La más inmediata de las medidas del nuevo plan de apoyo al sector automovilístico, el programa de ayudas a la compra de vehículo, no excluye a ninguna tecnología aunque deja clara la preferencia por impulsar el coche eléctrico: la adquisición de un vehículo de estas características recibirá una ayuda pública de 4.000 euros, mientras que el apoyo a las motorizaciones diésel y de gasolina, reservado a los modelos más eficientes, será por norma general de 400 u 800 euros, en función del nivel de consumo y de emisiones de CO2. Las ayudas serán complementadas con un descuento de igual importe (salvo en el caso de los eléctricos) a cargo de las empresas. Los concesionarios de Canarias calificaron el plan de incentivos como "un paso positivo" para reanimar un mercado que "está muy lejos de la normalidad". "El sector comienza un resurgir y es gracias a este plan de ayudas tan necesario y reclamado por los diferentes actores que comportan la industria de la automoción", aseguró ayer el presidente de Aconauto Canarias, Manuel Sánchez.

El Gobierno presentó el plan para el automóvil, que prevé movilizar 3.750 millones hasta 2022, en un acto en el que participaron el presidente, Pedro Sánchez, cinco ministros y los responsables de las principales organizaciones patronales y sindicales del sector. Despliegue institucional para lanzar un conjunto de políticas cuyo propósito, dijo Sánchez, es proteger "un sector estratégico" que aporta cerca del 10% del producto interior bruto (PIB) español y vive momentos de extraordinaria dificultad, plasmada en el reciente anuncio de Nissan de cerrar sus fábricas de Barcelona, en las regulaciones de empleo que están aplicando todos los fabricantes y en los problemas que también tienen las plantas proveedoras de componentes y productos intermedios.

El plan, pactado por el Gobierno con empresas y agentes sociales, incluye apoyo financiero a la inversión, reformas fiscales -se ligara más el impuesto de matriculación y la "viñeta" al impacto ambiental de los vehículos- y planes de formación, pero la primera acción en aplicarse será, de manera inmediata, será el reparto de incentivos a la compra para renovar el parque automovilístico (250 millones), ahora con una antigüedad media de 12,7 años, incompatible con los objetivos ambientales y de eficiencia energética fijados por Europa y asumidos por España. Esas ayudas tendrán las características y requisitos que se exponen en los siguientes puntos.

Destinatarios. Podrán tener acceso a las ayudas los particulares, los autónomos y las empresas para la adquisición de turismos, vehículos comerciales y autobuses.

Cuantías. Varían según la tecnología y clasificación ecológica de los vehículos. En el caso de los particulares y la compra de turismos, las ayudas, limitadas a coches de precios inferiores a 35.000 euros, serán de 400 y 800 euros para los modelos diésel y gasolina, según estén clasificados en el segundo o en el primer nivel de eficiencia (categorías B y A) que define el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE). Para los coches híbridos no enchufables y los movidos por gas natural, la ayuda será de hasta 1.000 euros, y llegará a los 4.000 para los elécticos puros e híbridos con mayor autonomía.

Achatarramiento. La ayuda está condicionada a la entrega para achatarramiento de un coche con al menos diez años de antigüedad.

Suplementos. Los hogares con ingresos inferiores a 1.500 euros al mes y los conductores que entreguen vehículos de más de veinte años tendrán una ayuda extra de 500 euros. Podrán recibir, por tanto, hasta 1.300 euros por comprar un coche de combustión de los comprendidos en el programa.

Descuentos. El sector tendrá la obligación de aplicar un descuento en el precio igual a la ayuda pública, salvo en el caso de los vehículos eléctricos, para los que se fija una rebaja de mil euros.