El plan para usar el superávit de los ayuntamientos ha llevado al Gobierno a una soledad casi absoluta. Alcaldes de todos los partidos -incluidas formaciones que sostienen al Ejecutivo y consistorios de la órbita de Unidas Podemos- se han puesto en pie de guerra ante la propuesta de ceder sus remanentes al Estado. Un ambiente que no es el más propicio para Pedro Sánchez en medio de la escalada de contagios de coronavirus y que ha provocado cierto nerviosismo. Para aplacar la revuelta, este martes, el Ministerio de Hacienda anunció que se hará cargo de los intereses de los saldos bancarios de los municipios que se acojan al acuerdo, lo que podría suponer un ahorro cerca de 70 millones de euros para las entidades locales. Sin embargo, la cesión por parte de la ministra del ramo, María Jesús Montero, no sirvió para poner freno a la rebelión municipal.

El planteamiento del Gobierno es que las entidades locales con superávit que apuesten por cederlo al Ministerio de Hacienda, en el marco del acuerdo con la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), no tendrán que pagar los intereses que actualmente abonan por tener los remanentes inactivos a entidades financieras. No obstante, el gesto de Montero cayó en saco roto y no evitó los reproches del resto de partidos.

Unión de partidos

"Estamos intentando parar los pies a un Gobierno que no está a la altura de las circunstancias y que está intentando robar los ahorros de los vecinos", sentenció el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Montesinos, antes de recordar que desde el pasado lunes los regidores conservadores se están movilizando contra el acuerdo aprobado en el seno de la FEMP solo con los 'síes' del PSOE y gracias al voto de calidad de su presidente, el socialista Abel Caballero.

"Esto no va de colores políticos", recordó Montesinos tras señalar que varios alcaldes de distintas formaciones, entre ellas ERC, Compromís o el BNG, se han unido en contra de la propuesta del Gobierno que todavía deberá ser aprobada a su paso por el Congreso como real decreto. Una votación que, todo apunta, se podría complicar para el Ejecutivo.

Cuestión interna

Los conservadores defienden que las críticas al plan de Sánchez para usar el superávit de los ayuntamientos no provienen solo de la oposición. En este sentido, Montesinos se mostró escéptico ante la idea de que todos los regidores del PSOE estén a favor. "Volvemos a emplazar a los alcaldes socialistas para que se sumen en defensa de los vecinos y digan en público lo que dicen en privado: que no quieren este plan del Gobierno", dijo en una rueda de prensa en Málaga.

Horas antes de las palabras del dirigente popular, la secretaria de Política Municipal del PSOE, Susana Sumelzo, cargó duramente contra la estrategia esgrimida por los de Pablo Casado. La socialista defendió que la pretensión del PP de mantener los remanentes en las cuentas corrientes de los ayuntamiento implica "hurtar a sus vecinos sus ahorros, reteniendo en los bancos esos ahorros y, en definitiva, restando a sus municipios y restando a sus ciudadanos". "¿No habrá un poco de operación política del PP en esto?", preguntó Caballero yendo un paso más allá después de que el pasado lunes los populares le acusaran de haber "traicionado" al municipalismo al aceptar la medida del Gobierno.