No parece este el mejor momento para ser presidente de una aerolínea. Qué necesidad de meterse en este lío.

Es que es lo que más me gusta.

¿Meterse en líos?

¡También meterme en líos! Sí, en alguna medida sí. Yo soy, como decimos aquí, muy desinquieto, no me gusta la vida plácida. Y Binter es prácticamente toda mi vida. Me vinculé a este proyecto en 1988, cuando era Iberia, y en fin, es lo que me gusta. Es lo que le da parte del sentido a mi vida.

Vamos, que el consejo de administración no tardó mucho en convencerlo.

No no... Bueno, usted sabe que todos aparentamos, eso de ahora a mí no me conviene y demás, pero vamos, que estoy encantado, es lo que quería y lo que me hace feliz. Cuando más o menos se tiene la vida resuelta y ya se sabe lo que hay detrás de cada esquina, y yo no tengo muchas más esquinas tras las que mirar, pues hay que preguntarse qué sentido tiene la vida, y en mi caso son esas 1.700 personas que aquí trabajan gracias a un modelo de movilidad que es obra de Binter y que creo que es el mejor que ha tenido nunca Canarias. En este momento es fácil volar. Cuando yo empecé en Binter, cada año lo más difícil era ir a todas las islas para explicar que no podíamos poner determinados vuelos porque no teníamos aviones suficientes. Eso ya es historia, y si le sumamos que tenemos, por fortuna y justicia, un sistema de subvenciones magnífico, que permite que volar sea barato, pues qué quiere que le diga, es para estar orgulloso.

No todo el mundo considera tan "magnífico" el sistema de subvenciones.

Ya. No es el caso del actual ministro, me refiero a José Luis Ábalos, o por lo menos yo no le he escuchado algo parecido, pero ha habido ministros que sí han cuestionado por qué un Guardia Civil, un funcionario o un asalariado de El Hierro, por ejemplo, viaja a Tenerife con un descuento del 75%. Pues mire, por la misma razón que un turista alemán va a Toledo en el AVE con mi dinero. Dicho esto, hay que entender por qué el otro piensa así. Para nosotros, el avión es el pan nuestro de cada día, pero quien no está en este entorno, asocia el avión a negocios o a ocio. Y aquí es negocio y ocio, claro, pero sobre todo es vida, es conexión. ¿Que a Binter le viene bien que haya más pasajeros? Pues obviamente, pero el pasajero que hoy vuela nos paga el 25%, y el 75% del Ministerio a veces tarda hasta ocho meses. De todos modos, no cabe duda de que cualquier señor que tenga un negocio estaría encantado de que el Estado les pagara a sus clientes tres cuartas partes de la factura.

Máxime en una situación de cuasimonopolio, ¿no?

Es bueno que haya algo de competencia. Y es verdad: nosotros casi somos, de facto, un monopolio. Canaryfly tiene una pequeña cuota de mercado. En cualquier caso, en mercados tan constreñidos como este, el sistema óptimo no necesariamente es la competencia. Nosotros siempre decimos que somos una compañía que de facto es casi un monopolio pero que no se comporta como un monopolista, entre otras cosas porque tenemos una intervención administrativa brutal. Aquí se hace lo que dice el Estado...

Las Obligaciones de Servicio Público, las OSP.

... Las OSP, que están diseñadas precisamente por eso, porque la tendencia natural de este mercado es hacia el monopolio, de ahí que quienes las diseñaron, entre los que, por cierto, estuve yo, aunque las medallas se las pongan otros, pensaran que lo mejor es que el Estado regule con una OSP lo más abierta posible, porque las hay cerradas, mientras que las de Canarias son abiertas, es decir, cualquiera que cumpla puede venir. Si aguanta, aguanta; y si no, se va. Pero mire, lo importante ya no es tanto discutir el modelo de transporte como ir a los resultados. Casi cuatro millones y medio de pasajeros interinsulares el año pasado. ¡Es un sueño! Eran 1,9 millones cuando en 2002 compramos la compañía.

Bueno, creo que ni los más críticos con Binter podrían negar su contribución a la movilidad de los canarios.

