Los costes salariales se hundieron en Canarias un 8,4% en el primer trimestre de este año, según revela la Encuesta de Costes Laborales publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Bastaron los primeros quince días de estado de alarma, decretada con el fin de detener en España el avance de la pandemia global por coronavirus, para torcer el normal discurrir al alza de los salarios.

Al terminar el año, la retribución media por trabajador en las Islas era de 1.708,80 euros al mes. La economía continuaba creciendo a pesar de los malos augurios. El comportamiento era el que predijeron los centros de estudios más serios: los productos interiores brutos continuarían moviéndose al alza aunque con menor intensidad de la que mostraron en ejercicios anteriores.

En estas, el Covid-19 obligó al Gobierno central a recluirnos en casa y a reducir la actividad productiva al mínimo. Las empresas acudieron raudas a obtener del sector público las garantías necesarias para asegurar su pervivencia. Los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) crecieron exponencialmente en cuestión de semanas. Es decir, parte del coste salarial de los trabajadores se trasladó al Estado.

Fue el 14 de marzo cuando el presidente Pedro Sánchez anunció la declaración del estado de alarma. Tan solo 17 días después, cuando el trimestre expiró, los salarios que los canarios perciben de sus empleadores se habían reducido en 142,5 euros de media.

Poco tiempo para tan notable pérdida, enjugada en buena parte por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Sin embargo, y contra lo que cabría esperar por la especial dependencia de una actividad turística que resultó fulminada por las circunstancias, no fue el Archipiélago el principal perjudicado. El 8,4% de retroceso medio fue medio punto inferior al que se registró en el conjunto del Estado (8,9%).

Ahora bien, esas cinco décimas de mal menor, no están exentas de un análisis particular. El salario medio que se percibe en las Islas es ya de por sí el más reducido de toda España. No es casual. De nuevo la excesiva terciarización de la economía promueve la existencia de una demanda de mano de obra sin cualificación y muy bajo valor añadido. Partir de cantidades -salarios- más reducidas da ventaja a la hora de cuantificar las caídas de manera porcentual. En cifras, el salario medio de las Islas cayó de 1.708,8 euros a 1.565,2 euros; el estatal, de 2.075,4 a 1.889,8. Por tanto, se reduce medio punto más en el conjunto de España pero los canarios están aún a 324 euros de alcanzar la media.

Además, a pesar de esa mayor reducción porcentual, la debacle desatada a mitad de marzo no fue suficiente para cambiar el signo positivo a la evolución interanual de los salarios en España, que crecieron un 0,7% (13,6 euros) entre el final de marzo de 2019 y el mismo momento de este año. ¿Qué ocurrió en las Islas en ese periodo? Que lloviendo sobre empapado, las retribuciones de los trabajadores se contrajeron un 1,8% o, lo que es lo mismo en términos absolutos, cada uno se llevó a su casa 28,1 euros menos que un año antes.

La circunstancia, mala sin paliativos, no muere en sí misma, sino que se traslada al conjunto de la actividad económica. Si cada asalariado recibe menos dinero, tendrá menor capacidad de compra. Además, el sombrío panorama, por lo que ya existe y por lo que puede venir en forma de rebrote, invita al ahorro. Los desembolsos se reducen a los absolutamente necesario y se reservan para tiempos mejores todos los que pueden aplazarse.

Por tanto, se resienten los ingresos de unos maltrechos negocios y los fiscales ligados al consumo, como el Impuesto General Indirecto Canario (IGIC), pilar principal del bloque de financiación canario y del que beben en gran parte los tres niveles de la Administración canaria: autonómico, insular y municipal.

También se redujo el coste laboral completo que las empresas satisfacen por cada trabajador, suma de los salarios y las cotizaciones sociales. Al terminar el primer cuarto de este año se situó en el Archipiélago en los 2,171,85 euros, según el INE; en 2,570,32 euros en el conjunto del país.

La caída en el primer trimestre del año fue del 5,96% en las Islas, 137,79 euros menos que al finalizar el año pasado. También en este caso el abaratamiento fue inferior al registrado en el conjunto del Estado; un 6,7% entre enero y marzo, 184,83 euros menos.

También se mantiene la tónica observada en el análisis interanual de los costes salariales. Mientras Canarias se anota un valor negativo (-0,65%), el comportamiento estatal se mantiene en cifras positivas (0,7%). De nuevo es responsable del resultado divergente el menor recorrido que tienen las cifras en el Archipiélago para caer. Menores costes laborales conforman un espacio más estrecho para la contracción.