Canarias busca que el Estado reinvierta el ahorro que posibilita la energía fotovoltaica en ayudas para acelerar la penetración de las fuentes renovables en las Islas. El Ejecutivo regional se marca como objetivo para el 2030 que el 7,5% de la superficie de las cubiertas de los edificios esté ocupada con placas solares, una circunstancia que, junto con la puesta en marcha de sistemas de almacenamiento energético, permitirá cubrir la demanda total energética de las Islas y un ahorro de 300 millones al año al Gobierno central, que costea el sobrecoste del sistema eléctrico canario. Sin el funcionamiento de las tecnologías de conservación de la energía -y teniendo en cuenta que ni de noche ni en días nublados las placas generan electricidad-, el Archipiélago estaría en disposición de abarcar entre el 35% y 40% de la demanda y de lograr, a su vez, un ahorro de 126 millones al año.

El sobrecoste del sistema eléctrico canario está cifrado en unos 800 millones al año, de los que la mitad llegan a través de los presupuestos estatales, según detalló ayer el consejero de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias, José Antonio Valbuena, durante la presentación de un avance del Plan de Transición Energética de Canarias (PTECan). "Se trata de buscar ese compromiso del Estado", apuntó, para dotar de mayor fuerza el impuso de las energías limpias. El documento, que será aprobado a finales de 2021 y estará vigente hasta 2030, está ligado a la ley de cambio climático que el Gobierno someterá "en breve" a exposición pública. "No va a haber elementos disonantes con los planes estatal y europeo", indicó, para lograr la descarbonización paulatina del Archipiélago de cara al 2040.

Ejes clave

Pese a que aún quedan diversos aspectos que desarrollar en el plan, Valbuena expuso que contará con varios ejes claves. El relativo a la erradicación de la pobreza energética, al que hizo mención especial, el del sector residencial -que representa casi el 30% de la demanda-, el del sector turístico, el industrial -con un apartado específico para el agua-, el del transporte; el de la agricultura, ganadería y pesca y el de la capacidad investigadora e innovadora de las universidades canarias vinculada a los sistemas eléctricos.

El nuevo plan de transición energética -el primero desde la redacción del último documento, con fecha de 2006- tendrá en cuenta el potencial energético y demanda de cada edificio. El consejero calcula que en 2030 Canarias podrá tener instalados 1.200 megavatios de energía fotovoltaica. Esta potencia no solo garantizaría el abastecimiento de entre un 35% y 40% de la demanda energética sin sistemas de almacenamiento de por medio, sino que evitaría la emisión de un 15% de los gases de efecto invernadero a la atmósfera. En caso de que esos sistemas de almacenamiento estén a pleno rendimiento para sortear los días grises, el Archipiélago tendría capacidad para cubrir entre el 80% y 100% de la demanda.

En cualquier caso, el escenario más realista contemplado por el Ejecutivo regional en la estrategia para el autoconsumo fotovoltaico requiere de una inversión de 3.244 millones de euros procedentes de fondos públicos y privados, lo que permitiría alcanzar una cobertura de demanda mediante energía fotovoltaica del 36,6% para toda Canarias y una reducción de al menos 1.000 toneladas de dióxido de carbono al año.

"Es posible conseguir la descarbonización de Canarias", enfatizó Valbuena. El Archipiélago, pese a ser un sistema aislado y un territorio fragmentado con casi un 90% de la superficie protegida, es capaz de ser "autosuficiente" desde el punto de vista eléctrico con solo el 7,5% de las cubiertas de los edificios ocupadas con placas solares, insistió. Recordó, en este sentido, que el coste de instalar una placa solar en una vivienda ronda los 3.000 euros y que el 80% del desembolso tiene que ser privado.

Por sectores, el residencial supondría el 37% del total de potencia instalada, seguido del hostelero (16%), comercial (13%), industrial (11%) y administraciones públicas (11%). El objetivo del Gobierno es incentivar como prioridad el autoconsumo fotovoltaico en zonas con difícil acceso a la red de transporte y distribución de electricidad. En estos casos, el departamento dirigido por Valbuena se fija como objetivo instalar 20 megavatios.

La Consejería no pierde de vista el desarrollo del potencial de la energía geotérmica, como tampoco de la solar térmica. El responsable del área expuso que el 10% de la demanda energética del Archipiélago corresponde a los termos eléctricos. "Eso se vence con solar térmica", reiteró.

Los sistemas de almacenamiento energético, que aún quedan por proyectar, así como la paulatina electrificación del transporte, especialmente centrado en la implantación del vehículo abierto, son dos de las iniciativas que pretende impulsar el nuevo plan de transición energética de Canarias tras casi 15 años de su última actualización.

Los trabajos preparatorios para establecer los ámbitos de actuación y la metodología de trabajo no solo han buscado garantizar un alineamiento con las directrices estatales y europeas, sino también la participación de la comunidad científica de Canarias, cabildos, ayuntamientos y agentes del sector.