Los gobiernos canario y central se volverán a ver las caras mañana para empezar a desarrollar los procedimientos que permitirán reforzar la vigilancia sanitaria de los viajeros que lleguen a las Islas y realizar test selectivos a los pasajeros, sean turistas o no para detectar si están infectados con el coronavirus. Un comité técnico formado por personal de las consejerías de Sanidad, Turismo y Transportes trasladará una primera propuesta a la representación de la Administración estatal para definir los criterios que guiarán estas actuaciones en puertos y aeropuertos. Canarias quiere que todos los viajeros procedentes del exterior del espacio Schengen -la zona de Europa libre de fronteras interiores- sean sometidos a las pruebas y que al menos un 25% de los que provengan de países Schengen también tengan que pasarlas. En este último caso, las personas que vengan de zonas más afectadas por la Covid-19 y las que presenten determinadas situaciones sanitarias serían las seleccionadas para hacerse el test.

Esta medida forma parte del plan B ante la negativa de la Unión Europea a autorizar los test en origen. Sin embargo, la alternativa no será tan completa como pretendía el Ejecutivo, dado que el Ministerio de Sanidad rechazó el lunes que los test en destino se hagan con carácter masivo y solo accedió a estudiar que se practiquen a una parte de los viajeros.

El Gobierno autonómico prevé que para seleccionar el pasaje al que debe practicársele las pruebas se utilicen cámaras termográficas, que permiten medir la temperatura de los viajeros. Los test serán una modalidad rápida de PCR. La prueba en sí misma duraría treinta minutos y los resultados se podrían facilitar en una hora. Hasta tener este resultado, el pasajero podría esperar en el puerto o aeropuerto o en la habitación de su hotel.

Si finalmente hay acuerdo entre los dos ejecutivos en esta materia, algo que Canarias da por hecho, la Comunidad Autónoma instalaría puntos de control sanitario complementarios a los del Estado, que es quien tiene las competencias en Sanidad Exterior. En un primer momento, y de forma transitoria, el Gobierno canario asumiría el coste de los test, que pretende realizar tanto a turistas (por vía aérea o cruceristas) como a todo tipo de viajeros, incluidos los canarios que regresen a las Islas, si se encontraran entre los colectivos susceptibles de someterse a la prueba.

La reapertura de las fronteras con la Unión Europea se producirá el próximo domingo. Las previsiones apuntan a un escaso flujo aéreo durante estos primeros momentos. Los aeropuertos canarios tienen programados 83 vuelos con 16.286 en la primera semana tras la reactivación del sector, apenas un 8% de los que se registraron en el mismo periodo de 2019. Esta lenta recuperación juega a favor de las intenciones de Canarias de que la desescalada turística se produzca en las condiciones idóneas de seguridad sanitaria, dado que será más sencillo ir desarrollando y aplicando las medidas necesarias con un bajo volumen de visitantes.

El Gobierno y las patronales hoteleras siguen defendiendo que lo ideal es que los test se realicen antes del vuelo, en el país de origen de los viajeros, una opción que la Unión Europea rechaza pero en la que Canarias aún confía. Los test selectivos en destino son "un avance", según la consejera de Turismo, Yaiza Castilla, pero "no excluyen" la posibilidad de las pruebas en origen. "Si en algún momento hubiera un acuerdo de la UE cambiaría la dinámica y trabajaríamos de forma más ágil. Tenemos que estar preparados para eso", advierte. De cualquier manera, Castilla asegura estar "satisfecha" por el principio de acuerdo con el Estado. "Contábamos con un no rotundo", reconoce.

La visión empresarial

Los empresarios turísticos expresan una visión menos positiva, sobre todo la patronal de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Ashotel. "Nos sorprende y nos desencanta un poco", dice su gerente, Juan Pablo González. La decepción de la asociación hotelera se dirige, sobre todo, hacia la UE por su rechazo a las pruebas en origen. "Ha demostrado que le importan más los asuntos económicos que otros". A falta de conocer las condiciones en que se desarrollarían los test en destino, Ashotel percibe que "hay más preocupación por el cuándo que por el cómo, cuando debería ser al revés". "Ojalá nos equivoquemos y no tengamos ningún rebrote. Necesitamos a los turistas, pero no a cualquier precio", sentencia.

Por su parte, el presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas (FEHT), José María Mañaricua, coincide en que "lo fundamental eran los test en origen, que son el 90% de la solución". Si, como parece, estos no son posibles, la alternativa de hacer las pruebas en destino "pierde algo de su fuerza", admite Mañaricua, quien, no obstante, cree que "lo que decidan las consejerías de Turismo y Sanidad en este sentido estará bien".

La patronal hotelera de Fuerteventura, Asofuer, recibe la posibilidad de realizar test en destino como "un mal menor". "Es peor no hacerlos", dice su presidente, Antonio Hormiga. Pero los empresarios no renuncian a que los turistas lleguen al Archipiélago con las pruebas hechas y con la certeza de que no tienen el coronavirus. Hormiga revela que las patronales barajan aplicar "incentivos" a los clientes, en forma de bonos por valor del coste del test que luego, ya en el hotel, podrán gastar en determinados conceptos . "No es tan difícil. Para visitar África tienes que vacunarte", añade. Con todo, el dirigente hotelero no tira la toalla y todavía espera que sean posibles las pruebas en origen. "Las cosas cambian de un día para otro", puntualiza Hormiga, que recalca que el objetivo de las administraciones y los empresarios canarios es garantizar "la máxima seguridad".

Pese a la confianza en que en algún momento se autoricen los test en origen, las posibilidades parecen escasas. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, advirtió ayer a Canarias, Madrid y Andalucía -que los han reclamado- de la dificultad de aplicar esta medida sin un acuerdo europeo. Simón indicó que hacer estas pruebas implica una "injerencia" en algunas situaciones, al tiempo que dudó de su eficacia -"no son la panacea", dijo- y también de la viabilidad de practicárselos a grandes volúmenes de turistas.

Desde los partidos políticos, el senador por la Comunidad Autónoma y expresidente del Gobierno, Fernando Clavijo (CC-PNC), demandó ayer a AENA explicación y detalle de las medidas que pondrá en marcha en todos sus aeropuertos ante la inmediata apertura de fronteras. "Estamos asistiendo", señaló, "a un cruce de ideas, propuestas, proyectos, declaraciones sobre cómo debe ordenarse la llegada de turistas extranjeros y todos hablan sin tener competencia en la materia, pero no hemos escuchado a quien la tiene y debe fijar los protocolos que garanticen la seguridad en la llegada de los turistas".

El portavoz del grupo parlamentario de CC-PNC, José Miguel Barragán, pidió un plan de reactivación y de vigilancia epidemiológica para el turismo "claro, consensuado con el Estado, en coordinación con los turoperadores, y teniendo en cuenta las directrices y recomendaciones de la UE y de la Organización Mundial de Turismo y la Organización Mundial de la Salud" y con el que se evite la "sensación de improvisación" que, a su juicio, está dando el Gobierno regional.

Para la portavoz del grupo popular, Australia Navarro, se ha producido una "nueva desautorización" del Ministerio de Sanidad al presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres , al no permitir los test masivos. Según el PP, "la improvisación del PSOE está poniendo en jaque al turismo en Canarias que, a cinco días de que se produzca la reapertura generalizada de las fronteras, sigue sin contar con una hoja de ruta clara y consensuada con el sector que ofrezca garantías y seguridad".