La actividad económica comenzó a recuperarse desde que se inició el proceso de desescalada en las Islas. Eso no ha impedido que la autoridad laboral continúe recibiendo expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Responden básicamente a las empresas que midieron mal sus fuerzas y pensaron que podían soportar el aletargamiento de la economía. Desde el 11 de mayo, cuando, por ejemplo, fue posible sentarse en la terraza de un bar, Canarias ha sumado 450 nuevo procesos de regulación.

De ese total de ERTE, 70 no responden al corsé que diseñó el estado de alarma para frenar la expansión del Covid-19. Son decisiones adoptadas por las empresas bajo el paraguas de la reforma laboral de 2012 y en virtud de causas económicas, técnicas, organizativas o de producción, las conocidas en la jerga bajo el nombre común de etop. Según los datos que maneja el sindicato CCOO-Canarias, solo entre los días 5 y 29 del mes pasado el número de trabajadores afectados por ERTE en el entorno etop creció en el Archipiélago en 1.279, un 12,40% hasta dejar la cifra global en 11.597; de ellos, 4.601 mujeres y 6.996 hombres.

Como era lógico pensar, el retorno a la actividad de diferentes sectores como pueden ser el comercio o la construcción, esta en su vertiente más doméstica, por ejemplo, van adelgazando el volumen de trabajadores a los que el estado de alarma y sus respectivas empresas han conducido a una indeseada hibernación.

¿En qué medida? Es cierto que la construcción sustentó una mejora de 2.144 afiliados a la Seguridad Social a lo largo del mes de mayo. Sin embargo, hay otros sectores como el de la hostelería o el turismo en los que política laboral se rige en estos momentos por la técnica del fuelle. En el que más tiene que ver con la planta alojativa, sobre todo, se están realizando laborales de preparación y adecentamiento de los hoteles y apartamentos que están cerrados desde que tocaron a rebato.

La mayoría de esos trabajadores retornan al ERTE en el momento en que acaba esa función de adecuación del establecimiento en el que desarrollan su labor. Será la llegada de clientes extranjeros a partir del 1 de julio, la que determine la conveniencia de ir descongelando de manera progresiva las plantillas de trabajadores.

Una cuestión que preocupa sobremanera a empresas y empleados es la extensión de la vigencia de los ERTE más allá de la prevista del 30 de junio. La comisión de seguimiento tripartita -Gobierno, sindicatos y patronal- avanzó en la negociación ayer y es previsible que la semana próxima o el 23 de junio, "como tarde", el Consejo de Ministros rubrique su prolongación hasta el final de septiembre.