Las posibilidades de que un niño nacido en una familia de bajos recursos económicos alcance una posición más elevada en su vida adulta son todavía más escasas en Canarias que en el conjunto de España, donde el llamado ascensor social -las herramientas que el Estado del Bienestar pone a disposición de los ciudadanos para posibilitar su progreso social y económico-, aunque se mueve, muestra un funcionamiento manifiestamente mejorable. Así lo pone de relieve el Atlas de Oportunidades, un estudio elaborado por la Fundación Cotec para la Innovación y la Fundación Felipe González que compara las rentas de padres e hijos de diferentes estratos sociales a lo largo del tiempo.

Solo ocho de cada cien canarios nacidos en el seno de familias desfavorecidas logran, en su vida adulta, situarse en el tramo más elevado de la pirámide social. Es la proporción más baja del país junto a la de Extremadura (también un 8%). Los datos del Atlas de Oportunidades corroboran que las comunidades autónomas con los peores indicadores en materia de paro, renta o pobreza son también aquellas en las que los intentos de los ciudadanos de mejorar su posición en relación a la de sus padres se hacen más cuesta arriba. El grupo de regiones con escasa movilidad social entre generaciones lo completa Andalucía, mientras que el de comunidades donde el progreso resulta menos costoso lo conforman Cataluña, Aragón, La Rioja y Madrid, aunque hay que tener en cuenta que en el informe no se han incluido los registros de País Vasco y Navarra, que disponen de hacienda propia. Los datos dejan claro que hacerse rico habiendo nacido pobre es más del doble de probable en Cataluña -donde el 21% de los ciudadanos criados en hogares de bajos recursos alcanza el tramo más alto de la escala económica y social- que en el Archipiélago.

El estudio concluye que las oportunidades para subir en la escala de ingresos en España están muchas veces vinculadas al ingreso de sus padres o al barrio donde crecieron, que "determinan su futuro bienestar con mayor certeza que sus logros y esfuerzos". Pero, ¿cómo han conseguido los autores del estudio seguir el rastro de la renta de padres e hijos para saber hasta qué punto los segundos han conseguido avanzar en la escala social? El proyecto recaba información tributaria de la renta de 2,7 millones de miembros de ambas generaciones en un intervalo temporal de 18 años: para los padres se examina la declaración del IRPF de 1998; para los hijos, la de 2016. Estos últimos son todos nacidos entre 1984 y 1990, por lo que el dato de su declaración de la renta se obtiene cuando tenían entre 26 y 32 años. El estudio incluye, además, una detallada información geográfica sobre el entorno en que se desarrolló la infancia de los hijos. El cruce de todos estos datos permite comprobar cómo la posición económica aún depende en buena medida de los orígenes familiares. La riqueza y la pobreza se heredan y el círculo vicioso de la desigualdad se rompe solo en contadas ocasiones.

Canarias no solo es la comunidad autónoma en la que menos hijos de padres pobres alcanzan con el paso del tiempo una posición acomodada; también encabeza, tras Andalucía y Extremadura, el listado de las que experimentan un mayor estancamiento intergeneracional en los niveles más bajos de renta. Así, un 27% de los nacidos en hogares de escasos recursos permanecen, pasado el tiempo, en el tramo inferior, diez puntos por encima de Baleares y Cataluña, las regiones en que más jóvenes logran escapar de la pobreza. Los niveles de renta son cinco -quintiles- y van desde el 20% de la población más pobre al más adinerado.

Movilidad hacia abajo

Entre los criados en hogares de renta media hay más movilidad hacia abajo que hacia los tramos más acomodados. Un 24% permanecía 18 años después en la posición de partida, mientras que un 48% se había desplazado a los niveles más bajos (un 24% al quintil de menor renta de todos). En cambio, solo se produjo ascenso en un 28% de los casos (y únicamente un 11% se situó en el tramo más elevado).

Por su parte, los hijos de padres cuya renta se situaba en el 20% más alto a finales del siglo pasado ocupaban esa misma posición en el 23% de los casos, la misma proporción que, transcurridos 18 años, había visto desplomarse sus recursos hasta caer al nivel más desfavorecido. Canarias es, tras Andalucía (24%) y junto a Murcia y Extremadura, la región en la que más jóvenes procedentes de hogares acomodados caen hasta los tramos de ingresos más bajos. En el otro extremo se encuentran, con los porcentajes más reducidos de este declive social y económico, Cataluña (13%) y Baleares (14%).

Las acusadas diferencias entre unas regiones y otras están relacionadas, advierten los autores de la investigación, con "múltiples factores". Entre los que desempeñan un "papel relevante" en las transmisiones intergeneracionales de renta figuran el propio crecimiento económico de la comunidad de que se trate o su participación en los procesos migratorios.

En el ámbito de todo el país, solo el 12% de los hijos de hogares pobres se ubica en el tramo con más rentas, en tanto que un 33% de los hijos de familias ricas permanece en ese quintil de mayores recursos. El estudio también revela que la influencia de la renta de los padres sobre la de los hijos tarda unos años en manifestarse y alcanza su máximo cuando los vástagos son mayores. Así, con 26 años, los hijos de familias ricas y pobres que tienen ingresos bajos son prácticamente los mismos (alrededor del 20% del total), pero para cuando cumplen los 32 se detecta un cambio, puesto que declaran ingresos reducidos el 16% de los hijos de hogares ricos y hasta el 27% de los nacidos y criados en hogares pobres. La menor movilidad se observa a los 32 años, cuando la probabilidad de encontrarse en el quintil de mayor renta es casi el triple para los hijos de hogares ricos que para los de familias pobres. Los autores del estudio consideran "posible" que esa brecha siga agrandándose con el tiempo, aunque más allá de los 32 años no disponen de datos.

El mapa de las grandes ciudades también está atravesado por una brecha que divide el norte del país del sur. En el caso de Canarias, los municipios incluidos son Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas de Gran Canaria y La Laguna, que figuran entre las urbes del país donde con más claridad se manifiesta el atasco del ascensor social, dado que los hijos de familias con escasos ingresos tienen, en general, menor renta que sus progenitores. En cambio, Barcelona, Zaragoza, Madrid, Fuenlabrada y Móstoles aparecen como los núcleos con una mayor movilidad social al alza.