive con sus respectivas familias". Canarias forma parte también del grupo de comunidades autónomas en las que más elevado es este índice. "Son cada vez menos personas las que consiguen salir del hogar de origen para establecerse en otra vivienda independiente antes de los 30 años y, aun así, terminan por tener mayores probabilidades de encontrarse en riesgo de pobreza", apunta el informe.

El Archipiélago es, además de la región en que menos jóvenes pueden dejar la casa familiar y establecerse por su cuenta, también la que presenta un menor índice de población menor de 34 años que reside en una provincia distinta a la de nacimiento, poco más del 5%, un dato en el que influyen de modo determinante las condiciones geográficas de la Comunidad Autónoma (fragmentación y lejanía respecto al resto del territorio nacional).