A la gente le cuesta entender lo que no conoce. Cuando conoce otras realidades, cuando alguien de Tenerife conoce las realidades de Gran Canaria, y viceversa, comprende mucho mejor las cosas que allí pasan. Es algo lógico. Eso por un lado. Y por otro lado está la contribución a la actividad económica. Cada día tenemos a decenas de empresarios que se mueven entre las islas por negocios, y por favor, no entendamos por empresario a un señor con corbata y puro, que estamos hablando de un fontanero de Tenerife que va trabajar en una instalación en Gran Canaria o de un comerciante que sale de La Palma para mostrar un producto en Fuerteventura. A eso hemos contribuido. Hay quien dice que hay otros modelos, y siempre digo que sí, pero que habrá que demostrar que funcionan mejor. Cuando alguien ha venido a competir, ha competido. Y ojo, que alguno no ha competido con las mismas armas que nosotros, que hemos sufrido casos de competencia desleal muy graves, alguno todavía en los tribunales, que nos costaron mucho dinero.

¿Tanto fue el daño?

Llegamos a temer por la vida de la compañía. La trastada que en ese momento nos hicieron, y no solo los gestores de aquella empresa, que nos hicieron la trastada a nosotros compitiendo deslealmente pero también al sistema de subvenciones y al mismo Ministerio de Fomento, sino también el apoyo político que hubo en ese momento, del que nosotros no nos hemos olvidado. Ahora todo el mundo mirará hacia otro sitio y haremos como que todos somos amigos, pero nosotros no nos hemos olvidado, y me refiero a quienes trabajamos en Binter y a sus socios y directivos.

¿Qué pasó?

Es que no lo puedo contar, no lo puedo contar... Es tan horroroso que no se puede contar. Pero han venido competidores, y vendrán otros. ¿Por qué no vienen más? Porque lo hacemos muy bien.

¿Hasta qué punto ha hecho daño la crisis del coronavirus?

Mucho. Posiblemente seamos la empresa española menos dañada por el coronavirus, pero aun así, estamos muy dañados, así que fíjese lo mal que están las cosas. A nosotros nos ha cogido tras dos años económicamente buenos, y por tanto con una buena reserva financiera para abordar las pérdidas de este año. Hoy mismo [por el viernes] recibimos un nuevo avión. El primero que se entrega en la fábrica de ATR, que estuvo tres meses cerrada, después del coronavirus. El avión se había quedado en la puerta, como quien dice, y no habíamos podido recogerlo. Y los otros tres que íbamos a recibir ahora, los hemos aplazado para el próximo año.

¿Ni siquiera han tenido problemas de liquidez?

No. Cuando esto empezó, inmediatamente hicimos los primeros escenarios: optimista, mediano y pesimista, e incluso en el pesimista aguantábamos sin ayudas externas. Y, además, accedimos al esquema de financiación del ICO, y tenemos dispuestas unas líneas de créditos ICO bastante importantes, de cerca de cien millones de euros, por si hacen falta. Vamos a intentar no usarlas, pero ahí están.

Menos mal que el coronavirus no ha irrumpido en medio de problemas financieros.

Eso habría sido horrible, completamente horrible. Fíjese: el corazón de Binter son los vuelos interinsulares, que son el 90% de nuestra actividad, y nos quedamos volando con solo dos aviones porque había que prestar el servicio aunque no hubiera pasajeros. El año pasado en este mes hacíamos unos 210 vuelos interinsulares diarios, mientras que hoy estamos en alrededor de cien.

El 20 de julio retoman conexiones nacionales, pero por lo que dice, aún faltará mucho para estar a pleno rendimiento.

En nuestros esquemas, y partiendo de que 2019 fue un año excepcionalmente bueno, calculamos que, si no pasa nada, en el verano de 2021 estaremos a más del 90% de lo que estábamos entonces. Ya estaremos contentos si a final de año estamos en tres cuartas partes de actividad. Eso en el mercado interinsular. En cuanto al nacional, pues las grandes compañías hablan del año 2023 o 2024, pero es cierto que consideran ahí el tráfico transcontinental, por eso esperamos que, en nuestro caso, el mercado se haya normalizado hacia el próximo año o el invierno de 2022, al menos en Europa.

España ya reconoce que las líneas del ICO no son suficientes y parece que, como otros países, dará más ayudas a las compañías aéreas.

