El trasvase de viviendas de uso turístico al mercado de alquiler residencial es "residual" en el Archipiélago. El adjetivo lo pone la presidenta de la Asociación Canaria del Alquiler Vacacional (Ascav), Doris Borrego, pero también lo refrendan los datos del portal inmobiliario Fotocasa, que revelan que las Islas son una de las comunidades autónomas en las que menos ha crecido la oferta de arrendamiento tradicional desde que se declaró el estado de alarma por la epidemia de Covid-19. Lo ha hecho apenas un 2,7%, muy por debajo de la media española -19%- y más aún de regiones como Andalucía, donde la modalidad residencial casi se ha duplicado, o Extremadura, donde ha aumentado un 71,2%.

Al igual que prácticamente toda la oferta alojativa, las viviendas vacacionales han quedado vacías desde que se decretó la cuarentena y se paralizaron la movilidad aérea y la actividad económica. La situación hacía prever una salida significativa de inmuebles con destino al alquiler residencial -de larga estancia o por temporadas- con la que los propietarios buscarían una alternativa a un mercado turístico totalmente congelado. Sin embargo, los movimientos no han sido tan relevantes, pese a la mayor dependencia que el turismo tiene en Canarias respecto a la conectividad aérea. La mayor parte de las viviendas que han dejado de ser vacacionales son inmuebles que "no cumplen los requisitos de excelencia" que impone el mercado turístico o que se encuentran lejos de las áreas preferidas por los visitantes, pero que incluso así se ocupaban como consecuencia de la alta demanda que se registraba en el Archipiélago. Ahora son expulsadas de la modalidad vacacional, explica Isidro Martín, delegado en Canarias de la Asociación Profesionales de Expertos Inmobiliarios (APEI), una tesis que comparte la presidenta de Ascav. No obstante, advierte Martín, también se ha producido un cierto trasvase de pisos que, con la actual situación, se encuentran vacíos a pesar de cumplir los estándares de calidad y que "se trasladan otra vez a residencial".

Fotocasa ha realizado un análisis "exhaustivo" de la evolución de los anuncios publicados en la plataforma entre el 15 de marzo, cuando entró en vigor el confinamiento por la epidemia de Covid-19, y el 31 de mayo, y ha concluido que se ha producido un incremento del 19%, fruto del alza de la oferta de vivienda en alquiler, ya que la vivienda de segunda mano se ha mantenido estable. Las comunidades autónomas presentan comportamientos muy dispares, que van desde el 99,7% de crecimiento de Andalucía hasta la caída del 68% de Castilla-La Mancha. Asturias, Galicia y Castilla y León también experimentan retrocesos de la oferta, mientras que los dos archipiélagos, cuya economía se sustenta básicamente en el turismo, registran ligeras subidas: Canarias aumenta su volumen de anuncios un 2,7% y Baleares lo hace un 4,3%.

Ida y vuelta

Los datos no proporcionan información sobre las razones que explican este fenómeno, pero "todo parece indicar que buena parte de estos pisos vendrían del alquiler turístico", dice Anaïs López, directora de Comunicación de Fotocasa. "Algunos anuncios indican en la descripción que lo alquilan por un tiempo limitado, lo que indicaría una intención de volver al mercado turístico cuando el turismo en nuestro país se reactive", argumenta.

Todavía es pronto para saber si la ampliación de la oferta derivada de la incorporación de estas viviendas procedentes del alquiler vacacional contribuirá a reducir los precios, pero Fotocasa es escéptica al respecto. En primer lugar, advierte de que es necesario saber qué parte de estos inmuebles han llegado al mercado residencial para quedarse. Y aunque fuera la mayoría, pronostica que en zonas donde los precios se encuentran especialmente tensionados -caso de Madrid- la nueva oferta será "insuficiente" para bajarlos.

En el caso de Canarias, el precio del alquiler sigue una senda de lenta subida o de moderación. Según otra plataforma inmobiliaria, Idealista, el alquiler se encareció un 2,1% en mayo respecto al mes anterior y un 3,3% en relación a mayo de 2019. El delegado de la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios en Canarias constata que, al haber "un poco más de oferta", los precios se moderan. "Estamos empezando a notar que tardamos más en alquilar viviendas que antes estaban alquiladas en 24, 48 o 72 horas", apunta Isidro Martín como un indicio de ese incremento de los pisos en arrendamiento.

Según Doris Borrego, la residencialización de viviendas turísticas es un fenómeno propio de "las grandes ciudades" como Madrid o Barcelona, mientras que en las Islas es "meramente residual". Su escasa incidencia en Canarias avala, según la presidenta de Ascav, la "esperanza" con la que la actividad afronta la desescalada turística. "Estamos atendiendo reservas de residentes y ya están entrando de peninsulares, alemanes y franceses", afirma. Los "únicos problemas" para la reactivación son los relacionados con la apertura del transporte aéreo -que afecta a una región en la que el turismo depende totalmente de este aspecto- y la falta de un protocolo específico para la seguridad sanitaria en el alquiler vacacional. El Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE) aún no lo ha publicado, pero Ascav se ha adelantado adaptando el destinado a las casas rurales y las recomendaciones de Sanidad. En estos primeros momentos de recuperación, los propietarios y gestores de viviendas turísticas se plantean "ofertas de salida", aunque los precios dependerán luego de cómo evolucione la situación.