Alquilar un piso en la localidad lanzaroteña de Yaiza, con la turística población de Playa Blanca, el Parque Natural de Timanfaya y el único en que alquilar sale por más de 700 euros mensuales de media. Es más, ni siquiera en ningún distrito de los restantes 87 municipios isleños, incluidas las dos capitales provinciales y autonómicas, el precio mediano de los arrendamientos llega a tales cifras. Los siguientes recibos más caros de la Comunidad Autónoma los pagan los inquilinos de la también lanzaroteña Tinajo, donde se encuentran el Complejo Deportivo del Club La Santa y la playa de la Ría, ideal para los deportes náuticos, y de los núcleos más turísticos de Mogán, como Puerto Rico y la zona del puerto deportivo. ¿Y en el otro extremo? En el otro extremo, el de los municipios y/o distritos donde más económico resulta vivir de alquiler, están Valleseco, en Gran Canaria, y Güímar, en Tenerife, aunque en este último caso con un matiz. Valleseco es en su conjunto la localidad donde sale más barato arrendar un piso, apenas 280 euros. En Güímar el precio mediano llega a 436 euros al mes, pero, sin embargo, tiene el distrito con el recibo del alquiler más bajo de todo el Archipiélago. Por apenas 270 euros mensuales (y eso teniendo en cuenta que este es el valor mediano, es decir, que hay tantos precios por debajo de esa suma como por encima) es posible residir como inquilino en los altos de Güímar. En resumen: vivir de alquiler en la zona más exclusiva de Canarias, Yaiza, cuesta prácticamente el triple que en la más barata, los altos de Güímar. Exactamente 460 euros más en el caso del piso más habitual en cada zona.

Todo lo anterior se desprende del flamante Sistema Estatal de Índices de Precios de Alquiler de Vivienda, una base de datos que pretende servir de referencia para el sector inmobiliario y que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana estrenó este último martes. Lo cierto es que este instrumento debió haberse puesto en práctica desde marzo, pero la pandemia demoró su publicación hasta esta semana. En principio, esta base de datos es la que iba a servir para materializar una de las viejas aspiraciones de Podemos: la de intervenir el mercado de los alquileres. Las tensiones en el seno del Gobierno central, y más en concreto la rotunda negativa de la vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño (que se opuso de plano a que la Administración pública se inmiscuyera en el libre mercado), desembocaron en una vía intermedia: se publicarían los índices de precios, de tal forma que los ciudadanos dispusieran por primera vez de información oficial sobre el mercado del alquiler, pero el Gobierno no intervendría el negocio ni siquiera en las llamadas "zonas tensionadas", básicamente aquellos núcleos de población en los que encontrar un arrendamiento residencial es casi un imposible, como ocurre en determinadas localidades turísticas del Archipiélago. Sin embargo, ni Podemos ha renunciado a manosear antes o después la ley de la oferta y la demanda ni el índice de precios sirve para conocer fielmente lo que está ocurriendo con los arrendamientos. No en vano, la estadística del Ministerio tan solo abarca hasta 2018, y si ya es difícil hacer una prospección de mercado a tres meses vista, con más cautela si cabe deben extrapolarse a la actualidad las cifras de hace un año y medio, tal como puntualiza el delegado en Canarias de la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios (APEI), Isidro Martín.

Hace falta "cabecita"

En cualquier caso, el sistema de índices del Ministerio que dirige José Luis Ábalos sí ofrece una radiografía del estado general de los alquileres. Y también va un paso más allá de las estadísticas de los portales y empresas inmobiliarias, ya que da información por distritos e incluso por barrios (secciones censales). En este sentido, el representante de la APEI en las Islas precisa que la base de datos "puede ser útil" siempre que, eso sí, "se haga con cabecita". "Lo que no tiene mucho sentido es que se publique con datos de 2015 a 2018, cuando precisamente en 2019 hubo un punto de inflexión en el mercado y ahora estamos en una fase de moderación de los precios", ahonda Martín. El Ministerio ha dicho que el índice se actualizará anualmente, de modo que para conocer el comportamiento de los alquileres en 2020 habrá que esperar, como muy pronto, a finales de 2021, una vez que la Agencia Tributaria, la principal fuente de información para la elaboración y actualización del índice, haya volcado los datos de la declaración de la renta de este año relativos a los arrendamientos.

En consecuencia, la principal utilidad de la nueva herramienta reside en esa radiografía general del mercado, ya que aunque los precios pueden fluctuar sensiblemente dentro de una misma zona, los núcleos más caros suelen mantenerse como los más caros y los más baratos, como los más baratos. Dicho de otro modo: los alquileres en municipios eminentemente turísticos, como, por ejemplo, Adeje, Arona o San Bartolomé de Tirajana, experimentan, claro, subidas y bajadas, pero siempre estarán por encima de los que se pagan de media en El Tanque, Valleseco, Los Silos o Firgas.

