La caída del turismo por la pandemia del Covid-19 ha arrastrado a todos los sectores económicos y el inmobiliario no ha sido una excepción. La escasez de visitantes que sufren las Islas ha influido en la compraventa de viviendas, que ha caído a su vez más de un 20%. El motivo radica en que entre un 35% y un 38% de estas operaciones están protagonizadas por los turistas que llegan al Archipiélago para residir o invertir. "La incertidumbre del panorama mundial unido a la dependencia de las Islas de este sector ha provocado miedo entre los compradores", explica Isidro Martín, delegado en Canarias de la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios (Apei), que además recuerda que antes de la pandemia las transacciones en el sector ya estaban adquiriendo un tono muy moderado, aunque no hubieran llegado a descender.

Canarias es una de las comunidades autónomas donde más ha bajado la compraventa de viviendas en el primer trimestre del año. Junto a Baleares, Castilla-La Mancha, La Rioja y Aragón, las Islas superaron en más de cuatro puntos la caída media del conjunto de España, donde se produjo un retroceso del 16,9% interanual entre enero y marzo -un periodo afectado parcialmente por la crisis sanitaria y el estado de alarma-, según el Centro de Información Estadística del Consejo General del Notariado.

Este descenso en las operaciones inmobiliarias no ha estado acompañado, sin embargo, de un abaratamiento de las casas. Los precios siguen casi intactos a pesar de que lo lógico es que hubieran bajado si no ese mismo 20%, sí al menos entre un 10% o un 15%. El motivo radica, tal y como explica Martín, en la falta de vivienda nueva, que apenas existe en Tenerife a pesar de la alta demanda. En Las Palmas de Gran Canaria la situación de este mercado es mejor, con unos 40 edificios que se están construyendo en la actualidad, según el delegado de Apei, lo que ayuda a que el valor de los mismos comience a equilibrarse. "Sin embargo, en Santa Cruz de Tenerife el Plan General está paralizado, los promotores tienen muchas dudas y se tarda demasiado tiempo en obtener las licencias, en ocasiones incluso más de un año, lo que provoca que los inversores se quemen y se pare todo", se queja Martín.

A esto se suma la nula construcción de vivienda pública en la última década, lo que provoca que en las Islas oficialmente -pues las cifras llevan años sin actualizarse- haya 17.023 demandantes inscritos para optar a un hogar, 9.556 de ellos para vivienda protegida de promoción pública y 7.467 para promoción privada, según los datos del Registro Público de Demandantes de Canarias. Para comenzar a parchear esta situación, más de una treintena de representantes sociales, económicos y políticos suscribían el Pacto por el Derecho al Acceso a una Vivienda Digna en Canarias apenas dos días antes de que se declarara el estado de alarma por la pandemia en todo el país. Este documento, liderado por el Ejecutivo regional, contempla la construcción de unas 2.200 viviendas públicas en cuatro años con sus propios recursos, a las que se sumarían las promovidas por ayuntamientos, cabildos y sector privado. Entre las casas que se pensaban edificar incluidas en el Plan de Vivienda estatal 2020-2023, las que se construirían con fondos del Gobierno español para amortiguar los precios del alquiler y las de la empresa pública canaria Visocan, se preveía que las Islas dispusieran de unas 4.400 viviendas nuevas a lo largo de esta legislatura. Sin embargo, habrá que ver si la crisis económica del Covid frena estos planes o si, por el contrario, los impulsa para fomentar la recuperación, como esperan los constructores, ingenieros y arquitectos de Las Palmas, que a finales de junio se unían para exigir que las administraciones aligerasen la licitación de proyectos.

Diferencias según zonas

Diferencias según zonasA esta falta de oferta de viviendas se suma que los bancos no facilitan las hipotecas sino que ahora optan por endurecer la financiación. Una estrategia que Martín entiende en parte porque no se pueden volver a repetir los mismos errores que inflaron la burbuja inmobiliaria antes de que esta explotase en 2008, cuando las entidades financieras ofrecían préstamos sin apenas control. De todas formas, el delegado de Apei se opone a que se haga gala de un celo excesivo por parte de las entidades financieras que frene un mercado donde los precios no dejaron de subir este año -hasta un 5,3% más en los tres primeros meses-, mientras que ahora experimenta caídas leves (-5%) o moderadas (-10%) según los enclaves.

"Hay zonas calientes donde el valor de los inmuebles se mantienen o bajan de manera imperceptible, como Santa Cruz de Tenerife o La Laguna, mientras que en Las Palmas de Gran Canaria, al haber mayor oferta, los precios se podrán regular más", asegura Martín. Las casas nuevas han mantenido su valor o incluso han subido un 2%, mientras que las de segunda mano han bajado. En municipios turísticos como Adeje o San Bartolomé de Tirajana, donde muchos compradores son extranjeros, los precios son negociables a la baja, en gran parte, por la influencia del brexit, como aclara Martín. En las islas no capitalinas también existen diferencias: mientras que en Fuerteventura y Lanzarote apenas hay oferta y los precios siguen altos, la inferior demanda de El Hierro, La Gomera y La Palma provoca que sus casas sean más asequibles.