Ese es un tema que... En fin, que es un asunto delicado. El mundo aeronáutico sigue arrastrando un cierto componente estatalista, por aquello de las compañías de bandera: Alitalia, Iberia, TAP... Que ahora aparezcan esas compañías con dinero público a competir con otro que no tiene dinero público..., pues hombre, te hace una gracia relativa. No voy a decir que no se le dé un duro a nadie y que todo el mundo cierre, pero hay que ver también la otra perspectiva, que ahí están Ryanair, Wizz Air o EasyJet sin ayudas, o con las ayudas en forma de créditos y que han tenido todos. A la larga hay que ver qué es lo mejor no para la compañía ni para los accionistas, sino para la sociedad en general.

Es decir, sí a las ayudas pero no al doping

Exactamente, tiene que hacerse con justicia; si hay algo para uno, tendrá que ser para todos. Otra cosa es que yo rechace la ayuda porque la condición que me pongan no me convenga.

En fin, que no es partidario de las ayudas.

No, creo que no. Lo que hay que hacer es propiciar las condiciones para que uno se pueda mover. ¿Que hay un momento en el que es necesario facilitar financiación? Sí. ¿Que hay que dar flexibilidad?, como con los ERTE, también. Pero otra cosa es suplir las ineficiencias con dinero público. Por ahí no.

Y más allá de este asunto, ¿qué le ha parecido la gestión de la crisis que ha hecho el Gobierno central?

Yo el domingo por la noche, a eso de las nueve, siempre acierto la quiniela. ¿Podría el Gobierno haberlo hecho mejor? Pues claro, y claro que los que están no me gustan, pero no quiere decir que todo lo hayan hecho mal. Hay cosas que han hecho bien. Quizá debió de dar más confianza y hubiera sido mejor un Gobierno de tres o cuatro partidos que dijeran dejémonos ahora de tonterías y saquemos esto hacia delante.

¿Un gobierno de concentración?

Temporalmente, ojo. En todo caso hacen falta políticas sensatas y mirar en el largo plazo. Hay que gastar el dinero en lo que hay que gastarlo, y no comprar votos con dinero público. Con el dinero privado que cada uno haga lo que quiera, pero hombre, con dinero público... Enseñemos a pescar y eduquemos a las personas para que sean libres y luego puedan decidir si quieren votar a juanito o a pepito, pero no las hagamos dependientes de 500 euros, porque hoy pueden ser dependientes de mí y mañana de otros.

¿No está de acuerdo con las llamadas rentas ciudadanas?

No estoy en contra en caso de que sean temporales. En un momento crítico hay que estar con los más débiles, y esto es lo grande de las modernas sociedades europeas, pero no puede ser un modo de vida. Oiga, es una ayuda temporal, y después usted tendrá que hacer esfuerzos para salir de esa situación; no me diga por qué no sale, dígame qué está haciendo para salir. Y no se trata de que las personas sean gandulas, no, esto es un tema de educación, de esforzarse...

¿Y la respuesta económica del Gobierno? Canarias sigue peleando por prolongar los ERTE al menos hasta diciembre.

Vamos a ver, es una situación compleja, pero también cara. Los ERTE hay que pagarlos, y es muchísimo dinero. Por eso es lógico que quien tiene que tomar la decisión no esté para fiestas. Pero creo que el Gobierno va a ser sensible en el tema de Canarias con algunas cuestiones, y concretamente con el tema de los ERTE, creo que lo será. Hay que preparar las empresas para el comienzo de nuestra temporada alta. El sector turístico va a arrancar, de lo que se trata es de que arranque con el menor número de muertos posible, tanto en términos de empresas como en términos de empleo. Pero en fin, seguiremos pidiendo cosas, y tenemos que hacerlo, porque estamos en un país que se ha convertido en una subasta diaria: Navarra pide, Murcia pide, aquel otro pide... Sin embargo, lo que Canarias pide no es mucho en términos cuantitativos y, además, está bastante justificado, entre otras cosas por la enorme dependencia del turismo, que por otro lado, y no me canso de decirlo, es una suerte. Afortunadamente vivimos del turismo.

Mañana lo van a criticar mucho, porque lo que toca decir es que hay que diversificar.