Desde este punto de vista, la estadística de precios oficiales corrobora que Canarias es una de las comunidades autónomas donde sale más caro vivir de alquiler. Las Islas ocupan el quinto lugar de este particular ranking con una media de 500 euros. Por encima solo están la Comunidad de Madrid, Cataluña, Baleares y Andalucía, donde el recibo oscila entre los 780 euros de media de Madrid y los 504 de Andalucía. Por tanto son los dos motores económicos de España y tres regiones que viven fundamentalmente del turismo las autonomías con los mercados más caros. El índice del Ministerio confirma así la gran influencia del negocio turístico en el alquiler residencial, lo que en el caso del Archipiélago incluso ha dado lugar a que en barrios como Guanarteme, en Las Palmas de Gran Canaria, varios de Adeje y Arona, en el sur de Tenerife, o los núcleos más visitados de Lanzarote y Fuerteventura sencillamente no haya pisos a disposición de nuevos residentes. Es este hecho el que tira al alza del precio medio en Canarias y también en Baleares y Andalucía. No obstante, buena parte de los pisos cuyos propietarios retiraron del alquiler residencial para convertirlos en viviendas vacacionales ha vuelto o volverá en los próximos meses al mercado ordinario. Es la factura que han pasado el coronavirus y las restricciones al turismo. Es así previsible que la oferta residencial crezca en los próximos meses en esas zonas turísticas.

Hay cinco municipios canarios donde el recibo del alquiler es, como poco, de 600 euros mensuales. Se trata de Adeje, Tías y Mogán, en los tres casos con justamente 600 euros, y de los susodichos Tinajo (700 euros) y Yaiza (730). Tomando siempre como referencia el precio mediano (que es el dato que da el Ministerio y que, cabe insistir, es el valor central de una serie, es decir, ese que tiene por encima y por debajo igual cantidad de números), las siguientes localidades de esta particular clasificación son Haría, cuyos inquilinos pagan 583 euros al mes; Arona, 580 euros; San Bartolomé de Tirajana, 566; y El Rosario, 556. De nuevo resulta así evidente la influencia del turismo en el mercado del alquiler. En todos estos municipios, incluido El Rosario gracias al núcleo de Tabaiba (amén del factor añadido de ser con Santa Cruz y La Laguna el tercer integrante del área metropolitana de Tenerife), el peso del negocio turístico está por encima de la media regional, que ya de por sí está muy por encima de la media nacional. Luego hay una larga lista de 19 localidades (Santiago del Teide, Valle Gran Rey, Pájara, San Bartolomé, Teguise, San Miguel de Abona, Las Palmas de Gran Canaria, Buenavista, Tazacorte, La Aldea, La Oliva, Guía de Isora, Candelaria, Granadilla, Puerto de la Cruz, Santa Cruz de Tenerife, El Sauzal, Santa Brígida y Tuineje) en las que el recibo mensual del piso oscila entre los 550 y los 500 euros. Y entre los 485 euros de Santa Úrsula y los 450 que se pagan en Telde están Arrecife, Arico, Breña Baja, La Laguna, Agüimes, San Sebastián de La Gomera, Tegueste, Antigua, Arucas y Santa Lucía de Tirajana. Bajando un escalón más aparecen, con el coste mensual del alquiler entre los 437 euros de Tacoronte y los 400 de Teror, los municipios de Güímar, La Orotava, La Matanza de Acentejo, Agaete, Puntagorda, Gáldar, Puerto del Rosario, Arafo, Los Realejos, Santa Cruz de La Palma, La Victoria de Acentejo, Moya y Guía. Por último, los restantes precios en el mapa municipal canario oscilan entre los 399 euros de Valsequillo y los 280 euros de Valleseco, si bien este último es el único donde el alquiler cae por debajo de los 300 euros. Exactamente 300 hay que pagar por arrendar un piso en las también baratas localidades de Firgas, Valverde y Los Silos.

No obstante, dentro de cada municipio hay zonas, barrios y calles más o menos caras. La base de datos del Ministerio permite ver las diferencias que hay entre distritos, por ejemplo. El caso más llamativo es el ya mencionado de Güímar, donde el alquiler cuesta de media en torno a 440 euros mensuales pero que en su zona alta ofrece los arrendamientos más bajos de toda la región (270 euros). En las dos capitales autonómicas, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, los precios en los distritos y barrios menos demandados, como el distrito Suroeste en la capital tinerfeña y el barrio de La Paterna en la capital grancanaria, bajan a 350 y 430 euros respectivamente, en ambos casos sensiblemente por debajo de la media global del municipio, 534 euros en la capital grancanaria y 500 en la tinerfeña.

Notables subidas

Los datos del Ministerio, que de momento solo abarcan el período 2015-2018, sí reflejan fielmente las notables subidas que en esos años experimentaron los alquileres. Un sensible incremento de los precios que ya no es que fuera generalizado, sino que se produjo en todos y cada uno de los 88 municipios de la región.

En el municipio de Santa Cruz de Tenerife, el precio mediano del alquiler mensual se incrementó en 50 euros en los tres años que transcurrieron entre 2015 y 2018, al pasar de 450 a 500 euros. Y en Las Palmas de Gran Canaria, la subida fue algo menor, de 34 euros (de 500 a 534 euros mensuales), pero igualmente significativa. En las otras dos grandes urbes del Archipiélago, Telde y La Laguna, los alquileres aumentaron respectivamente en 50 y 44 euros. En el caso de Telde, los inquilinos pagaban 400 euros mensuales en 2015 por el alquiler de su piso, mientras que a finales de 2018 el recibo ya era de 450 euros. Mientras, en San Cristóbal de La Laguna se pasó en el mismo período de 417 a 461 euros.