La economía canaria pierde y perderá por cada día que continúe el cero turístico la friolera de 46 millones de euros. 46 millones cada día, 322 cada semana, 1.288 cada mes... Un goteo constante desde que a las 00.00 horas del pasado 15 de marzo se activara por segunda vez en la historia el estado de alarma nacional y comenzara el confinamiento para contener el avance del coronavirus. Y desde que con ello desaparecieran los turistas y se cerraran las fronteras de medio mundo a cal y canto. En total, entre el 15 de marzo y el 31 de mayo, que es hasta donde abarcan los datos oficiales (actualizados ayer por el Instituto Nacional de Estadística), la insólita muerte temporal del turismo le costó al Producto Interior Bruto (PIB) de la Comunidad Autónoma cerca de 3.600 millones de euros. Exactamente 3.589 millones, que es el equivalente a la suma que gastaron durante sus vacaciones quienes visitaron el Archipiélago en esos mismos 78 días del año pasado (del 15 de marzo al 31 de mayo).

Para hacerse una idea de la magnitud de esos 3.589 millones de euros basta con apuntar que representan un 8% del PIB anual de las Islas. Cada año, la economía regional produce bienes y presta servicios por un montante de alrededor de 46.000 millones, una suma que incluye desde las rentas del capital (fundamentalmente los beneficios de las empresas) hasta los salarios de los trabajadores. Así pues, la paralización de la actividad productiva y el consecuente cero turístico le han dado un mordisco al PIB autonómico que no tiene precedente alguno en la estadística oficial. Nunca se produjo un desplome económico tan profundo tan rápidamente. Y ello, cabe puntualizar, cuando únicamente se está tomando en cuenta la merma en el gasto turístico en dos meses y medio de estado de alarma, con lo que el agujero es en realidad mucho mayor. No en vano, el coma de la actividad turística continuó el mes pasado, con lo que a la mil millonaria caída de la facturación se le añadirán otros aproximadamente 1.138 millones de euros, que atendiendo al gasto de los visitantes en anteriores meses de junio es lo que en condiciones normales se habrían dejado en el Archipiélago quienes tenían previsto tomarse unos días de asueto en las Islas en las últimas semanas.

La Encuesta de gasto turístico (Egatur) calcula que los turistas desembolsaron en la primera quincena de marzo, cuando aún permanecían en Canarias en torno a 416.000 visitantes extranjeros, poco más de 611 millones de euros. A partir de ahí, la facturación es cero. En los meses de marzo, abril y mayo del año pasado, la facturación del negocio turístico ascendió a 4.200 millones de euros, mientras que en ese mismo período de este año se ha quedado en los susodichos 611 millones. En definitiva, 3.589 millones menos, el 8% del PIB. Si se suman los 1.138 millones de euros que se dejaron de facturar el mes pasado (es cuestión de tiempo que el INE corrobore los cero ingresos, o casi, de junio), el mordisco al Producto Interior Bruto autonómico supera el 10%. En otras palabras: el parón de la primera industria del Archipiélago ya se ha llevado por delante uno de cada diez euros de la renta anual de la región.

En cuanto a las pernoctaciones, y como es lógico, en mayo no se contabilizó ni una sola noche de hotel, entre otras cosas porque todos, salvo los destinados a ayuda sanitaria, permanecieron cerrados.