Esto es sencillo: ¿sería bueno que la Vega Lagunera fuera Silicon Valley? Sería magnífico. El problema es que yo no sé muy bien cómo hacerlo, y me gustaría que quienes defienden eso dijeran cómo. Cuando escucho hablar a esas personas de voz impostada diciendo que hay que diversificar, pues pienso que estaría bien preguntarles qué es lo que han diversificado. Nuestra realidad es que tenemos casi 2,5 millones de habitantes cuando hace nada éramos 1,6. Muchos han venido de fuera, qué hacemos: ¿los dejamos venir o no? Si no hubieran venido 700.000 personas de fuera, tal vez tendríamos pleno empleo, o no, porque seguramente la economía no funcionaría. Vamos, que somos los que somos. Y luego está la cualificación. Nuestro sistema educativo no es bueno, es caro pero no es bueno, y cambiar esto llevará muchísimo tiempo. Así que montas Silicon Valley pero traes trabajadores coreanos o chinos... ¡Nosotros sí que tenemos dos empresas de tecnología, nosotros sí diversificamos!, y nos cuesta muchísimo encontrar gente porque hay muy poca cualificación. Así que por esa vía no veo la diversificación. ¿La industria? ¿Han ido al País Vasco a ver industrias de fresado de piezas?, de las que salen los trabajadores llorando por los líquidos. ¿Es eso mejor que ser maître del Bahía del Duque? ¡Vamos, por favor! El sector turístico es maravilloso: absorbe gente tanto con muy bajos como con altos niveles de cualificación. Un buen maître tiene más cualificación que el ingeniero de una pequeña planta industrial; es otra cualificación, pero tiene más. Así que con la industria es difícil; ¿la agricultura?, para quien la quiera; ¿y las nuevas tecnologías?, pues estupendo, pero de dónde sacamos los trabajadores. ¿Por qué entonces no hacemos un verdadero esfuerzo por mejorar los idiomas?, que da vergüenza que cualquiera de Alemania o Inglaterra se convierta en jefe solo porque sabe hablar alemán. El turismo es más resistente a las crisis que cualquier otro sector. De la crisis anterior nos sacó el turismo. Es verdad que ahora se ha visto golpeado enormemente, pero qué sector no.

¿Es o no partidario de hacer test PCR a los turistas?

Ahí sí que no tengo criterio. La clave de la recuperación turística es la salud, eso está claro. ¿Es viable hacer test PCR? Pues yo no sé si iría de vacaciones a un sitio donde me exigieran el PCR o me lo hicieran al llegar. No es algo que vea fácil. Es normal que estemos preocupados, y es un momento muy difícil. Si yo tuviera que tomar la decisión, acudiría al sector.

¿Satisfecho con el trabajo de Sebastián Franquis y Yaiza Castilla?, los dos consejeros más directamente relacionados con la actividad de Binter.

Hemos tenido muy buen entendimiento con Sebastián Franquis y su equipo y también muchísima ayuda de la Dirección General de Aviación Civil. Lo fácil es criticar al Gobierno, lo difícil es reconocer cuando lo hace bien. Tanto el Gobierno central como la consejería nos han ayudado. Todo el mundo sabe que no soy precisamente un filosocialista, ni mucho menos, pero Sebastián Franquis me parece un consejero que sabe lo que hace. Y a Yaiza Castilla no la conozco tanto, pero me parece una persona inteligente. Además, sí conozco a su jefe de partido [Casimiro Curbelo], y le aseguro que si le ha dado su apoyo, ya le digo que sí que es inteligente.

Los hoteleros quieren montar una aerolínea.

No sabemos nada. Nos parece bien cualquier proyecto, y estamos dispuestos a ayudar.

Mañana se reanudan las obras en el aeropuerto de Tenerife Sur.

Es un caso dramático, un aeropuerto extremadamente rentable en el que nunca se ha hecho una obra en condiciones. No es una catástrofe de aeropuerto, por supuesto, pero hombre, debería ya contar con unas terminales en condiciones. Es verdad que ha habido planes preciosos para Tenerife Sur, pero veinte años después tenemos lo mismo. A lo mejor habría que haber ido hacia una solución intermedia.