La cifra de contratos firmados en Canarias bajó en 2019 por primera vez en siete años, pero este descenso no ha afectado a la intensidad de la movilidad laboral, que se mantiene al alza desde la salida de la última crisis económica. En vísperas de otro crac -el provocado por la epidemia de Covid-19 y de las medidas de restricción de la actividad adoptadas para combatirla- aumentaron tanto las contrataciones a trabajadores extranjeros como los desplazamientos entre islas para acceder a un empleo, aunque disminuyó el volumen de relaciones laborales suscritas por ciudadanos procedentes de otras comunidades autónomas. En el caso de los foráneos, el peso del turismo y la hostelería constituye el factor clave. En diez municipios la proporción de contratos firmados por población extranjera sobrepasó el 30%, y la gran mayoría de ellos se distinguen por su dedicación a la tradicionalmente considerada primera industria del Archipiélago. De cualquier manera, y pese a que los movimientos laborales se intensificaron, el 91% de los contratos que se formalizaron durante el año pasado en Canarias no implicó ningún tipo de desplazamiento.

La Oliva, en Fuerteventura, encabeza el grupo de localidades con alta proporción de contratación extranjera, con un 44,3% del total. La siguen Arona (39,3%9, Antigua (38,8%), Yaiza (38,4%), Tías (37,8%), Adeje (36,1%), Pájara (34,5%) Valle Gran Rey (32,7%), Teguise (31,9%) y Betancuria (30,9%). Otros 19 municipios presentan porcentajes superiores a la media de la región, que asciende al 17,1%, según los datos del informe anual sobre migración laboral elaborado por el Observatorio Canario de Empleo (Obecan), organismo adscrito a la Consejería de Economía del Gobierno autonómico. El pasado año, los ciudadanos procedentes de otros países rubricaron en Canarias un total de 146.268 contratos, un 3,9% más que en 2018.

Las islas más orientales registraron las tasas más elevadas de nuevos contratos firmados por extranjeros: Fuerteventura contabilizó un 32,1% y Lanzarote un 28,1%. También Tenerife, con un 18,2%, y La Gomera, con un 17,2%, sobrepasaron la media regional. Por debajo de esta se situaron La Palma (14,5%), El Hierro (13%) y Gran Canaria (11,5%).

Italia, Cuba, Venezuela, Colombia y Marruecos son las procedencias más habituales de los foráneos que suscribieron contratos de trabajo el año pasado en las Islas. Entre los naturales de estos cinco países suman más de la mitad de las relaciones laborales firmadas por foráneos en Canarias. Los italianos, en concreto, ostentan un liderazgo -el 17,5% de los contratos- coherente con su condición de colectivo internacional con más presencia en la región.

En cuanto a la distribución por sectores, más del 50% de los contratos formalizados por ciudadanos extranjeros se inscriben en la hostelería (51,5% en el caso de los comunitarios y 54,2% en los no comunitarios). Al resto de servicios corresponde también una buena parte de esta contratación (33,6% en los ciudadanos de la UE y 22,1% en los externos al espacio comunitario). A continuación figuran el comercio (9,6% y 10,9%), la construcción (que, con el 2,9% y el 6,6%, ha caído mucho desde el estallido de la burbuja inmobiliaria), la industria (1,7% y 2,7%) y la agricultura (0,8% en comunitarios y 3,8% en no comunitarios).

Los contratos asociados al desplazamiento de trabajadores entre islas también crecieron en 2019, cuando se firmaron 47.315 vínculos laborales a asalariados cuya residencia se situaba en otro territorio insular, 2.350 más que en el año anterior.

El estudio del Obecan sobre migración laboral revela que la movilidad entre islas vinculada al empleo se ha disparado en los últimos años. El incremento en relación a 2015, el primer ejercicio recogido en el informe, ha rozado el 50% (47,6%). La mayoría de los movimientos realizados durante el año pasado correspondió a ciudadanos nacionales (38.819). Los extranjeros, por su parte, protagonizaron 8.496 desplazamientos migratorios interinsulares.

Gran Canaria, a la cabeza

El análisis de los datos sobre la migración laboral entre islas permite observar cómo solo tres territorios insulares presentan un saldo positivo, es decir, reciben más población trabajadora de la que emiten. Gran Canaria se distingue del resto con gran claridad: la diferencia entre entradas y salidas es de 5.865. En Tenerife, por su parte, los contratos firmados por residentes en otros puntos del Archipiélago superaron en 753 los formalizados por ciudadanos establecidos en la Isla. La diferencia positiva en La Gomera es de 41 contratos. En el otro extremo se sitúan Fuerteventura, con un saldo negativo de 2.599 contratos; La Palma, con 2.539; Lanzarote, con 1.215; y El Hierro, con 276.

Las Palmas de Gran Canaria es, con una notable diferencia, el municipio que más atrae trabajadores procedentes de otras islas. En 2019 fueron 12.653 entradas, frente a 5.806 salidas (los datos se refieren siempre a contratos, no a personas). Santa Cruz de Tenerife, que se sitúa en segundo lugar, registró solo 5.198 entradas y 3.210 salidas.

El aumento que se ha producido en este tipo de migraciones dentro del propio Archipiélago contrasta con la disminución experimentada en 2019 por los contratos firmados por personas procedentes de otras comunidades autónomas, cuyo volumen retrocedió un 9,82% (21.167 en total).