Los hoteles de las Islas se las ingenian estos días para captar a los turistas que llegan a cuentagotas. Son muchos los que han optado por la rebaja de precios, que puede alcanzar el 30% o incluso superarlo con el fin de ajustar la baja demanda con la excesiva oferta. Una situación que, lejos de resultar temporal, podría alargarse durante todo el año que viene, a la espera de que las conexiones aéreas tanto nacionales como, sobre todo, internacionales se recuperen en su totalidad. Ésta es la estrategia que van a seguir la mayor parte de complejos de Gran Canaria y Fuerteventura, mientras que Lanzarote y Tenerife mantendrán los precios estables aunque con mejores ofertas.

El presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas (Feht), José María Mañaricua, explica que las ofertas las harán quienes tengan margen entre los coste y los ingresos y que éstas beneficiarán a corto plazo al mercado local, que será mayoritario este año. De todas formas, la idea es que estas ofertas se alarguen hasta que haya una vacuna contra el Covid "y más allá porque la conectividad va a tardar tiempo en recuperarse en su totalidad", asegura.

"El problema es que vengan los turistas no se que bajen los precios eso es lo de menos", resume el presidente de la Asociación de Empresarios Turísticos de Fuerteventura (Asofuer), Antonio Hormiga, que también confirma que en la isla majorera se han bajado los precios -excepto en el caso de las villas, que por su carácter aislado se han revalorizado-. Hormiga invita a "no alarmarse porque no se sabe qué va a pasar a medio plazo, ya que dependerá de la demanda y de la evolución del virus", pero apuesta por que los descuentos se mantendrán, como mínimo, hasta el invierno.

Sin embargo, no todos los empresarios seguirán esta estrategia. Algunos hoteleros no ven viable bajar unos precios que en verano, que es temporada baja, ya están más que ajustados y que tienen un margen de ganancia muy reducido. Prevén que se pueda jugar más con las ofertas en invierno, cuando a priori aumente la llegada de visitantes foráneos -siempre que no haya un rebrote de coronavirus que vuelva a alterar la movilidad entre países-. Para estos empresarios, resulta contraproducente seguir la lógica antigua de bajar precios para captar más clientes en un momento en el que se pone el énfasis en huir de las aglomeraciones y mantener una estricta seguridad sanitaria para evitar el contagio.

Siguiendo esta línea argumental, los empresarios defienden que no les compensa que se saturen las zonas comunes para seguir ingresando lo mismo cuando dan por hecho que el verano sólo dejará pérdidas económicas.

Precios sin cambios

Esta opción se dará en Lanzarote y Tenerife, donde no habrá rebajas. En el caso de la isla conejera, el vicepresidente de la Asociación Insular de Empresarios de Hoteles y Apartamentos de Lanzarote (Asolan), Francisco Martínez, explica que los empresarios no tienen la intención de alterar sus precios, aunque sí tendrán que modificar las ofertas según los nuevos criterios de seguridad evitando algunos de ellos prácticas habituales como, por ejemplo, ofrecer la media pensión, lo que conllevará un reajuste de las tarifas.

Eso sí, Martínez no descarta que a corto plazo los turoperadores exijan algún descenso económico para traer a más turistas, una opción por la que los hoteleros lanzaroteños no están por la labor "porque si bajas un 30% los precios ya te quedas ahí, volver a subirlos es casi imposible", además de que el vicepresidente de Asolan resalta que otros destinos turísticos peninsulares ofrecen sus alojamientos por el doble del valor que los de Canarias.

En el caso de los complejos tinerfeños, el presidente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel), Jorge Marichal, asegura que se mantienen los precios aunque con mejores ofertas que brinden un mayor valor añadido.

Entre las cadenas que ya han lanzado sus ofertas se encuentra el grupo Barceló, que cuenta con 18 hoteles en Canarias y que retomará su actividad de la mano del mes de julio. Hasta ahora, sólo ha abierto los tres hoteles que tiene en las capitales, pero la idea es comenzar a poner en funcionamiento un establecimiento de cada zona turística antes de agosto. Tal y como explica Juan Francisco Hernández, director comercial de Barceló en Canarias y Madeira, se va a realizar una campaña activa en todos los hoteles de las Islas, con un 25% de descuento que puede llegar al 35% si el visitante se convierte en cliente de Barceló registrándose en su web. Además, en los complejos con perfil familiar el primer niño no pagará su estancia.

A pesar de estas ofertas, Hernández reconoce los riesgos de abrir hoteles ante la falta de turistas. "Ahora es como tirarnos a una piscina casi vacía porque sólo hay un determinado número de reservas que además tienen un carácter muy volátil". La flexibilidad en las políticas de cancelación ante las circunstancias sanitarias actuales provoca que los clientes que llegan a través de la turoperación puedan anular su viaje con escasa antelación, mientras que quienes vienen a través de plataformas de internet como Booking o Expedia pueden suspender su viaje incluso 24 horas antes. Unos cambios inesperados que se producen porque las propias compañías aéreas reprograman continuamente sus vuelos, cambiándolos de hora e incluso de día.

De toda formas y a pesar de que los ingresos se prevén claramente deficitarios, para el director comercial de Barceló es más positivo "sacar a los trabajadores de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y perder algo menos de dinero que con el hotel cerrado, a la espera de que agosto sea un mes más halagüeño para el sector y se empiecen a mejorar los resultados poco a poco".

También los cuatro hoteles de Servatur que abrirán en julio harán durante el verano descuentos a sus clientes, que se moverán en una horquilla de entre el 10% y el 20%. Unas ofertas que, aunque se prevé que sólo sean para el verano, tal vez se alarguen más en el tiempo según sea de fluida -o no- la llegada de turistas a las Islas durante el invierno. En el caso del Riu, se han reducido también entre un 20% y un 30% el precio de las habitaciones, aunque fuentes de la cadena dejan claro que el servicio que se ofrece tiene la misma calidad que en épocas anteriores.