Repsol obtuvo en el primer semestre de 2020 un resultado neto ajustado, que mide específicamente el desempeño de los negocios, de 189 millones de euros. Esta cifra se alcanzó en un contexto condicionado por la pandemia global, el derrumbe de los precios del crudo y del gas y la extraordinaria caída de la demanda.

"El modelo de negocio integrado de Repsol, junto con su flexibilidad y resiliencia, fueron fundamentales para que en su conjunto los negocios obtuviesen un resultado positivo en un escenario de recesión mundial", explicó la compañía.

Ante la drástica caída de los precios de las materias primas y de la demanda que está provocando la crisis del Covid-19, la compañía ha acometido medidas para reforzar la generación de caja y fortalecer su balance, que se han reflejado en el último trimestre en una reducción de la deuda neta, así como de los costes operativos e inversiones.

Todos los negocios de Repsol lograron un flujo de caja operativo positivo en los primeros seis meses de 2020, "trabajando en un entorno extraordinariamente retador que puso a prueba su capacidad de innovación", ahondó la firma.

El negocio de comercial y renovables obtuvo un resultado de 163 millones de euros en el semestre lastrado por el parón en la demanda. El confinamiento y las restricciones a la movilidad impuestas para combatir el Covid-19 redujeron las ventas en la red de estaciones de servicio en el segundo trimestre un 48% respecto al mismo periodo de 2019 en paralelo a la alarma nacional.